Los disturbios obligan a suspender la reforma de las pensiones en Argentina
El Congreso debat¨ªa el cambio legislativo m¨¢s importante y pol¨¦mico del presidente Macri
Argentina vuelve a una de sus tradiciones m¨¢s arraigadas: la calle manda en la pol¨ªtica. La tensi¨®n alrededor de la reforma de las pensiones, la m¨¢s importante y pol¨¦mica de las que ha promovido hasta ahora Mauricio Macri, provoc¨® enormes disturbios frente al Congreso y una bronca descomunal dentro del hemiciclo que obligaron a suspender finalmente la sesi¨®n. Macri ten¨ªa los votos para sacar adelante la reforma, pero la combinaci¨®n de las im¨¢genes de fuerte violencia en las calles, con tiros de pelotas de goma y gases lacrim¨®genos, y los empujones y gritos en el Congreso forzaron una inesperada derrota del Gobierno, que ahora eval¨²a su respuesta. La posibilidad de resolver el problema por decreto estaba encima de la mesa, pero podr¨ªa suponer una tensi¨®n a¨²n mayor y problemas serios dentro de Cambiemos, la coalici¨®n gobernante.
El mes de diciembre, en pleno verano austral previo a las vacaciones, es el hist¨®rico momento de tensi¨®n social en Argentina. En este mes se produjo la crisis de 2001, cuando al grito de ¡°que se vayan todos¡± y en pleno corralito hubo cinco presidentes diferentes en dos semanas y 38 muertos en las calles. Este mes de diciembre de 2017, muy diferente a aqu¨¦l, Macri no est¨¢ ni cerca de sufrir una crisis similar, al contrario, cada vez tiene m¨¢s apoyo pol¨ªtico, pero la tensi¨®n ha estallado como no lo hab¨ªa hecho nunca en sus dos a?os de mandato y ni siquiera los 3.000 polic¨ªas que despleg¨® para blindar el Congreso pudieron impedir esa derrota pol¨ªtica temporal que supone suspender la sesi¨®n.
La discusi¨®n de la reforma de las pensiones acab¨® en incidentes graves en los alrededores del Congreso que dejaron heridos no solo entre los manifestantes sino incluso entre diputados de la oposici¨®n que hab¨ªan acudido a solidarizarse con ellos. Las cargas policiales no distinguieron y se llevaron por delante incluso a algunos parlamentarios. Al menos dos fueron atendidos en la enfermer¨ªa del Congreso, algo in¨¦dito.
El Gobierno trat¨® de calmar los ¨¢nimos, pero la represi¨®n y los disparos de pelotas de goma continuaban mientras ya por la tarde hablaba Marcos Pe?a, mano derecha de Macri. "Algunos diputados de la oposici¨®n se han convertido en piqueteros en el recinto. Llegaron a proponer la agresi¨®n al presidente de la C¨¢mara. No permitieron debatir porque saben que representan a una minor¨ªa, por eso optaron por la violencia. La mayor¨ªa de los argentinos est¨¢n asqueados de esa violencia. La minor¨ªa tiene que actuar con dignidad, sentarse y debatir, y perder. La paz social est¨¢ absolutamente garantizada, son grupos minoritarios. No podemos comparar con 2001, con crisis profundas de legitimidad", asegur¨® Pe?a.
Argentina se reencuentra con los fantasmas de 2001
¡°De esta esquina a aquella, no queda nadie, ?Est¨¢ claro?¡±, ordenaba uno de los polic¨ªas frente al Congreso. Eso inclu¨ªa a manifestantes, periodistas e incluso diputados. Las motos, los carros hidrantes y los de asalto nunca detuvieron sus motores. Ante cada posible amenaza de que un s¨®lo manifestante saltara el fuerte vallado dispuesto en paralelo al Parlamento, se movilizaban. Las escenas vividas en el centro de la capital devolvieron inmediatamente a los fantasmas de 2001, la mayor crisis de la historia reciente de Argentina.
Petrona Miranda tiene 65 a?os, es jubilada y ayudada por un bast¨®n, se acerc¨® a la plaza. ¡°Me ahogaba de la bronca, por eso vine, pero nunca imagin¨¦ que podr¨ªa pasar esto. El recorte afecta a mi salud porque estoy gastando casi 4.000 pesos por mes en medicamentos. Este gobierno est¨¢ para gobernar, no para hacer da?o, no pueden hacer esto. Quieren el achicamiento del Estado y dejar a la gente en la calle. Ahora nos toca a los jubilados, ?Con qu¨¦ raz¨®n? Los argentinos tenemos que salir a la calle, porque es nuestro cuerpo y nuestro bolsillo el que est¨¢ padeciendo¡±, se lamentaba.
