¡°O se firmaba la paz en Colombia o segu¨ªa la maquinaria de terror¡±
El responsable de la gesti¨®n del posconflicto habla de los retos del pa¨ªs cuando se cumple un a?o del acuerdo con las FARC
Rodrigo Rivera (Pereira, 1963) es el responsable de la gesti¨®n del posconflicto con las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Designado como alto comisionado para la Paz el pasado verano, en sustituci¨®n de Sergio Jaramillo, tiene la misi¨®n de pilotar la transici¨®n a la vida civil de la guerrilla m¨¢s antigua de Am¨¦rica, que hace hoy un a?o firm¨® con el Gobierno de Juan Manuel Santos el acuerdo que llev¨® al desarme a m¨¢s de 7.000 guerrilleros.
Pregunta. Las FARC entregaron las armas, pero Colombia tiene un serio problema de polarizaci¨®n social. ?Lo comprende?
Respuesta. Era previsible que sucediera. El acuerdo se firm¨® a poco m¨¢s de un a?o de las elecciones. La fase inicial de la implementaci¨®n iba a coincidir con esta fase electoral y entra?a retos a¨²n mayores a los que de por s¨ª tiene un proceso de paz de este tipo. Eso obliga al Gobierno a tener serenidad y a estar enfocado en la gesti¨®n del acuerdo, en la sincronizaci¨®n de las instituciones y en un ejercicio muy demandante de interlocuci¨®n con las FARC, la sociedad colombiana y actores internacionales.
P. ?Ha empeorado la percepci¨®n que la sociedad ten¨ªa de estos acuerdos?
R. Hay de todo. Hay hechos muy poderosos que est¨¢n desarmando prevenciones que ten¨ªan algunos sectores de la sociedad: la entrega de alrededor de 9.000 armas en buen estado por unos 7.000 exguerrilleros, algo m¨¢s de 70 toneladas de material de guerra, ver a las FARC convertirse en partido pol¨ªtico, verlos ejerciendo pol¨ªtica sin armas¡ Son hechos muy poderosos, algunos caen mejor que otros. Por supuesto, a la sociedad le cae mejor verlos entregar las armas que verlos haciendo pol¨ªtica.
P. ?Influir¨¢ este clima en las elecciones de 2018?
R. La din¨¢mica electoral genera una tentaci¨®n muy grande a los actores pol¨ªticos de ser cautelosos en la defensa de un proceso que despierta muchas heridas a sectores que fueron profundamente afligidos por la violencia. Es un fil¨®n pol¨ªtico muy rentable electoralmente. Hay que ser extremadamente responsable como candidato o l¨ªder pol¨ªtico para no apelar a este recurso. Creo que la sociedad colombiana es madura. La mayor parte de los ciudadanos van a respaldar un proceso que desactiv¨® una m¨¢quina infernal de violencia y terror.
El proceso de paz despierta muchas heridas. Es un fil¨®n rentable electoralmente
P. Echando la vista atr¨¢s, ?ese acuerdo era mejorable?
R. Este era un debate pertinente el a?o pasado, antes de firmar el acuerdo. Este proceso de paz pudo haber fracasado. Despu¨¦s de los 14 a?os de Gobiernos m¨¢s fuertes y determinados contra las FARC, el saldo fue que les dimos golpes muy duros, pero no fueron derrotadas. Hubo unos sapos grandes que tragar, como que las FARC participaran en pol¨ªtica de manera inmediata mientras simult¨¢neamente tienen que ir a la Justicia Especial de Paz (JEP). La decisi¨®n fue que o se firmaba pagando ese precio o segu¨ªa la maquinaria de terror que no conseguimos derrotar.
P. Ahora est¨¢n en el sistema y, por ejemplo, rechazan las modificaciones de la Corte Constitucional sobre el sistema de justicia del posconflicto. Por ejemplo, los civiles solo ingresar¨¢n en esa jurisdicci¨®n de forma voluntaria.
R. Discrepo de esta opini¨®n. Es dif¨ªcil encontrar una instituci¨®n m¨¢s comprometida con el acuerdo de paz que la Corte Constitucional. Hace un mes tom¨® la decisi¨®n hist¨®rica de considerar el acuerdo de paz como pol¨ªtica de Estado, que tendr¨¢n que defender los tres pr¨®ximos Gobiernos. A las FARC tenemos que decirles: ¡°Bienvenidos al Estado de derecho¡±. Cuando hay discrepancias, quien resuelve es la Corte y a veces produce decisiones que gustan y otras no. No puede hacer carrera la versi¨®n de que el acuerdo se ha modificado. La Corte ha ajustado la interpretaci¨®n de algunas cl¨¢usulas del acuerdo a la Constituci¨®n, sin afectar lo esencial. La participaci¨®n pol¨ªtica no es un derecho absoluto. Para ejercerla deben comprometerse a ir a la Justicia Especial de Paz y que se cumpla con la verdad y la reparaci¨®n de las v¨ªctimas. Esto no rompe el acuerdo.
P. ?Cree que la protesta de las FARC es una escenificaci¨®n?
R. Han criticado que servidores p¨²blicos distintos a los militares y terceros, ciudadanos, no tengan que ir a la JEP. Que esto es impunidad. Olvidan decir que los militares s¨ª est¨¢n obligados a ir a la JEP cuando est¨¦n comprometidos en delitos graves. Si los terceros y servidores p¨²blicos son juzgados por la justicia ordinaria, las penas pueden llegar a los 60 a?os de c¨¢rcel. Las penas en la JEP son de m¨¢ximo 20. Hay muchos incentivos para que estos actores vayan a la JEP porque les va a tratar con m¨¢s benevolencia. No podemos graduar a la Corte como enemiga del acuerdo, va a ser la gran garante.
