El laboratorio criminal de Roma
Ostia, intervenida judicialmente durante dos a?os por infiltraci¨®n mafiosa, vota el domingo en unas elecciones cruciales con un cura y la ultraderecha entre los candidatos
Ostia es el mar de Roma, su verano, un gran puerto tur¨ªstico, los chiringuitos, unas extraordinarias ruinas. Pero el d¨¦cimo distrito de la capital de Italia (250.000 habitantes), intervenido judicialmente durante los dos ¨²ltimos a?os por infiltraci¨®n mafiosa, tambi¨¦n ha sido su cloaca. Un laboratorio pol¨ªtico criminal donde, a falta de l¨ªderes honrados, han gobernado los clanes. Los Spada, los Fasciani, los Triassi. Extorsiones, venta de droga, usura y hasta torturas en garajes insonorizados, seg¨²n consta en los papeles de la fiscal¨ªa. Familias que devoraron los despojos del lugar hasta que vieron en la pol¨ªtica y el suelo que pisaban el verdadero negocio. Algunos est¨¢n muertos o en la c¨¢rcel condenados por m¨¦todos mafiosos con el 41 bis, el r¨¦gimen carcelario m¨¢s extremo. Otros siguen en la calle a dos d¨ªas de unas extra?as pero cruciales elecciones para formar una nueva Junta Municipal en Ostia. Se presentan los partidos tradicionales, pero tambi¨¦n un cura, un profesor y la ultraderecha. Una tormenta perfecta a 20 kil¨®metros del centro de Roma.
La Piazza Gasparri, delante del mar, cerca del lugar donde fue asesinado Pier Paolo Pasolini hace justo 42 a?os, ha sido el epicentro de la venta de droga y los trapicheos de los clanes. Gimnasios de boxeo, casas de apuestas, armas. Quisieron m¨¢s y se lanzaron a la promoci¨®n inmobiliaria, a la ampliaci¨®n ilegal de muchos de los 71 chiringuitos de la playa sujetos a concesi¨®n y convertidos en discotecas o restaurantes. Se adue?aron del control de las viviendas de protecci¨®n oficial. La Junta fue poco a poco carcomida por la corrupci¨®n, se construy¨® un puerto deportivo de cientos de millones de euros, embargado por la autoridad judicial a su promotor, Mauro Balini, propietario de medio litoral y a quien la fiscal¨ªa relacion¨® con organizaciones criminales de la zona.
En 2012 llegaron a la capital Giuseppe Pignatone, nuevo fiscal jefe, y Michele Prestipino, nombrado en 2013 su n¨²mero dos. Ambos magistrados, bregados en la lucha contra la Cosa Nostra y la ¡®Ndrangheta, empezaron a poner letra a la m¨²sica que sonaba de fondo desde hac¨ªa a?os en Roma. Explotaron los casos Mafia Capital, Nuova Alba y Sub Urbe. Y fueron cayendo todos los capos e implicados en derivadas de las operaciones. Desde el jefe de polic¨ªa de Ostia, que avisaba antes de las redadas, hasta el director del municipio, un siniestro personaje llamado Aldo Papalini (ocho a?os de c¨¢rcel) que permiti¨® el crecimiento hormonado de los chiringuitos hasta borrar el horizonte.
El municipio qued¨® arrasado, social y econ¨®micamente, y la ¨²nica soluci¨®n fue disolver la Junta municipal, gestionada entonces por el Partido Democr¨¢tico, nombrar a un administrador y aplicar un procedimiento usado en lugares como San Luca, cuna de la ¡®Ndrangheta en Calabria. Porque en Ostia, un distrito con la misma poblaci¨®n que Venecia y un litoral de 12 kil¨®metros, gobern¨® la mafia. Ni sicilianos, ni calabreses, ni napolitanos, un engendro romano. Al menos eso dicen cuatro sentencias en primera instancia.
La Banda de la Magliana
Una historia criminal que comenz¨® en los a?os setenta con la Banda de la Magliana, de la que salieron capos como Carmine Fasciani (hoy en la c¨¢rcel) y que fue creando un monstruo de tres cabezas que se reparti¨® las calles con las guerras entre los clanes a principios de los a?os 2000. Hubo gambizzazioni (un disparo en la pierna), muertos, casamientos entre familias para tranquilizar los ¨¢nimos y una tregua con la que pacificaron el territorio, recuerda Marco Genovese, responsable en Roma de Libera, la asociaci¨®n que combate las asociaciones mafiosas en toda Italia. Un material narrativo que dio para un libro ¡ªuno de los coautores es el magistrado Giancarlo De Cataldo¡ª y que Netflix ha explotado con una pel¨ªcula y una serie: Suburra.
