El carisma que estorba o la suerte del bonito
Los priistas habr¨ªan apoyado a cualquiera con tal de impedir el triunfo de L¨®pez Obrador
Enrique Pe?a Nieto ha sido un hombre con m¨¢s fortuna que aciertos. Su carrera lo llev¨® hasta la presidencia de M¨¦xico tras una vida transcurrida entre algodones y alfombras rojas, sin muchos m¨¦ritos pero con los padrinos id¨®neos y el rostro fotog¨¦nico necesario. Su desempe?o en Los Pinos ha sido deslucido, por decir lo menos. Lo confirman los baj¨ªsimos niveles de aprobaci¨®n entre los ciudadanos, el desplome del PRI en elecciones regionales o el desprestigio por la corrupci¨®n y la inseguridad p¨²blica que imperan.
Hace seis meses parec¨ªa que la ¨²nica posibilidad que ten¨ªa el PRI de Pe?a Nieto para no perder el poder en las elecciones de 2018 consist¨ªa en encomendarse al voto duro de sus bases clientelares (estimado en alrededor del 30%) y buscar que el sufragio antipriista se fragmentara en una multitud de candidatos. Pero incluso ese escenario parec¨ªa poco factible por el ascenso de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, el l¨ªder de la izquierda, muy perfilado para captar el descontento popular. En las peores pesadillas del mandatario figuraba la posibilidad de enfrentar represalias jur¨ªdicas tras el ascenso de un Gobierno opositor. Si los candidatos del PRI no despuntaban, la presidencia habr¨ªa estado dispuesta a apoyar a cualquier abanderado, incluso del PAN, con tal de impedir el triunfo de L¨®pez Obrador.
Pero una vez m¨¢s la fortuna ha venido al rescate de este bienaventurado. Contra todos los pron¨®sticos, los candidatos de oposici¨®n se han desdibujado; la alianza del PAN y el PRD no est¨¢ en condiciones de ofrecer una opci¨®n atractiva y consensuada (por razones cuyo examen excede los l¨ªmites de este espacio); las candidaturas independientes tampoco han prosperado. S¨²bitamente, el panorama se ha clarificado y tras la bruma aparecen solo dos fuerzas significativas en el campo de batalla: L¨®pez Obrador por un lado y el candidato del sistema por el otro.
Pe?a Nieto entendi¨® la coyuntura y eligi¨® a un no priista, por primera vez en la historia de este partido, para encabezar la alianza impl¨ªcita en contra del opositor de izquierda. El hombre elegido, Jos¨¦ Antonio Meade, quien fung¨ªa como secretario de Hacienda, es un funcionario que ha trabajado en distintas Administraciones y sin mayor militancia pol¨ªtica. Un perfil capaz de atraer el voto del centro y de la derecha y, para el caso, el de cualquier ciudadano que se deje espantar por la campa?a que har¨¢ de L¨®pez Obrador un peligro para M¨¦xico.
Meade no es un hombre carism¨¢tico. En opini¨®n de los expertos del PRI, no es necesario que lo sea. M¨¢s a¨²n, le habr¨ªa estorbado. Basta que proyecte una imagen de mesura, responsabilidad, sencillez y de no ser priista. Intentar¨¢n convertir la elecci¨®n de julio en un plebiscito entre el riesgo y la seguridad; entre la barbarie y la cautela; entre el populismo irresponsable y la prudencia financiera y administrativa. Intentar¨¢n hacer de Meade el receptor del voto ¨²til de muchos no priistas que carecen de preferencia pol¨ªtica o que teni¨¦ndola entienden que su candidato (del PAN, del PRD o independiente) no tiene posibilidades de triunfo.
Pe?a Nieto entendi¨® la coyuntura y eligi¨® a un no priista, por primera vez en la historia de este partido, para encabezar la alianza impl¨ªcita en contra del opositor de izquierda.
Hace seis meses, la estrategia del PRI habr¨ªa consistido en insuflar a muchos candidatos para fragmentar el voto. Eso cambi¨® hace algunas semanas; ahora se trata de despejar el camino para hacer de Meade la ¨²nica opci¨®n viable frente al l¨ªder de Morena. Lo que sigue es una estrategia en dos movimientos: primero, el golpeteo a otros candidatos del centro y de la derecha (Ricardo Anaya, Margarita Zavala, Jaime Rodr¨ªguez, El Bronco, y Miguel ?ngel Mancera seguir¨¢n acumulando notas negativas, ataques, cr¨ªticas en columnas pol¨ªticas). Y segundo, la madre de todas las batallas: la campa?a negativa contra el verdadero opositor, la satanizaci¨®n de L¨®pez Obrador hasta convertirlo en pluma de vomitar del ciudadano medio.
Por su parte, el candidato opositor intentar¨¢ hacer de la elecci¨®n un plebiscito diferente: ¡°La corrupci¨®n o yo¡±. ¡°M¨¢s de lo mismo o el cambio¡±. Al final ser¨¢ una guerra de narrativas entre dos fuerzas formidables.Pe?a Nieto ha dicho a sus ¨ªntimos que nunca ha perdido una elecci¨®n. Sabe que cuenta con la fortuna, el Estado y los medios de comunicaci¨®n para ganar la siguiente. Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador cuenta con la rabia de muchos y el descontento de la mayor¨ªa. Nos espera una confrontaci¨®n implacable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.