Perplejidades de un viaje de Francisco
Nada inquieta tanto a los chilenos como la posibilidad de que Bergoglio vuelva a abogar por que los bolivianos consigan una salida al mar
La movilizaci¨®n religiosa que provocar¨¢ la gira que el papa Francisco iniciar¨¢ el 15 de enero por Chile y Per¨², convivir¨¢ con una colecci¨®n de inc¨®gnitas y paradojas pol¨ªticas. El contexto del viaje es significativo. El Pont¨ªfice vuelve a una Am¨¦rica Latina en la que los proyectos populistas, por los que ¨¦l ha mostrado una incesante simpat¨ªa, est¨¢n en repliegue. En Per¨² gobierna, envuelto en una crisis, Pedro Pablo Kuczynski. Y en Chile acaba de ser electo Sebasti¨¢n Pi?era. Son dos millonarios que provienen del mundo empresarial y que defienden una agenda favorable a los mercados. Todo lo contrario del identikit que admira el Papa.
Francisco llega a Chile cuando Michelle Bachelet se retira, dejando atr¨¢s varias reformas criticadas por la Iglesia. Sobre todo la legislaci¨®n que reconoce la uni¨®n civil entre personas del mismo sexo y la despenalizaci¨®n del aborto en casos de inviabilidad del feto, riesgo de muerte de la mujer o embarazos derivados de una violaci¨®n.
El 16 el Papa ser¨¢ agasajado por la presidenta en el palacio de la Moneda, donde recibir¨¢ el saludo de Pi?era. Despu¨¦s celebrar¨¢ una misa en el Parque O'Higgins. Y abordar¨¢ la m¨¢quina del tiempo: ir¨¢ a la Misi¨®n del Padre Hurtado, la casa jesu¨ªtica donde vivi¨® hace 60 a?os.
Las perplejidades aparecen en el viaje que Jorge Bergoglio realizar¨¢ a Temuco, el 17. Esa ciudad es el centro de la bell¨ªsima Araucan¨ªa, donde sectores de la comunidad mapuche pretenden la secesi¨®n de la regi¨®n. Al frente de esa reivindicaci¨®n est¨¢ la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), que ha protagonizado varios hechos de violencia. Aunque lo que m¨¢s inquieta al Vaticano es la Waicha Auka Mapu, un desprendimiento de la CAM que ataca parroquias y seminarios cat¨®licos alegando que adormecen la conciencia nacional mapuche. Va a ser interesante atender a lo que diga el Papa en Temuco. No solo por estas contradicciones con la Iglesia. Tambi¨¦n porque en Chile la bandera indigenista es peculiar. La derecha suele cosechar sus mejores resultados electorales en la Araucan¨ªa. Pi?era se impuso all¨ª con el 62% de los votos. Este desencuentro con la izquierda tiene ra¨ªces antiguas y escandalosas. En 1989, los consejos regionales mapuches despidieron al dictador Augusto Pinochet declar¨¢ndole Fauta Lonco, es decir, Gran Autoridad.
La tercera escala del viaje tambi¨¦n es enigm¨¢tica. Ser¨¢ en Iquique. El escenario no podr¨ªa ser m¨¢s inspirador para el autor de la enc¨ªclica Laudatio Si', sobre la preservaci¨®n del medioambiente. Iquique encabeza la regi¨®n donde m¨¢s se desarrolla la megaminer¨ªa. Tambi¨¦n en esa zona chilenos y bolivianos est¨¢n enfrentados por el agua del r¨ªo Silala, que Bolivia reclama como propia. Ninguna de estas controversias inquieta tanto a los chilenos como la posibilidad de que Bergoglio vuelva a abogar por que los bolivianos consigan una salida al mar. En 2015, cuando visit¨® Bolivia, el Papa exclam¨® "pienso en el mar". Despu¨¦s pidi¨® di¨¢logo. En Chile, donde la negativa a ese reclamo es una causa nacional, leyeron el mensaje como una provocaci¨®n. Esta vez, el embajador de Bachelet ante la Santa Sede, Mariano Fern¨¢ndez, pidi¨® en p¨²blico que el Pont¨ªfice se abstenga de hablar de la controversia mar¨ªtima. Es probable que Bergoglio le haga caso. Con su amigo Evo Morales ya cumpli¨®. Le recibi¨® el 15 de este mes. Al salir de la entrevista Morales emiti¨® un tuit agradeciendo el respaldo del Papa a la demanda boliviana.
La visita a Per¨², entre el 19 y el 21, fue tambi¨¦n preparada seg¨²n las prioridades de Francisco. Llegar¨¢ a Lima y se trasladar¨¢ a Trujillo, donde se aguarda la presencia de un mill¨®n de personas. Pero donde m¨¢s se espera su mensaje es en Puerto Maldonado, a la vera del r¨ªo Madre de Dios, en un sector de la Amazonia donde la indigencia convive con la esclavitud. Desde all¨ª el Papa volver¨¢ a Lima.
Francisco llega a un Per¨² convulsionado. A Kuczynski se le reprocha haberse blindado frente al esc¨¢ndalo Odebrecht indultando a Alberto Fujimori. Su popularidad est¨¢ en el 18%. La polarizaci¨®n desaf¨ªa a un pont¨ªfice que se niega a visitar pa¨ªses fracturados por la pol¨ªtica. Por ejemplo, la Argentina.
Bergoglio suele explicar que evita su propia tierra por temor a ser manipulado por las facciones en discordia. Macristas contra kirchneristas. O, para describir mejor a los bandos, antimacristas contra antikirchneristas. Esa excusa, que no vale para Per¨², podr¨ªa empezar a ser contradictoria en la Argentina. El Papa seleccion¨® a las nuevas autoridades de la Conferencia Episcopal de su pa¨ªs. Esos obispos acaban de enfrentar a Mauricio Macri por una ley de las pensiones cuya sanci¨®n fue enfrentada con una ola de violencia. Un dirigente muy allegado a Bergoglio, Gustavo Vera, dej¨® trascender que el Papa le confes¨® su preocupaci¨®n por los jubilados. El Vaticano divulg¨® un video en el que Francisco expresa su inter¨¦s por los ancianos, preparado por la consultora La Machi, en su mayor¨ªa integrada por argentinos. Fue un mensaje universal, que en Buenos Aires se entendi¨® como local. En especial porque otro ¨ªntimo del Papa, el activista social Juan Grabois, se present¨® en los tribunales para impedir que se aprobara la reforma. Grabois alega, en privado, que act¨²a "con el aval de Santo Padre".
A nadie debe sorprender que Bergoglio intervenga en la pol¨ªtica argentina. Lo hizo siempre, asociado al peronismo. Tal vez ahora insista m¨¢s que antes. Con ese partido a la deriva, puede pretender que la Iglesia ocupe un lugar m¨¢s visible. Para sostener la demanda social frente a Macri, quien, como Pi?era y Kuczynski, proviene del mundo de la empresa. Y tambi¨¦n para evitar que los reclamos queden en manos de la izquierda combativa. La estrategia tiene un riesgo: que un papa que predica "la cultura del encuentro", sea visto en su pa¨ªs como uno de los t¨¦rminos de la discordia nacional.
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