La UE brindar¨¢ ayuda militar a un Estado si sufre un gran ciberataque
La cl¨¢usula de asistencia mutua se aplicar¨¢ tambi¨¦n en caso de agresi¨®n en las redes
Europa dispone de ej¨¦rcitos, pero le faltan recursos para hacer frente a injerencias externas m¨¢s sutiles. La inquietud respecto a los intentos de manipular a la opini¨®n p¨²blica con mensajes enga?osos se extiende a un fen¨®meno a¨²n m¨¢s dif¨ªcil de rastrear: los ciberataques. Para combatirlos, cualquier pa¨ªs comunitario que sufra un ataque en sus redes podr¨¢ exigir asistencia militar al resto. As¨ª figura en un documento que aprobar¨¢n este lunes los ministros de Asuntos Europeos y al que ha tenido acceso EL PA?S. Al contemplar una posible respuesta militar, la UE sit¨²a los ciberataques en la lista de mayores amenazas a los pa¨ªses comunitarios.
El llamado poder blando de la UE revela algunas flaquezas frente a terceros. Tras las intromisiones detectadas, con Catalu?a como ejemplo m¨¢s reciente, el bloque comunitario insta a poner ¡°especial ¨¦nfasis en defender los valores democr¨¢ticos¡± en el contexto de la seguridad global. El fen¨®meno no es aislado. Los ataques cibern¨¦ticos se han cuadruplicado desde 2015, seg¨²n datos recogidos por la Comisi¨®n Europea, y en algunos pa¨ªses miembros, la mitad de los delitos son ya ciberdelitos. Muchos tienen motivaci¨®n exclusivamente econ¨®mica, pero otros buscan la desestabilizaci¨®n pol¨ªtica de Europa, con voluntad de alterar los resultados de las elecciones o el funcionamiento de infraestructuras cr¨ªticas. ¡°Hay intentos diarios de interferir en infraestructuras en la UE¡±, asegura una fuente comunitaria que exige anonimato.
Un fen¨®meno costoso
Crecimiento. Los ataques cibern¨¦ticos se han cuadruplicado en el bloque comunitario desde 2015, seg¨²n datos recogidos por la Comisi¨®n Europea. En algunos pa¨ªses miembros, la mitad de los delitos son ya ciberdelitos. El impacto econ¨®mico entre 2013 y 2017 se ha quintuplicado.
Incidencia diaria. En 2016 se produjeron una media de 4.000 al d¨ªa. El 80% de las empresas en Europa declararon haber sufrido al menos uno, seg¨²n un informe de la consultora PriceWaterhouseCoopers recogido por la Comisi¨®n.
Impacto econ¨®mico. Despu¨¦s de dos grandes ciberataques de escala mundial (Wannacry y Petya), un informe estim¨® que otro episodio similar podr¨ªa costar a la econom¨ªa global m¨¢s de 100.000 millones de euros.
Infraestructuras. M¨¢s de 150 pa¨ªses y 230.000 sistemas de diferentes sectores han sufrido incidentes. Algunos han tenido un impacto significativo en servicios esenciales, incluidos hospitales y ambulancias.
Los dirigentes europeos saben que hoy es mucho m¨¢s realista lidiar con este tipo de desaf¨ªos que responder a una invasi¨®n con tanques. Por eso quieren adaptar las estrategias militares a las nuevas amenazas. El texto que ratificar¨¢ hoy el Consejo Europeo ¡ªa trav¨¦s de los ministros o secretarios de Estado de Asuntos Europeos¡ª establece que cualquier ¡°incidente o crisis cibern¨¦tica particularmente serios podr¨ªan constituir un motivo suficiente para que un Estado miembro invoque la cl¨¢usula de solidaridad y la de asistencia mutua¡±. Se trata de dos herramientas previstas en el tratado europeo que obligan a prestar cualquier tipo de ayuda, incluida la militar, cuando un Estado sufra una agresi¨®n armada, terrorista o un grave perjuicio derivado de desastres naturales o humanos.