P. ?A qu¨¦ atribuye esta reacci¨®n de la dirigencia de la FARC?
R. Es natural que las FARC y el Gobierno hubieran preferido que la Corte hubiera avalado el acuerdo inicial. No ocurri¨® as¨ª. A juicio del Gobierno, no se rompe el coraz¨®n del acuerdo. El Gobierno y las FARC no est¨¢n por encima de la Constituci¨®n ni el poder constitucional.
Hay l¨ªderes encopetados que siguen llamando a estos exguerrilleros narcoterroristas,
P. A pesar de su desmovilizaci¨®n, Colombia a¨²n no ha resuelto el problema de la violencia.
R. Ha habido un descenso sustancial de la violencia derivada del conflicto con las FARC. Las cifras de instituciones que est¨¢n haciendo seguimiento de la din¨¢mica de violencia dicen que si en los ¨²ltimos 18 meses el pa¨ªs hubiera seguido con esa clase de confrontaci¨®n hubiera tenido 2.700 muertos m¨¢s. Tambi¨¦n hay que recordar que las FARC eran la estructura m¨¢s importante, pero no la ¨²nica. Est¨¢ el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional, que es mucho m¨¢s reducido, pero es significativo, con el que ahora tenemos un cese el fuego bilateral que ha generado alivios muy sensibles. Y luego est¨¢n estructuras narcotraficantes y criminales como el Clan del Golfo.
P. Grupos que luchan por el control de la coca.
Hay muchos incentivos para que estos actores [los civiles] vayan a la JEP, porque les va a tratar con m¨¢s benevolencia
R. Las FARC est¨¢n cumpliendo y el hecho de que est¨¦n cumpliendo ha dejado vac¨ªos en las zonas que ofrecen rentas il¨ªcitas, fundamentalmente cultivo de coca y amapola, y miner¨ªa ilegal. Y esa disputa ha probado ser letal, particularmente, para los eslabones m¨¢s d¨¦biles de la cadena como los l¨ªderes sociales. Hay un esfuerzo grande del Estado en protegerlos, pero es imposible d¨¢rsela a todos, especialmente a personas que no hab¨ªan denunciado.
P. ?Y qu¨¦ pueden hacer?
R.Esta nueva din¨¢mica tiene que estar m¨¢s pendiente de cosas como estas, reconciliaci¨®n, actos de pedagog¨ªa, crear ambiente de convivencia. Cuando usted mira que a¨²n l¨ªderes muy importantes, encopetados, importantes de la sociedad colombiana, siguen llamando a estos exguerrilleros narcoterroristas, all¨ª hay un principio de generar riesgos muy fuertes para la seguridad personal de estos excombatientes. La UE ya los sac¨® de la lista de terroristas.
P. ?Es posible la reconciliaci¨®n de los colombianos?
R.Colombia en 207 a?os de historia ha tenido sucesivos ciclos de violencia, los hemos cerrado con exitosos acuerdos de paz, pero no hemos logrado una reconciliaci¨®n. Somos ignorantes en eso, tenemos que aprender mucho de los europeos, que lograron la reconciliaci¨®n despu¨¦s de la II?Guerra Mundial. Parec¨ªa imposible entre franceses y alemanes, o entre el pueblo alem¨¢n y el pueblo de Israel. Fue posible. A nosotros nos sirve de espejo.
P. ?Nos puede concretar algunas cifras de la reincorporaci¨®n? Las FARC dicen que no tienen dinero para proyectos productivos.
R. M¨¢s de 10.000 ya han recibido los dos millones de pesos (unos 670 d¨®lares) de la normalizaci¨®n y han recibido ya tres pagos mensuales de sostenimiento. Les hemos abierto cuentas bancarias a casi la totalidad. Hay algunos que no porque est¨¢n en la lista Clinton. Los pagos mensuales de sostenimiento son por dos a?os, el periodo que se requiere para prepararlos y reinsertarlos productivamente de manera sostenible. La mayor parte no sabe ni leer ni escribir. Los estamos alfabetizando. Est¨¢n reclamando los proyectos productivos. Ya. Pero si se entrega el dinero antes de que est¨¦n preparados, se gastan el dinero en cosas que no est¨¢n necesariamente relacionadas con los proyectos productivos.
P. ?Es viable una ampliaci¨®n del alto el fuego con el ELN, que termina el 9 de enero?
R. Hab¨ªa habido di¨¢logo, pero este es el primer acuerdo que hemos alcanzado con el ELN. El ambiente general de paz ofrece una oportunidad quiz¨¢ incomparable, quiz¨¢ irrepetible para un avance mucho mayor, pero no depende solo de nosotros.
R. Al ELN lo que le estamos diciendo es que hay que tener un sentido de la oportunidad hist¨®rica. No sabemos c¨®mo va a ser la campa?a presidencial, es posible que la din¨¢mica de la campa?a le imponga al pr¨®ximo presidente umbrales de negociaci¨®n que el presidente Santos no tiene. Nosotros somos moderadamente optimistas.
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