En busca del nuevo Caribe colombiano
Un programa de inclusi¨®n social apoyado por el Banco de la Rep¨²blica plantea la inversi¨®n de 16.500 millones de d¨®lares en 12 a?os para el desarrollo de la regi¨®n
Decir Caribe supone una reflexi¨®n sobre el sentimiento de pertenencia. Hablar de una conciencia casi familiar que define en buena medida la identidad de esta regi¨®n de Colombia, una de las m¨¢s mitificadas y a la vez olvidadas del pa¨ªs. La tierra de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, la costa de Cartagena de Indias, una de las urbes que marcaron el destino de Am¨¦rica, la de Barranquilla y del pueblo way¨²u es hoy un territorio que busca dejar atr¨¢s la pobreza, los latigazos de la corrupci¨®n y allanar el camino a la transformaci¨®n y el crecimiento. Ese prop¨®sito qued¨® negro sobre blanco la semana pasada en la ciudad de Santa Marta con un compromiso, impulsado por Casa Grande Caribe, una iniciativa apoyada por el Banco de la Rep¨²blica ¨Cinspirada en el t¨ªtulo de la novela del escritor ?lvaro Cepeda Samudio¨C que persigue la inversi¨®n de 16.548 millones de d¨®lares en 12 a?os en un ambicioso programa de inclusi¨®n social.
La regi¨®n, con alrededor de diez millones de habitantes repartidos en ocho departamentos, tiene que hacer frente a emergencias en materia de nutrici¨®n, salud, educaci¨®n, suministro de agua y alcantarillado. La mortalidad infantil es de 254 ni?os por cada 100.000 personas, el analfabetismo supera el 9% y, por ejemplo, en La Guajira solo el 56,5% de la poblaci¨®n tiene acceso a un acueducto. ¡°El Caribe colombiano, que es m¨¢s grande que muchos pa¨ªses latinoamericanos, es parte de la periferia colombiana y esa periferia tiene niveles de pobreza y de ingresos per c¨¢pita menores que el resto del pa¨ªs¡±, explica Adolfo Meisel, codirector del Banco de la Rep¨²blica y organizador de la cumbre que reuni¨® a algunas de las personalidades m¨¢s respetadas de la costa y trat¨® de dibujar un nuevo horizonte.
¡°El ingreso per c¨¢pita del Caribe colombiano est¨¢ un 30% por debajo del promedio del resto de Colombia. Y una tercera parte de los pobres vive en este territorio. Durante el boom petrolero no se invirti¨® en las prioridades. Hay muchos elefantes blancos. Hay la plata, falta la voluntad¡±, contin¨²a Meisel. ¡°El problema para avanzar en la lucha contra la pobreza extrema no tiene que ver ya con falta de recursos. Tiene que ver con el liderazgo, con un liderazgo que es inadecuado, por la corrupci¨®n, por la mediocridad, por la ineptidud y por la irresponsabilidad¡±. El alcalde de Cartagena, Manuel Vicente Duque, fue detenido en agosto con la acusaci¨®n de cohecho y tr¨¢fico de influencias. El de Santa Marta estuvo bajo arresto dos d¨ªas la semana pasada por presuntas irregularidades en la concesi¨®n de contratos.
Desde el puerto de esa ciudad se exporta caf¨¦, carb¨®n, aceite o banano. La regi¨®n cuenta con cauces para crecer, pero debe mutar. ¡°Tiene una falla de liderazgo en el sector empresarial, el sector pol¨ªtico, acad¨¦mico, en los medios, que guardan silencio. Y eso tiene que empezar a cambiar. Casa Grande Caribe tiene que vincular a gente joven, gente muy bien preparada, gente que tiene una ¨¦tica muy diferente¡±, razona el directivo del Banco de la Rep¨²blica.