Las elecciones del domingo, cuyas encuestas lideran el centroderecha y el M5S, medir¨¢n el trabajo que el comisario Domenico Vulpiani ha realizado en estos dos a?os. Tambi¨¦n el poder de los de Grillo en una zona donde Raggi cerr¨® su campa?a y obtuvo el 76,1% de los votos. Pero los comicios y sus m¨²ltiples candidatos responden a una situaci¨®n extraordinaria. Don Franco es el vicerrector de la parroquia de Santa Monica y el presidente de C¨¢ritas. Se presenta con una lista c¨ªvica de izquierda radical y antiextorsi¨®n. Sonriente, de 71 a?os, ya sin el alzacuellos, explica en un peque?o caf¨¦ junto a las casas de protecci¨®n oficial los motivos de esta segunda vocaci¨®n. ¡°Tras dos a?os de intervenci¨®n y viendo que los partidos no prestan atenci¨®n a los problemas reales he decidido dar el paso. Queremos eliminar todos los elementos sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos que favorecen las mafias. Queremos reactivar el turismo, dar espacio a los j¨®venes¡±, propone esperanzado.
La ant¨ªtesis de Don Franco es Luca Marsella, cabeza de lista de la organizaci¨®n declaradamente fascista CasaPound. La formaci¨®n aspira a obtener en este territorio tan amado por Mussolini y granero de la derecha social de Teodoro Buontempo su mejor resultado en Italia a base de trabajo de campo (las encuestas les dan un 10% y al menos dos consejeros). Pero sus presuntos v¨ªnculos con los Spada, mermados despu¨¦s de la operaci¨®n Sub Urbe (10 arrestados), son evidentes. M¨¢s all¨¢ de haber organizado fiestas de barrio conjuntamente, el anterior candidato Ferdinando Colloca, ya mantuvo relaciones empresariales con el clan. El l¨ªder de CasaPound en Italia, Simone Di Stefano, negaba a EL PA?S hace un mes que es v¨ªnculo fuera m¨¢s que alguna coincidencia en un acto p¨²blico. Pero en Ostia, que el domingo busca empezar de cero, pocos creen ya en las casualidades.
Periodistas bajo escolta policial
El caso del escritor Roberto Saviano, condenado a llevar una escolta de cinco carabinieri d¨ªa y noche por sus revelaciones sobre los clanes de la Camorra en Gomorra, no es ¨²nico en Italia. Menos medi¨¢ticos pero con un coste personal similar por ejercer su profesi¨®n libremente, se encuentran otros periodistas como Lirio Abbate, excelente cronista de L'Espresso que radiografi¨® la distribuci¨®n del territorio romano por clanes, o Federica Angeli, una valiente reportera de Repubblica que destap¨® una parte fundamental del caso de Ostia. Ha recibido amenazas, intentos de agresi¨®n e intimidaciones constantes.
Todo empez¨® con una escucha policial donde Armando Spada hablaba con el director de la oficina t¨¦cnica de Ostia, Aldo Papalini. ¡°Le dec¨ªa que le diera el kiosko de uno al que hab¨ªan matado. En Ostia hay 71 kioskos. Fui busc¨¢ndole hasta que encontr¨¦ Orsa Maggiore, uno de los m¨¢s bonitos. Estudi¨¦ la sociedad y estaba ah¨ª el yerno de Armando Spada, tambi¨¦n el l¨ªder de Casapound y uno de la marina militar¡±, recuerda.
Angeli vive justo encima de uno de los bares relacionados con las tramas, se fue a ver al jefe del clan con una c¨¢mara. ¡°Me encerr¨® dos horas en una habitaci¨®n dici¨¦ndome que le ten¨ªa que dar la grabaci¨®n o no sal¨ªa viva. Que me mataban, que mandan ellos y que ¨¦l ten¨ªa a todas las fuerzas del orden y la pol¨ªtica compradas. Despu¨¦s de dos horas, sus matones obligaron a los dos operadores de a borrarlo todo y me dijo que si contaba algo yo y mis hijos est¨¢bamos muertos¡±.
La periodista sigui¨® con la investigaci¨®n, que deb¨ªa publicarse el 20 de julio de 2016. Pero el 16 se produjo un tiroteo justo debajo de su casa y se convirti¨® en la ¨²nica testigo ocular. Carmine Spada (actualmente encerrado bajo el 41 Bis) y Ottavio Spada le propinaron 30 cuchilladas en el t¨®rax a un miembro de los Triassi y cuatro en el cuello a otro. Estos respondieron disparando contra Ottavio, que recibi¨® una bala en el pecho. Los Spada vuelven a amenazar a la periodista, que seis horas despu¨¦s pas¨® a llevar escolta indefinidamente.
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