Los familiares de los tripulantes del submarino: ¡°Son perversos, nos mintieron¡±
Los allegados de los 44 desaparecidos del ARA San Juan pierden la esperanza de encontrarlos con vida tras escuchar que se produjo una explosi¨®n
Los familiares de los 44 tripulantes del submarino no dejaron que el jefe de la base naval terminase de leer el parte oficial. Se abalanzaron sobre ¨¦l llenos de rabia y dolor. Hubo golpes, gritos y l¨¢grimas al escuchar que el mismo d¨ªa que desapareci¨® el ARA San Juan se registr¨® una explosi¨®n en la zona. Con la noticia, las esperanzas a las que se aferraron durante los ocho d¨ªas sin noticias del submarino se desvanecieron de golpe.
A los pocos minutos del anuncio, un par de ambulancias ingresaron en la base de la Armada en Mar del Plata para atender a algunos familiares que se hab¨ªan desmayado. Al mismo tiempo, muchos otros comenzaron a abandonar el lugar. Devastados, la mayor¨ªa no pod¨ªa ni quer¨ªa hablar y los pocos que lo hicieron fueron dur¨ªsimos. "Mandaron una mierda a navegar. Ya tuvieron un inconveniente en 2014 y no pudieron emerger. Son unos desgraciados perversos que nos tuvieron ac¨¢ una semana. ?Por qu¨¦ no lo dijeron antes? Nos mintieron", remarc¨® Itat¨ª Leguizam¨®n, esposa de Germ¨¢n Su¨¢rez, uno de los 44 marinos. "Los familiares est¨¢n rompiendo todo ah¨ª adentro", asegur¨®.
Leguizam¨®n culp¨® a los "15, 20, incluso m¨¢s a?os de abandono de la Armada" de la responsabilidad de la explosi¨®n. Aunque no se ha comunicado de forma oficial el fallecimiento de los tripulantes, asegur¨® que nadie lo pone en duda: "Ya no tengo ninguna esperanza".
"Est¨¢n todos muertos, mataron a mi hermano, hijos de puta", grit¨® desde el autom¨®vil, sin identificarse, un hombre furioso. "Los jefes se robaron toda la plata y a ellos los sacan a navegar con alambre", a?adi¨®, antes de cerrar la ventanilla y salir disparado lejos de all¨ª. Los argentinos llaman atar con alambre a hacer una chapuza para que algo siga funcionando y muchos familiares creen que el ARA San Juan, de 1985, no estaba en condiciones para navegar.
Ante el acoso de los periodistas, m¨¢s de una treintena de coches abandonaron la base naval por una puerta secundaria. Padres, esposas y hermanos de los tripulantes lloraban y se abrazaban, pero rechazaban responder preguntas. Un joven, cabizbajo, abandon¨® el lugar a pie y empez¨® a caminar sec¨¢ndose las l¨¢grimas con el jersey.
M¨¢s de 200 allegados de los marinos permanecieron juntos durante d¨ªas en el complejo de la Armada a la espera de noticias. Llegados de todo el pa¨ªs y contenidos por un equipo de psic¨®logos, se daban fuerzas los unos a los otros para no caer en la desesperaci¨®n. Este jueves, toda la angustia acumulada salt¨® por los aires.
"No nos qued¨® santo por rezar, a nadie por pedir. No volvieron y no van a volver nunca m¨¢s y no s¨¦ si van a volver sus cuerpos, que es lo que m¨¢s me duele, porque no tendr¨¦ a donde llevarle una flor", dijo a la prensa Jesica Gopar, esposa del tripulante Fernando Santilli. Con un cartel en la mano en homenaje a su esposo, Gopar record¨® su ¨²ltima conversaci¨®n: "Le dije fue que nos ver¨ªamos pronto para celebrar el cumplea?os de su hijo. Y le dije que lo amaba". Adem¨¢s, pidi¨® a "todas las mujeres y a los hijos que se quedaron sin pap¨¢ estar unidos para que se haga justicia".
El cartel de Santilli fue colgado junto al de otros tripulantes y a los innumerables mensajes de solidaridad y aliento que los argentinos han estampado en banderas nacionales, cartones, papeles y dibujos infantiles a lo largo de una semana. Un d¨ªa m¨¢s, y en mayor n¨²mero que los anteriores, vecinos de esta ciudad costera, situada 400 kil¨®metros al sur de Buenos Aires, se congregaron tambi¨¦n frente a las puertas de la base para expresar su solidaridad. "Fuerza","qu¨¦ dolor", dec¨ªan en voz alta al ver salir a familiares en estado de shock. Durante ocho d¨ªas, nadie quiso pensar en el peor de los finales.
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