Los cad¨¢veres de los soldados argentinos en Malvinas recuperan sus nombres 35 a?os despu¨¦s
M¨¢s de 80 familiares de los ca¨ªdos en la guerra del Atl¨¢ntico Sur identifican cuerpos enterrados en las islas y recuperan sus objetos
Documentos, cartas, alguna chapa identificatoria y un reloj de pulsera con sus agujas clavadas a las 12.50 de un d¨ªa cualquiera. Esas son algunas de las pertenencias de los soldados argentinos ca¨ªdos en la guerra de Malvinas que fueron encontradas en el cementerio de Darwin, en las islas. As¨ª concluye la primera parte de un hist¨®rico trabajo de exhumaci¨®n hecho por el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR) que contrast¨® los cuerpos con el material gen¨¦tico de 107 familiares.
Diez minutos para las 13. A esa misma hora, pero de este martes, los primeros ocho grupos convocados por la secretar¨ªa de Derechos Humanos de Argentina reconocieron a sus familiares y cerraron un cap¨ªtulo crucial en su vida. ¡°Gracias a Dios pudimos cerrar esta herida que tenemos hace 35 a?os. Mi hijo est¨¢ bien porque est¨¢ con el Se?or en la gloria. Me voy contenta¡±, se emocion¨® Mar¨ªa In¨¦s Romero, madre del soldado Macedonio Rodr¨ªguez.
Fueron 649 los soldados argentinos que murieron en el conflicto b¨¦lico, desatado tras la ocupaci¨®n que la dictadura militar oper¨® en el territorio controlado por los brit¨¢nicos, en 1982. Sin embargo, y durante a?os,122 cuerpos enterrados en el cementerio de Darwin no hab¨ªan sido identificados. Los nombres y apellidos de los ¡°Soldados Argentinos solo conocidos por Dios¡± -como reza en las placas de cada nicho- comienzan a saberse. O al menos algunos de ellos.
Los trabajos comenzaron en julio y en poco menos de dos meses, la Cruz Roja termin¨® la exhumaci¨®n de 122 cuerpos enterrados en 121 tumbas, de las 230 que hay en total. Unas 107 familias aportaron material gen¨¦tico y dieron su consentimiento para que esos perfiles fueran analizados en Ginebra. Finalmente, se logr¨® identificar 88 cuerpos.
El cabo primero Dar¨ªo Rolando R¨ªos, ca¨ªdo en combate a los 19 a?os, fue otro de los j¨®venes mal alimentados y vestidos casi con harapos que lucharon contra dos enemigos mucho m¨¢s fuertes que ellos: los ingleses y las bajas temperaturas. Su hijo, Pablo Dar¨ªo, pas¨® los ¨²ltimos 15 d¨ªas casi en vela. ¡°Se me va a salir el coraz¨®n¡±, le dice a Mar¨ªa Fernanda Araujo, presidenta de la comisi¨®n de familiares. El joven espera su turno con ansiedad para recuperar la alianza que su padre llevaba en su mano.
¡°Estamos muy ansiosos y somatizando¡±, reconoce a EL PA?S Araujo. Ella pudo saber que su hermano, el soldado clase 1962, Elbio Eduardo Araujo, fallecido en la batalla de Monte Longdon, est¨¢ en Darwin, y de all¨ª no lo mover¨¢n. ¡°Quedar¨¢ ah¨ª para la perpetuidad, para que el mundo entero sepa que por ah¨ª pasaron un pu?ado de hombres para recuperar algo que nos corresponde, por hecho, por derecho y por historia. El cementerio es el ¨²nico basti¨®n de soberan¨ªa que nos queda, por eso tienen que quedarse¡±.
¡°Mi hermano hac¨ªa el servicio militar y estaba a punto de dar de baja¡±, recuerda Norma G¨®mez, otra de las presentes. ¡°Un d¨ªa, mi t¨ªo recibi¨® una carta suya donde dec¨ªa que cuidara de mi mam¨¢, mi abuela y mi hermanito, que cuando volviera le iba a pagar, y nunca mas supimos de ¨¦l. Ten¨ªa 19 a?os¡±. La tarea de la Cruz Roja le permiti¨® saber a Norma y a la familia entera que el cuerpo enterrado en la parcela B 419, del lado Oeste del campo de paz, es el de Eduardo G¨®mez, hermano de Norma y un ser ¡°muy especial, muy luchador¡±.
¡°Como todos mis hermanos, Edu me ha supermalcriado y por ¨¦l es que no se cuanto es 2 + 2, ya que me hac¨ªa toda la tarea de la escuela, me vest¨ªa en la cama para llevarme a la escuela y me alzaba a cocollito (en andas) para que yo no pisara las heladas. Fue todo para m¨ª¡±, se emociona la mujer. Y cierra: ¡°Estoy un poco mas tranquila. Esto significa cerrar un poquito la etapa de todos estos a?os, pero no significa que uno va a elaborar el duelo. El duelo va a ser permanente. El no verlo morir no se puede elaborar, porque ¨¦l sali¨® de su Chaco natal con muchas energ¨ªas y fuerzas. Estoy orgullosa de que fue y muri¨® por nuestra bandera, como nos han ense?ado en la familia y en la escuela¡±.
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