Una flor ex¨®tica en Buenos Aires
El proteccionismo de Washington contrastar¨ªa con el anuncio de un tratado entre Europa y Mercosur
Se est¨¢ celebrando en Buenos Aires una cumbre de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) plagada de tensiones. Era de prever. La libertad comercial ha sido impugnada a escala internacional, sobre todo en Occidente. Sin embargo, podr¨ªa ocurrir algo discordante. Que en el marco de esa asamblea se abra una flor ex¨®tica. La Uni¨®n Europea y el Mercosur podr¨ªan suscribir un Tratado de Libre Comercio. La negociaci¨®n, plagada de paradojas, es un laboratorio interesant¨ªsimo para observar las estrategias de algunos actores globales. Son movimientos que van m¨¢s all¨¢ de lo econ¨®mico.
Durante la gran crisis abierta en el a?o 2008, muchos l¨ªderes celebraban que, a diferencia de lo que ocurri¨® en los a?os treinta, no se estuviera recurriendo a una terapia proteccionista. Ese orgullo era prematuro. Las recriminaciones al librecambio tardaron, pero llegaron. Se pusieron de moda donde menos se esperaba. En Reino Unido y en Estados Unidos. Y encontraron defensores poco convencionales. Conservadores y republicanos, que no se caracterizan por tener una amplia base sindical.
Los brit¨¢nicos est¨¢n enredados en el Brexit. Y Trump sigue adelante con su sue?o de barreras. Apenas lleg¨® a la Casa Blanca, impuls¨® la renegociaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC). Suspendi¨® las negociaciones comerciales con Europa. Suspendi¨® tambi¨¦n el avance del Tratado Transpac¨ªfico (TTP), para alegr¨ªa de los chinos, que es contra quienes ese acuerdo hab¨ªa sido dise?ado. Trump piensa el comercio internacional como un sistema de relaciones bilaterales en cuyo centro est¨¢n los Estados Unidos, con el objetivo de alcanzar el super¨¢vit sobre todos los dem¨¢s. Por eso se teme que ahora quiera dinamitar la OMC, retirando a su pa¨ªs del r¨¦gimen de soluci¨®n de controversias. Resulta casi c¨®mico: los activistas antiglobalizaci¨®n a los que, con torpeza inexplicable, el Gobierno de Mauricio Macri impide entrar a la Argentina, habr¨ªan encontrado un nuevo l¨ªder.
Estas prevenciones podr¨ªan contrastar, en Buenos Aires, con el anuncio de un acuerdo entre Europa y el Mercosur, que est¨¢ integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. El compromiso consiste en liberar en un plazo de 10 a?os el intercambio del 90% de los productos entre esas dos regiones.
Muchos funcionarios de Macri creen que el peor acuerdo es mejor que mantener el aislamiento actual
La negociaci¨®n de este tratado lleva ya 22 a?os. En los ¨²ltimos 13 avanz¨® bastante. Pero encontr¨® un inconveniente principal: la cl¨¢sica reticencia de los franceses a desproteger a su sector agropecuario. Este problema apareci¨® con nitidez en 2010 en la discusi¨®n sobre la carne. La Uni¨®n Europea hab¨ªa ofrecido una cuota de 78.000 toneladas. El dato se filtr¨® y se suspendieron las tratativas. La presi¨®n de varios ministros de Agricultura europeos logr¨® que un mes despu¨¦s la propuesta se retirara.
En octubre pasado se reanudaron las conversaciones. De nuevo la misma piedra: la UE propuso 70.000 toneladas de carne. Menos que siete a?os atr¨¢s. El pretexto fue que ya no estaba Reino Unido. El Mercosur se retir¨®.
La comisaria de Comercio de la UE, la sueca Cecilia Malmstr?m, y su segundo, el finland¨¦s Jirky Katanien, salieron al rescate del acuerdo. Katanien viaj¨® a Brasilia y Buenos Aires, donde le reclamaron una participaci¨®n de 280.000 toneladas. La semana pasada los negociadores de ambos bloques se encontraron en Bruselas. Avanzaron en todos los rubros. Pero los europeos se reservaron la oferta sobre la carne para realizarla en Buenos Aires, en estas horas. Por eso el Mercosur tampoco jug¨® todas las cartas. Por si en el ¨²ltimo tramo ocurre un resbal¨®n, se pens¨® una puesta en escena alternativa: que se firme una declaraci¨®n pol¨ªtica expresando el compromiso de avanzar en un tratado definitivo antes de la mitad del a?o pr¨®ximo.
La demora para alcanzar un ¨¦xito hace aflorar contradicciones a ambos lados del Atl¨¢ntico. Los cuatro presidentes del bloque se reunieron el domingo por la tarde. El argentino Mauricio Macri reprocha al brasile?o Michel Temer haber dejado una cuesti¨®n estrat¨¦gica en manos de negociadores burocr¨¢ticos. Temer responde que su principal dificultad es que un entendimiento tan mezquino en materia agropecuaria no ser¨ªa aprobado por el Congreso brasile?o. Detr¨¢s de la dureza de los hacendados de Brasil se esconden los sectores automotor y farmac¨¦utico del Mercosur, que est¨¢n muy protegidos.
Muchos funcionarios de Macri creen que el peor acuerdo es mejor que mantener el aislamiento actual. Mercosur mantiene una barrera arancelaria del 35% respecto del resto del mundo. Reducir esa valla es crucial para un Gobierno que pretende, como el de la Argentina, mejorar la competitividad de la econom¨ªa. Macri pretende lograrlo a trav¨¦s de un acuerdo internacional con un horizonte de 10 a?os. Es un modo de reducir el costo de los conflictos que suponen los procesos de apertura. Por eso detr¨¢s de la dureza irreprochable del sector agropecuario brasile?o se agazapan industriales protegidos de Brasil y de Argentina.
En Europa tambi¨¦n se advierten controversias. En la ¨²ltima reuni¨®n de jefes de Estado, Emmanuel Macron quiso tratar la negociaci¨®n con el Mercosur. Angela Merkel y Mariano Rajoy, que son los mayores defensores del tratado, se negaron. Macron est¨¢ inc¨®modo. Es un liberal que defiende una posici¨®n proteccionista. Rajoy, y sobre todo Merkel, est¨¢n observando un tablero m¨¢s extenso. All¨ª aparecen una oportunidad y una amenaza, ambas parad¨®jicas. La oportunidad est¨¢ dada porque los liberales anglosajones se volvieron proteccionistas. La amenaza es que los comunistas chinos ahora son librecambistas. Apenas Trump habl¨® de romper el TLC, ofrecieron un tratado de libre comercio con M¨¦xico.
Los intereses de los agricultores de la campi?a francesa, y la falta de competitividad de algunos industriales sudamericanos, amenazan un proyecto que va m¨¢s all¨¢ del comercio. El exministro de Asuntos Exteriores espa?ol Josep Piqu¨¦ lo describi¨® el s¨¢bado pasado, en una reuni¨®n con legisladores, en Buenos Aires. Es la posibilidad de que Europa y Am¨¦rica Latina, integradas por la econom¨ªa, se vuelvan un jugador m¨¢s decisivo frente al predominio inexorable de los Estados Unidos y el ascenso irresistible de China.
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