Esta posibilidad solo se ha invocado una vez desde que entr¨® en vigor con el Tratado de Lisboa (2009). Lo hizo Francia, tras los atentados de noviembre de 2015. Entonces, el Gobierno de Fran?ois Hollande pidi¨® ayuda a sus socios para desplegar al Ej¨¦rcito en las calles del pa¨ªs sin tener que desmantelar las misiones militares que manten¨ªa en el exterior. Espa?a fue uno de los pa¨ªses que ofreci¨® recursos.
En las 18 p¨¢ginas de conclusiones que aprobar¨¢n los ministros no hay una sola menci¨®n a Rusia, el pa¨ªs que m¨¢s sospechas levanta como origen de esas influencias exteriores. Las mismas fuentes europeas aseguran que muchos ataques cibern¨¦ticos provienen de Rusia y de Corea del Norte, pero eso no significa que sus autoridades los ejecuten. ¡°Los hackers se refugian all¨ª porque es f¨¢cil esconderse, al ser pa¨ªses que no cooperan. Lo que es seguro es que los Gobiernos no nos ayudan a identificar a los responsables¡±, abunda otro experto. La prensa brit¨¢nica ha revelado que hubo un intento de infiltraci¨®n en la red energ¨¦tica de Reino Unido durante la ¨²ltima jornada electoral, el pasado 8 de junio.
Con esta medida, Europa sigue los pasos de la OTAN, que tambi¨¦n considera la agresi¨®n cibern¨¦tica como motivo para invocar el deber de defensa colectiva entre los aliados.
Amenaza de sanciones
Adem¨¢s de protegerse, la UE quiere disuadir a terceros de interferir en sus asuntos. Por eso amenaza con sancionar a los Estados responsables. El texto de conclusiones hace suya una propuesta de la Comisi¨®n Europea que incluye ¡°medidas restrictivas que pueden usarse para evitar actividades cibern¨¦ticas malignas y responder frente a ellas¡±. En la jerga comunitaria, esa expresi¨®n alude a las sanciones que castigan a pa¨ªses extranjeros por conductas consideradas lesivas. En ese marco figuran las que la UE aplica contra Corea o contra Rusia por el conflicto de Ucrania.
En la pr¨¢ctica, resulta casi imposible probar que un Gobierno est¨¦ detr¨¢s de un ataque cibern¨¦tico. Y las sanciones, que requieren unanimidad entre los pa¨ªses miembros, solo se adoptan cuando existen evidencias claras de esas irregularidades.
Como medidas adicionales, los 28 Estados comunitarios plantean realizar ejercicios militares paneuropeos que pongan a prueba la seguridad cibern¨¦tica y sugieren la creaci¨®n de un fondo para responder a las emergencias de ciberseguridad. El Consejo Europeo se compromete a que todas estas iniciativas cristalicen en un plan de acci¨®n antes de que concluya el a?o.
El dilema de promover o vetar los mensajes encriptados
La lucha contra el terrorismo y otros delitos de gran dimensi¨®n ha alterado la visi¨®n europea sobre la privacidad. Al contrario que Estados Unidos, la UE siempre ha tendido m¨¢s a proteger ese derecho fundamental y a limitar mucho el acceso de las fuerzas de seguridad a los datos personales de los ciudadanos. La encriptaci¨®n de mensajes electr¨®nicos es una herramienta que refuerza ese principio de privacidad, pero tambi¨¦n ha servido para camuflar actuaciones delictivas. Bruselas tiene dificultades para adoptar una posici¨®n clara en este debate. Y el texto de conclusiones del Consejo Europeo es una muestra de ello.
Estonia, el pa¨ªs que ejerce la presidencia de turno de la UE, ha querido dejar su impronta en una materia tan sensible. Este Estado b¨¢ltico, altamente digitalizado, basa buena parte de su econom¨ªa y de su Administraci¨®n p¨²blica en la circulaci¨®n segura de datos personales a trav¨¦s de la red. El documento sobre ciberseguridad aborda el dilema de manera salom¨®nica. Por un lado, admite ¡°los desaf¨ªos que imponen los sistemas que permiten a los delincuentes y a los terroristas comunicarse por v¨ªas a las que las autoridades no pueden acceder¡±. Pero inmediatamente despu¨¦s subraya que ¡°una encriptaci¨®n fuerte y fiable es de gran importancia para la confianza en el mercado digital com¨²n y el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales¡±.
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