¡°Corea del Norte, Egipto e Israel a¨²n no han destruido su arsenal de armas qu¨ªmicas¡±
El responsable de esta entidad internacional se?ala el riesgo de que estas sustancias acaben en manos de terroristas o del crimen organizado
Fernando Arias Gonz¨¢lez (Madrid, 1952), actual embajador de Espa?a en los Pa¨ªses Bajos, acaba de ser nombrado nuevo director general de la Organizaci¨®n para la Prohibici¨®n de las Armas Qu¨ªmicas (OPAQ). Sustituir¨¢ al diplom¨¢tico turco Ahmet Uzumcu, siendo uno de los pocos espa?oles al frente de organismos internacionales. En su caso, el reto es doble. La etapa del desarme qu¨ªmico concluye y es preciso evitar que las sustancias qu¨ªmicas m¨¢s peligrosas reaparezcan en forma de armas. Tambi¨¦n que acaben en manos de terroristas, o del crimen organizado. El otro desaf¨ªo apunta hacia Damasco, para comprobar si el Gobierno de Bachar el Asad declar¨® en 2013 todo su arsenal qu¨ªmico para su destrucci¨®n. Porque la propia OPAQ ha se?alado en los ¨²ltimos a?os ataques mortales contra civiles sirios y hay que encontrar a los autores.
Pregunta. La labor de la OPAQ hab¨ªa pasado casi desapercibida hasta que recibi¨® en 2013 el premio Nobel de la Paz.
Respuesta. La OPAQ ha trabajado sin dar titulares. Empez¨® a funcionar en 1997 con los Estados que hab¨ªan firmado y ratificado la Convenci¨®n sobre la Prohibici¨®n de las Armas Qu¨ªmicas. Deb¨ªa destruir todo el arsenal mundial y est¨¢ a punto de lograrlo: tiene 192 miembros y Sud¨¢n del Sur entrar¨¢ en breve. Solo faltan Corea del Norte, Egipto e Israel. Se ha acabado ya con m¨¢s del 96% de las sustancias m¨¢s peligrosas declaradas por los Estados, y que figuran en la denominada Lista 1 [con nula o escasa utilidad para fines pac¨ªficos]. Contamos con llegar al 100% dentro de seis a?os. Dados los avances de la ciencia y la tecnolog¨ªa, que facilitan su obtenci¨®n, hay que fomentar la conciencia social contra las armas qu¨ªmicas y mentalizar sobre el uso responsable de la qu¨ªmica.
P. El Gobierno del presidente Bachar el Asad reconoci¨® un arsenal qu¨ªmico de unas 1.200 toneladas, incluidos los gases sar¨ªn y mostaza, y el agente nervioso VX. En 2013, el Consejo de seguridad de Naciones Unidas aprob¨® por unanimidad el desarme sirio y la OPAQ coordin¨® la destrucci¨®n. ?C¨®mo es posible que entre 2016 y 2017 se lanzara de nuevo gas sar¨ªn contra la poblaci¨®n?
R. Todas las armas qu¨ªmicas declaradas por Damasco han sido destruidas. Fue una gran operaci¨®n internacional con las m¨¢s estrictas medidas de seguridad. Las armas se transportaron en enero de 2014 al puerto sirio de Latakia y all¨ª fueron divididas en dos partes. Una se embarc¨® rumbo a los Estados Unidos, Finlandia y el Reino Unido, para su destrucci¨®n. La otra se efectu¨® a bordo del nav¨ªo especializado Cape Ray, de Estados Unidos, donde se anularon por hidr¨®lisis. No se tir¨® ni un solo gramo al mar. Pero seg¨²n el Equipo Conjunto de Investigaci¨®n ONU/OPAQ (JIM, en sus siglas en ingl¨¦s), creado por el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas en agosto de 2015, el Ej¨¦rcito sirio y grupos terroristas han vuelto a usarlas. La OPAQ ha comprobado que existen lagunas y contradicciones en las declaraciones de Siria. Ello ha originado una fuerte discrepancia entre Rusia y Estados Unidos y tensiones en la OPAQ. Washington desea prolongar las investigaciones y Mosc¨² afirma que los m¨¦todos de trabajo de la OPAQ y del JIM no le satisfacen. Ante la falta de acuerdo, el Consejo de Seguridad de la ONU no ha podido renovar el mandato del JIM. Pero el uso de armas qu¨ªmicas es un crimen de guerra, y el delito no prescribe, de modo que existe la esperanza de que los responsables sean juzgados por un tribunal internacional.
P. ?Hay garant¨ªas de que no se usen en otros lugares?
R. Podr¨ªa ocurrir que grupos terroristas usen armas qu¨ªmicas en pa¨ªses con Gobiernos d¨¦biles. Tambi¨¦n Gobiernos que no respetasen la Convenci¨®n y aprovechasen conocimientos difundidos hoy por Internet, e instrumentos como micro reactores y micro centrifugadoras, para fabricar sustancias muy agresivas. No parece que Egipto e Israel vayan a prescindir de los arsenales qu¨ªmicos que puedan tener. Aunque tampoco que los utilicen, por su impopularidad. Por otra parte, sustancias como el cloro, el amoniaco o el ¨¢cido sulf¨²rico se utilizan en la industria, y en manos de delincuentes pueden ocasionar graves da?os. Por eso los pa¨ªses deben adaptar sus legislaciones internas y garantizar su control. La OPAQ presta ayuda en este campo.
P.?Los inspectores son esenciales para la destrucci¨®n de los arsenales, pero trabajan siete a?os para la OPAQ y luego se marchan. ?Se pierden sus conocimientos?
R. La OPAQ tiene cerca de cien inspectores con un alto nivel de preparaci¨®n. Se decidi¨® que no fuera una ¡°organizaci¨®n de carrera¡±, y hay que conservar dentro la experiencia y conocimientos. Para ello hay programas de formaci¨®n, de reciclaje e intercambio de conocimientos entre ellos.
P. ?Se propone darle mayor visibilidad a la OPAQ durante su mandato?
R. Es uno de mis principales objetivos: divulgar lo que hace la OPAQ para demonizar y estigmatizar la tenencia y el uso de las armas qu¨ªmicas. Cuanto m¨¢s se difunda su labor, mayor ser¨¢ su legitimidad y fortaleza. En el trabajo diario puede haber discrepancias por el inevitable factor pol¨ªtico, pero el componente t¨¦cnico y humanitario debe predominar. Me propongo adem¨¢s dedicar especial atenci¨®n a los asuntos de g¨¦nero. Voy a nombrar como directora general adjunta a la se?ora Odette Melono, hoy embajadora de Camer¨²n en los Pa¨ªses Bajos. Y fomentaremos la presentaci¨®n de m¨¢s candidaturas de mujeres, relativamente baja, quiz¨¢s por el tipo de conocimientos requeridos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.