"Me pagaban la beca en ecus para investigar el c¨¢ncer"
Brendan Whelan, irland¨¦s de pura cepa que se siente "en casa" en Espa?a, es un pionero de la Europa unida. Qu¨ªmico de formaci¨®n, en 1991 obtuvo una beca del Programa Cient¨ªfico de la entonces Comunidad Europea para hacer un doctorado en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. Ven¨ªa de la industria farmac¨¦utica y quer¨ªa buscar medicinas contra el malestar causado por las quimioterapias del c¨¢ncer. Ahora que los recortes reba?an los presupuestos de investigaci¨®n en la UE, sorprende o¨ªrle decir que consigui¨® aunar sus ganas de vivir en su pa¨ªs comunitario favorito con la ciencia. "Tuve dos directores de tesis, uno en Dubl¨ªn y otro en Alcal¨¢, y me pagaban la beca en ecus [unidad de cuenta europea, precursora del euro]. No recib¨ªa ecus en efectivo, claro, porque nunca se acu?¨®. Pero era la moneda que subrayaba la movilidad de estudiantes y cient¨ªficos en Europa".
Brendan Whelan
- Nacionalidad: irland¨¦s.
- Residencia: La Haya (Holanda), desde 1998.
- Edad: 50 a?os.
- Profesi¨®n: Qu¨ªmico.
El irland¨¦s trabaja en la Organizaci¨®n para la Prohibici¨®n de las Armas Qu¨ªmicas
De su estancia espa?ola se llev¨® la tesis, amigos que a¨²n conserva. "Y, lo mejor de todo, a mi mujer, Pilar, aunque la conoc¨ª en Irlanda". La ruta de la lucha contra el c¨¢ncer le hizo recalar luego en Osaka (Jap¨®n), donde trabaj¨® en la s¨ªntesis de anticancer¨ªgenos naturales. A punto de cambiar de milenio, su vida dio un vuelco inesperado. "En 1995 vi los efectos del ataque terrorista con gas sar¨ªn contra el metro de Tokio. Luego, por casualidad, supe que hab¨ªa una vacante en la Organizaci¨®n para la Prohibici¨®n de las Armas Qu¨ªmicas (OPAQ)". No le gust¨® nada que pareciera tan f¨¢cil fabricar armas t¨®xicas caseras con unas pocas materias primas. "La qu¨ªmica no distingue entre un arma y una droga. Ambas interfieren con el cuerpo", apunta para justificar su petici¨®n de un puesto como inspector. Se lo dieron, y arranc¨® entonces su segunda etapa profesional.
La sede de la OPAQ est¨¢ en La Haya, una ciudad con perfil de capital de la justicia internacional en el coraz¨®n de Holanda, socia fundadora de la UE. As¨ª que la labor de Whelan como jefe de equipo de inspecci¨®n para el desarme y destrucci¨®n de arsenales qu¨ªmicos acaba devolvi¨¦ndole a uno de los corazones de Europa. Eso s¨ª, las historias de viajes por el mundo que cuenta van de lo ex¨®tico a la ciencia-ficci¨®n. En Siberia, estuvo a 40 grados bajo cero. En EE UU, pas¨® seis semanas en una isla del Pac¨ªfico supervisando la incineraci¨®n de productos letales. "Cuando no hab¨ªa amenaza de hurac¨¢n, pod¨ªas bucear en los arrecifes de coral. Ahora es un santuario de p¨¢jaros".
La OPAQ es un organismo independiente que coopera con la ONU y ha eliminado ya m¨¢s del 60% del arsenal t¨®xico del planeta. "Tambi¨¦n con la UE su relaci¨®n es muy estrecha", dice Whelan, que act¨²a ahora como consultor de la propia organizaci¨®n. "Colaboro en un proyecto de comprobaci¨®n del empleo de sustancias qu¨ªmicas con fines pac¨ªficos, respetando el secreto industrial". Espa?a, con mucha industria qu¨ªmica, tiene gran experiencia y la comparte. "En Sudam¨¦rica tambi¨¦n operamos; me ha ayudado hablar espa?ol". Un idioma que domina hasta el casticismo y le permite se?alar, con gran sencillez, su "orgullo al colaborar en algo que refuerza la seguridad de la humanidad". Sin olvidar que su manejo del espa?ol allana su regreso a Alcal¨¢ de Henares. "All¨ª tengo un bar irland¨¦s". Otra forma de hacer Europa, sin duda.
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