El pacto recoge ¡°el firme prop¨®sito de apoyar las inversiones y pol¨ªticas p¨²blicas necesarias para eliminar las inhumanas condiciones de vida de amplios de sectores de la poblaci¨®n¡± del Caribe. El objetivo coniste en alcanzar una inversi¨®n de 3.002 millones de d¨®lares en nutrici¨®n, 6.275 en educaci¨®n, 2.158 en salud y 5.113 en mejora y construcci¨®n de alcantarillado y suministro de agua. Esta iniciativa, apoyada por la Asociaci¨®n Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), calcula que esas cantidades pueden salir ¡°de los recaudos tributarios propios de la regi¨®n, de los ingresos de regal¨ªas [las concesiones que pagan las empresas que extraen recursos naturales no renovables, por ejemplo, hidrocarburos y minerales] y de la participaci¨®n del Caribe en el presupuesto nacional¡±. Casa Grande asegura que ¡°en esas fuentes habr¨¢ recursos m¨¢s que suficientes¡±. No obstante, para ello es necesaria una reforma de la ley de regal¨ªas. Por esta raz¨®n, cuando faltan seis meses para las elecciones presidenciales de 2018, los promotores del pacto instan a los candidatos que lleguen a la segunda vuelta a participar en un debate p¨²blico ¡°para que se pronuncien sobre estas propuestas y respectivas inversiones¡±. ¡°Que el pr¨®ximo presidente apoye esta iniciativa de inversi¨®n en capital humano es la prioridad de la regi¨®n y que le d¨¦ participaci¨®n a nuevos l¨ªderes del Caribe, que no est¨¦n contaminados¡±, concluye Meisel.
Los retos de la comunicaci¨®n
El papel de la conversaci¨®n p¨²blica y de los medios resulta decisivo en la construcci¨®n de esta cultura. Jaime Abello Banfi, director general de la Fundaci¨®n Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), incide en la importancia del momento. ¡°Estamos asistiendo a una evoluci¨®n del regionalismo del Caribe colombiano. Est¨¢ basado en una identidad cultural, en el territorio y tiene la sensaci¨®n de que ha estado hist¨®ricamente rezagado. En este encuentro nos estamos poniendo una meta muy concreta, sensata, para cerrar esa brecha social. Se est¨¢ proponiendo generar un consenso¡±, se?ala. ¡°Pero tenemos amenazas, y la mayor de todas es la corrupci¨®n¡±, advierte Abello. Para combatirla, explica, el periodismo tiene que intervenir en tres niveles. ¡°Uno, que la gente est¨¦ mejor informada. En segundo lugar, una cl¨¢sica tarea de vigilancia del poder. Hay que luchar contra la tendencia a una alta dependencia de lo p¨²blico, especialmente de lo oficial. Hay que desoficializar la agenda informativa. Lo tercero es generar esa gran conversaci¨®n p¨²blica a trav¨¦s de esa manera de actuar que pueden ser las redes sociales¡±, reflexiona.
El compromiso se firm¨® en Santa Marta, capital del departamento del Magdalena, donde Gabo se sub¨ªa al tren para regresar a su casa, en Aracataca. Carlos Nelson Noches, amigo de infancia del premio Nobel, cont¨® hace unos meses a EL PA?S que cuando pasaba por la finca bananera de la United Fruit Company ve¨ªa esa tablilla que dec¨ªa Finca Macondo. El universo del pueblo literario de Cien a?os de soledad contribuy¨® a difundir un imaginario colectivo del Caribe.
¡°?l y sus amigos como ?lvaro Cepeda Samudio yo creo que aspiraban a que el Caribe pudiera lograr la dignidad de vivir decentemente sin perder nuestra esencia cultural, nuestra manera de ser, nuestra identidad, y sobre todo demostrando que se puede ser feliz en la tierra del eterno verano¡±, apunta Jaime Abello. La necesidad de fortalecer ese sentimiento de pertenencia se traduce hoy tambi¨¦n en el deporte. En el f¨²tbol, por ejemplo. En la cumbre particip¨® el cantante Carlos Vives, quien se?al¨® que algo est¨¢ fallando, cuando los ni?os caribe?os dicen ser hinchas del Atl¨¦tico o del Madrid. Eso quiz¨¢ tenga que ver, sin m¨¢s, con un mundo globalizado. En cualquier caso, la an¨¦cdota habla de un orgullo regional sin complejos, otra de las premisas para la transformaci¨®n del Caribe.
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