Una hora antes de que comenzara la sesi¨®n, un bloque improvisado e impensado de Diputados que junt¨® a kirchneristas con partidos de izquierda anunci¨® en rueda de prensa que no dar¨ªan qu¨®rum. Luego, los mismos dirigentes tuvieron que empujar a un cord¨®n de Gendarmer¨ªa para poder ingresar al edificio. Media hora despu¨¦s, comenzaron los choques que se extender¨ªan a¨²n despu¨¦s de levantada la sesi¨®n y siguieron incluso cuando se puso el sol.
La manifestaci¨®n fue reprimida incluso cuando no volaban piedras. Minutos despu¨¦s de lanzar las granadas de gas, algunas de ellas vencidas, una caravana de motos policiales sal¨ªa de la zona de exclusi¨®n para detener gente, a ciegas, en lo que termin¨® siendo una verdadera cacer¨ªa. Algunos diputados y asesores resultaron amenazados por los propios efectivos cuando intentaron identificar a los detenidos. No hubo cifras oficiales sobre arrestos, pero seg¨²n organismos, fueron 21.
Los incidentes se repitieron dentro de la zona de exclusi¨®n, o sea, en el per¨ªmetro urbano del Congreso Nacional. Aqu¨ª los heridos fueron los propios diputados de la oposici¨®n. Horacio Pietragalla y la diputada Mayra Mendoza debieron ser asistidos en las propias oficinas del Congreso luego de ser gaseados por efectivos policiales. Tambi¨¦n fueron agredidos, incluso con golpes, Leopoldo Moreau, Juan Cabandi¨¦, Andr¨¦s Larroque y Leonardo Grosso, que en los choques del martes fue mordido por un perro de la Gendarmer¨ªa. Mat¨ªas Rodr¨ªguez, adem¨¢s, qued¨® inconsciente por un golpe en la cabeza.
La oposici¨®n estaba indignada. "Al pueblo argentino le ha costado mucho vivir en democracia y hoy se violan todas las normas de convivencia y se hace este operativo militar que yo, que tengo m¨¢s de 50 a?os de vida p¨²blica, nunca he visto: un Parlamento tomado, el Senado cerrado y el Congreso lleno de agentes de inteligencia sacando fotos dentro", sentenci¨® Jos¨¦ Luis Gioja, presidente del Partido Justicialista.
En el momento m¨¢s tenso del d¨ªa, la oposici¨®n exig¨ªa a gritos que se suspendiera la sesi¨®n ante los incidentes que se estaban viviendo fuera. En un momento especialmente dram¨¢tico la diputada de izquierda Victoria Donda, hija de desaparecidos robada a sus padres nada m¨¢s nacer en cautiverio en la ESMA, con la pierna escayolada por un golpe recibido en otra carga policial el d¨ªa anterior, pidi¨® al presidente, Emilio Monz¨®, que parara los trabajos. Pero el presidente, un hombre de confianza de Macri, se resist¨ªa porque cre¨ªa tener los 129 diputados necesarios, algunos de ellos peronistas. Algunos parlamentarios kirchneristas se acercaron a su mesa y empezaron a empujones a intentar impedir que se pudiera abrir la sesi¨®n. Llegaron incluso a pegarle un manotazo en el micr¨®fono.
Las pantallas de televisi¨®n de todo el pa¨ªs se partieron en dos: en un lado la batalla campal entre la polic¨ªa y los manifestantes; en otro la guerra a empujones y gritos dentro del Congreso para frenar la sesi¨®n clave en la que deb¨ªa aprobarse la reforma. ?sta supone un ajuste en las pensiones aunque nadie tiene claro de qu¨¦ dimensiones, porque depende mucho de la inflaci¨®n, siempre imprevisible en el pa¨ªs con la econom¨ªa m¨¢s descontrolada de Am¨¦rica despu¨¦s de la ca¨®tica Venezuela.
Los parlamentarios de la oposici¨®n insist¨ªan en que no se puede iniciar una sesi¨®n mientras hab¨ªa algunos diputados heridos por cargas policiales que no pod¨ªan acudir. ¡°Est¨¢n ac¨¢ atr¨¢s¡±, argumentaba Monz¨®, en referencia al sal¨®n que linda con el recinto. Todo en medio de un enorme caos que recordaba a otras ¨¦pocas argentinas. Finalmente, Monz¨® se rindi¨® y despu¨¦s de una petici¨®n de la diputada oficialista Elisa Carri¨®decidi¨® levantar la sesi¨®n. "Vamos a ganar la votaci¨®n, ser¨¢ esta semana o la otra. No asusten m¨¢s a la gente", gritaba ella.
