Los l¨ªderes sociales en Colombia usan m¨¢scaras para que no los maten

Este a?o han sido asesinados 120 l¨ªderes sociales en Colombia, seg¨²n el movimiento Marcha Patri¨®tica. No hay qui¨¦n controvierta la cifra porque nadie, al menos oficialmente, la lleva. Cada semana un nuevo nombre se suma a la lista negra. Los que han sobrevivido saben que poco ha servido pedir auxilio al Gobierno porque en sus territorios los que mandan son otros. Por eso han decidido tapar sus caras, ponerse m¨¢scaras para que no los identifiquen, para que no los maten. Mientras algunos congresistas, investigados por corrupci¨®n, se pasean por la ciudad con guardaespaldas, los defensores de derechos humanos se tienen que esconder.

?Hasta cu¨¢ndo? Preguntaba el jueves con una m¨¢scara blanca una de las 25 l¨ªderes del Bajo Atrato y Urab¨¢ amenazada de muerte. Viajaron hasta Bogot¨¢ porque hist¨®ricamente la regi¨®n de donde vienen, muy cerca de la frontera con Panam¨¢, la violencia ha sido capaz de ensordecer a las autoridades. ¡°Por defender la posibilidad de tener una vida digna estamos viviendo en la violencia, por favor necesitamos que nos escuchen, ?hasta cu¨¢ndo vamos a estar as¨ª?¡±. Lo mismo se preguntaba Hern¨¢n Bedoya que defend¨ªa un t¨ªtulo colectivo para dos comunidades del Choc¨®. Pero lo mataron antes de que alguien le respondiera. La Comisi¨®n Intereclesial de Justicia y Paz denunci¨® su asesinato en los primeros d¨ªas de diciembre. A Bedoya lo mataron a balazos cuando iba en caballo hacia su casa. Dos meses antes hab¨ªan asesinado a Jos¨¦ Jair Cort¨¦s, en el sur de Colombia; a Liliana Astrid Ram¨ªrez, en el centro y Liliana Patricia Cata?o Montoya, en el noroeste. A los l¨ªderes sociales los matan en todo el pa¨ªs.

¡°Nos est¨¢n matando de a uno por uno. El Gobierno tergiversa la situaci¨®n, dice que se trata de ajustes de cuentas, ?pero qu¨¦ cuentas tenemos nosotros con ellos?¡±, dec¨ªa otro hombre, tambi¨¦n con una m¨¢scara puesta y la voz quebrada. Ellos denuncian la alianza de empresarios y ganaderos con grupos armados para sacarlos del territorio para no permitirles que reclamen sus tierras. ¡°?l siempre hizo esas denuncias y eso le cost¨® la vida¡±, dicen recordando a Hern¨¢n Bedoya, el ¨²ltimo nombre que aparece en el conteo de asesinatos que el pa¨ªs ve pasar frente a sus ojos sin reaccionar. No hay marchas, no hay indignaci¨®n. El mismo silencio c¨®mplice que por a?os permiti¨® que el conflicto con las FARC se sintiera m¨¢s duro en unos territorios que en otros y en los campesinos, los ind¨ªgenas y los negros m¨¢s que en los ciudadanos que viven en las capitales.

El padre Danilo Rueda, miembro de la Comisi¨®n Intereclesial de Justicia y paz, acompa?¨® a los l¨ªderes que estuvieron esta semana en Bogot¨¢. ?l, sin m¨¢scara, apoy¨® sus peticiones. ¡°Ladrones vestidos de empresarios se han apropiado de estas tierras y cuando las personas en derecho han reclamado la restituci¨®n de sus territorios los matan como pas¨® recientemente con Mario Casta?o y Hern¨¢n Bedoya¡±. Para Rueda es importante que la Unidad Nacional de Protecci¨®n (entidad estatal) haga una reforma en sus procesos para que en las zonas rurales tambi¨¦n sea garantizado el derecho a la vida. Que los escoltas no parezcan un beneficio exclusivo de los pol¨ªticos en Bogot¨¢.

¡°Estamos pidiendo citas con el ministro de Defensa, con el ministro del Interior y con el vicepresidente para que no permitan que nos sigan asesinando. Las amenazas han sido de forma directa de miembros del Clan del Golfo, ya hay unas listas espec¨ªficas que han emitido y en donde adem¨¢s incluyen casi a 209 personas¡±, dijo uno de los reclamantes de tierras a RCN televisi¨®n. Los l¨ªderes siguen alzando la voz por sus derechos, aunque lo tengan que hacer con m¨¢scaras.