Una democracia maltrecha
Con el indulto a Fujimori, Kuczynski, que se salv¨® de la destituci¨®n, ha traicionado la confianza de sus votantes
Pocos d¨ªas atr¨¢s Per¨² pareci¨® conjurar un grave riesgo de desestabilizaci¨®n a causa del proceso de destituci¨®n del presidente Kuczynski (PPK), abierto por el Congreso, en manos de la mayor¨ªa fujimorista, por sus supuestas vinculaciones ilegales con la empresa Odebrecht. El ¨²ltimo en caer en esta infame red de contactos y relaciones turbias con la empresa brasile?a hab¨ªa sido el presidente Kuczynski, una de cuyas empresas brind¨® asesor¨ªa a Odebrecht durante los a?os en que este fue ministro del anterior gobierno.
El presidente minti¨® acerca de ello y el congreso de mayor¨ªa fujimorista vio la oportunidad que necesitaba para proponer su ¡°vacancia por incapacidad moral¡±. Al margen de que resulte desabridamente ir¨®nico que una organizaci¨®n como la fujimorista ¡ªcuyas filas se nutren principalmente de corruptos y congresistas con procesos judiciales abiertos¡ª el asunto parec¨ªa dar la puntilla al d¨¦bil Gobierno de Kuczynski, pues desde que este asumiera el poder en julio del a?o pasado, el fujimorismo se encarg¨® de golpear sistem¨¢ticamente cualquier propuesta del ejecutivo y derribar uno a uno sus ministros.
Fuerza Popular, liderado por Keiko Fujimori, es una organizaci¨®n sin ideolog¨ªa ni propuesta pol¨ªtica alguna que no sea restablecer el r¨¦gimen corrupto de Alberto Fujimori de los a?os noventa y continuar medrando en el poder, bajo la direcci¨®n de Keiko, desde que su padre fuese procesado y enviado a la c¨¢rcel en 2009 para cumplir 25 a?os de prisi¨®n efectiva. Y ese ha sido el caballo de batalla del fujimorismo: conseguir el indulto ¡°por razones humanitarias¡± del hombre que entreg¨® al Per¨² a uno de sus periodos m¨¢s sangrientos, oscuros y corruptos. La formidable batalla de las ¨²ltimas elecciones demostraron hasta qu¨¦ punto el Per¨² est¨¢ dividido entre quienes creen que la ¨²nica manera de prosperar es a trav¨¦s de la corrupci¨®n, tutelada y alentada por el fujimorismo, y quienes decidieron plantarle cara a tales aspiraciones, votando por candidatos de izquierda, centro o derecha cuyo principal mensaje era ya una consigna que coreaba una gran parte del pa¨ªs: ¡°Fujimori nunca m¨¢s.¡±
Esa esperanza encarn¨® Pedro Pablo Kuczynski ¨Ca quienes sus simpatizantes reclamaban como ¡°presidente de lujo¡±-- y es la misma que acaba de hacer trizas, despu¨¦s de haberse salvado por los pelos de una ignominiosa destituci¨®n que parec¨ªa irremediable y que lo colocaba ya en una grave cuarentena por parte de sus votantes. No ha habido tiempo para festejar que el Congreso no pudiera vacarlo y que as¨ª Kuczynski cumpla su mandato para ser investigado despu¨¦s, pese a que el presidente lo festejara con un bailecito que a muchos nos trajo a la memoria los bailes del ¡°chino¡± cuando era candidato presidencial; no ha habido tiempo para respirar aliviados de que nuestra maltrecha democracia no cayese en manos de la voracidad fujimorista porque finalmente se le ha otorgado el indulto a Alberto Fujimori, apenas tres d¨ªas despu¨¦s de haberse librado Kuczynski de su vergonzosa vacancia.
Este presidente ¡ªno de lujo sino toda una joya¡ª ha traicionado la confianza de sus votantes: Librarse de la destituci¨®n no result¨® pues una partida ganada al matonismo de los fujimoristas sino el despreciable canje por el indulto de un delincuente. Kuczynski pasar¨¢ a la historia y ser¨¢ recordado por su debilidad y por su traici¨®n a la democracia. Y ahora seguir¨¢ bailado como un t¨ªtere al son de la m¨²sica fujimorista mientras en el pa¨ªs se vislumbran tiempos aciagos.
Jorge Benavides es un escritor peruano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.