Vivir la historia hacia adelante
No puede haber una paz justa que no incluya a Jerusal¨¦n como capital de Israel
La decisi¨®n del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusal¨¦n como capital de Israel y de trasladar la Embajada a dicha ciudad ha provocado reacciones dispares en Occidente y negativas por parte de organizaciones palestinas, de grupos radicales, de pa¨ªses ¨¢rabes y de Ir¨¢n.
No obstante, este reconocimiento hace efectivo el cumplimiento de una ley aprobada por el Congreso estadounidense en 1995, reconoce una conexi¨®n espiritual y pol¨ªtica, as¨ª como una reivindicaci¨®n hist¨®rica y leg¨ªtima, de todo el pueblo jud¨ªo durante m¨¢s de 3.000 a?os y, adem¨¢s, establece un nuevo marco de negociaci¨®n para el proceso de paz entre israel¨ªes y palestinos.
Jerusal¨¦n ostenta un papel central en el devenir de los jud¨ªos. Jerusal¨¦n es mencionada 821 veces en la Biblia (fue la capital de los antiguos reinos de Israel y Judea) y 3.212 en el Talmud ¡ªcompilaci¨®n legal, religiosa, filos¨®fica y cient¨ªfica que es la obra central de la Di¨¢spora jud¨ªa tras la destrucci¨®n de Jerusal¨¦n¡ª. Asimismo, ha sido el s¨ªmbolo milenario de la aspiraci¨®n de los jud¨ªos a regresar a su Tierra ancestral, como as¨ª atestiguan todos los jud¨ªos la primera noche de Pesaj (¡°el a?o que viene en Jerusal¨¦n¡±) y en el momento de su casamiento, cuando recitan el Salmo 137 (¡°Si te olvidare, Oh Jerusal¨¦n¡±).
El movimiento de liberaci¨®n nacional de los jud¨ªos, el sionismo, debe su nombre al monte Si¨®n, ubicado en Jerusal¨¦n y en donde se erig¨ªa el Templo de Salom¨®n. Esta conexi¨®n incondicional es ampliamente reconocida, incluso por los mismos ¨¢rabes palestinos. De acuerdo con las palabras del profesor Sari Nusseibeh, representante de la Autoridad Nacional Palestina en Jerusal¨¦n hasta el a?o 2002: ¡°El pueblo jud¨ªo tiene conexi¨®n existencial con Jerusal¨¦n que debe ser reconocida y respetada. Habr¨ªa que estar ciego para negar la conexi¨®n jud¨ªa con Jerusal¨¦n.¡±
Pero la capitalidad de Jerusal¨¦n no responde solamente al lazo sentimental y milenario que la une con los jud¨ªos de todo el mundo. El Estado de Israel, que alberga all¨ª la sede del Gobierno, el Parlamento, los Ministerios y la Corte Suprema, entre otras instituciones p¨²blicas, declar¨® a Jerusal¨¦n como su capital en 1980, mediante la promulgaci¨®n de una Ley Fundamental, que protege y garantiza los derechos y la libertad de culto a todas las religiones. De hecho, desde 1967 los santos lugares son respetados ¡ªno as¨ª durante la ocupaci¨®n jordana de la parte Este de la ciudad, que dur¨® desde 1949 hasta 1967¡ª y, adem¨¢s, el Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas est¨¢ bajo la soberan¨ªa religiosa del Waqf jordano. Jerusal¨¦n, que nunca ha sido capital de ning¨²n pa¨ªs ¨¢rabe, es hoy, bajo una legislaci¨®n democr¨¢tica y garantista, una ciudad vibrante y un espacio din¨¢mico en el que conviven todas las religiones.
La decisi¨®n de Trump puede ayudar a resolver el conflicto entre israel¨ªes y palestinos. Dec¨ªa el polit¨®logo espa?ol Tom¨¢s Mestre Vives que la resoluci¨®n de controversias se logra mediante compromisos y acomodaciones, donde las concesiones suelen ser mutuas y aceptables. A este respecto, EE UU e Israel comparten un mismo compromiso para la promoci¨®n del entendimiento y la paz entre Israel y todos sus pa¨ªses vecinos, incluido el pueblo palestino, basado en el reconocimiento mutuo, en el di¨¢logo y en la seguridad. Por ello, no puede haber una paz justa que no incluya a Jerusal¨¦n como capital de Israel y que no reconozca la libertad de culto para todas las religiones.
La decisi¨®n del Gobierno americano compromete a las partes y abre una nueva realidad en Oriente Medio. La ansiada paz podr¨ªa estar m¨¢s cerca. Parafraseando al fil¨®sofo dan¨¦s S?ren Kierkegaard, la historia solo puede ser comprendida hacia atr¨¢s, pero ¨²nicamente puede ser vivida hacia delante.
Isaac Querub Caro es el presidente de la Federaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas de Espa?a.
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