M¨¢s tarde, Carri¨® tambi¨¦n critic¨® la magnitud del operativo de Gendarmer¨ªa organizado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. ¡°No se necesitan tantos gendarmes, la ministra tiene que parar. No hay que hacer tanta ostentaci¨®n de la fuerza, no es bueno¡±, dijo.
Apoyo electoral
Pese a este fracaso, la realidad pol¨ªtica es que Macri viv¨ªa un momento dulce. Acaba de ganar las elecciones legislativas y aunque sigue en minor¨ªa en el Congreso, ten¨ªa el apoyo de varios gobernadores peronistas con los que hab¨ªa negociado el respaldo a esta ley a cambio de otras medidas que apoyen a sus regiones. La paradoja es que Macri controla el Parlamento m¨¢s que nunca pero parece que la oposici¨®n kirchnerista y de algunos sindicatos clave ha decidido pasar a la calle. Y all¨ª han logrado torcerle el brazo, al menos de momento. Algunos dirigentes presionaban a Macri para que diera un golpe de autoridad y aprobara la reforma por decreto, pero eso tendr¨ªa muchos costes. La propia Carri¨®, aliada clave de Macri, amenaz¨® en las redes sociales con romper ese v¨ªnculo si hab¨ªa un decreto.
Los macristas estaban muy molestos. ¡°Nos votaron para discutir ac¨¢ sentados y pidiendo la palabra, los gritos y el patoterismo no son democr¨¢ticos¡±, bramaba el macrista Nicol¨¢s Massot. Pero era casi imposible escucharlo entre el esc¨¢ndalo que generaban sus colegas. El martes, en la comisi¨®n previa a esta sesi¨®n plenaria, ya acabaron a pu?etazos y gritos. Pero la tensi¨®n subi¨® y m¨¢s de 3.000 polic¨ªas blindaron hoy el Congreso para impedir que se acercaran los manifestantes. Volvieron las im¨¢genes de m¨¢scaras de gas y camiones con chorros de agua que hab¨ªan dejado de verse en los ¨²ltimos 15 a?os en Argentina.
¡°Este proyecto perjudica a los jubilados, no tienen los n¨²meros, no sigan pasando verg¨¹enza¡±, clam¨® Graciela Cama?o, opositora peronista. ¡°Basta de verg¨¹enza democr¨¢tica, que se levante la sesi¨®n¡±, gritaba otro peronista mientras varios cantaban el himno. Desde dentro se escuchaban los tiros de las escopetas de los polic¨ªas que lanzaban fuera pelotas de goma a los manifestantes, algo in¨¦dito en otros pa¨ªses pero que en Argentina ha sucedido muchas veces en el pasado. Y llegan precisamente horas despu¨¦s de que se clausure la cumbre de la OMC, la puesta de largo internacional de Macri, en la que quer¨ªa demostrar la vuelta e Argentina en el mundo.
El barrio de Congreso parec¨ªa una zona en conflicto. Los 3.000 agentes son casi el triple de lo dispuesto para un River-Boca. No se ve¨ªa un despliegue semejante desde el estado de sitio de diciembre de 2001.? Desde la plaza volaban piedras y ca?as que se usan para blandir banderas,? convertidas en lanzas. Del otro lado, los polic¨ªas respondieron con gases lacrim¨®genos y balas de goma. La policia no brind¨® n¨²meros oficiales de heridos, pero se contaban por decenas. Muchos de ellos periodistas, como el reportero gr¨¢fico del diario P¨¢gina 12, Pablo Piovano, y el periodista Federico Huscarriaga, ambos con disparos de balas de goma. El esc¨¢ndalo fue tal que algunos familiares de los submarinistas del ARA San Juan que hab¨ªan sido invitados a presenciar el debate tambi¨¦n fueron golpeados por la polic¨ªa al intentar ingresar.
Parece dif¨ªcil que con estas im¨¢genes Macri y su equipo, que viv¨ªan su mejor momento pol¨ªtico desde que llegaron al poder, logren convencer a los ciudadanos de que esta reforma favorece a los jubilados. La calle sigue siendo muy importante en Argentina.
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