Per¨²: ni estabilidad ni reconciliaci¨®n
Llama la atenci¨®n que haya a¨²n quien quiera seguir manejando las cosas como cuando las sociedades eran silentes
La inestabilidad pol¨ªtica y polarizaci¨®n que hoy afecta al Per¨² no son un ¡°acto de la naturaleza¡± ni efecto de una econom¨ªa en crisis (que no lo est¨¢). Es la turbulenta expresi¨®n de un manejo pol¨ªtico torpe, causado tanto por el Gobierno de PPK como por la oposici¨®n fujimorista que controla el Congreso, en sorprendente incompetencia rec¨ªproca.
En ella comparten el desprecio a una sociedad tratada como mera espectadora pero que no acepta quedarse como tal. El ¡°que se vayan todos¡± es respaldado ahora por m¨¢s del 67 % de la poblaci¨®n (reciente encuesta de Ipsos) cuando los actuales Gobierno y Congreso llevan menos de a?o y medio en funciones. Dos son los momentos en los que esta situaci¨®n se ha expresado ¡ªy con mucho ruido¡ª a lo largo de la ¨²ltima semana.
El primero: el frustrado intento de vacancia al presidente PPK. Aunque la vacancia fast track no proced¨ªa ¡ªni procedi¨®¡ª, s¨ª era y sigue siendo necesario un examen riguroso y con calma de la informaci¨®n sensible sobre los posibles conflictos de inter¨¦s entre PPK y Odebrecht cuando era ministro de econom¨ªa hace poco m¨¢s de diez a?os.
Segundo momento: el indulto a Fujimori, dictado en medio de las celebraciones navide?as. Alto precio a pagar, en aparente acuerdo con un sector fujimorista para salvarse de la vacancia. El indulto, dictado en nombre de la ¡°reconciliaci¨®n nacional¡±, abri¨® la actual fase de polarizaci¨®n y confrontaci¨®n, la cual se expresa tanto en el ¨¢mbito pol¨ªtico como en el jur¨ªdico.
En cuanto a lo pol¨ªtico, lo que es evidente es que el necesario proceso de reconciliaci¨®n nacional¡± tendr¨ªa que tener bases y contenidos distintos de un sorpresivo indulto a un Fujimori luego del cual no ha sido capaz de pedir perd¨®n por los graves cr¨ªmenes cometidos durante su Gobierno autoritario. Se ha limitado a lamentar haber ¡°defraudado¡± a un sector del pa¨ªs mientras fue presidente, como har¨ªa cualquier expresidente. Grave que Gobierno, Congreso y Fujimori no hayan dicho una palabra sobre las v¨ªctimas y la sociedad agredidas con escuadrones de la muerte y otras formas de represi¨®n ilegal durante el Gobierno del indultado.
El cuestionamiento jur¨ªdico es ya amplio, tanto en lo interno como internacionalmente. Probablemente en ello est¨¦ el medular tal¨®n de Aquiles de esta medida dictada con escaso rigor. Primero, porque la gravedad de la condici¨®n de salud para sustentar el indulto humanitario no queda demostrada y tiene tenue legitimidad un perd¨®n dictado a partir del informe de una cuestionada junta m¨¦dica de tres galenos integrada, entre otros, por el m¨¦dico personal de Fujimori.
Pero la medida no queda en el indulto. Se incluy¨® en la misma resoluci¨®n, bajo el elusivo t¨ªtulo de ¡°derecho de gracia¡±, la decisi¨®n de extraer a Fujimori de cualquier proceso penal presente o futuro. Esta ha sido dise?ada de manera tan atropellada que lleva consigo una debilidad jur¨ªdica tan gruesa que es poco sostenible tanto en el plano interno como en el internacional.
De acuerdo a la Constituci¨®n (art. 118.21), para aplicar el ¡°derecho de gracia¡± presidencial tiene que haber transcurrido un tiempo m¨ªnimo en la fase de instrucci¨®n del proceso penal: al menos el ¡°doble del plazo de la instrucci¨®n m¨¢s su ampliaci¨®n¡±. La participaci¨®n de Fujimori en el proceso por una masacre de seis personas cometidas durante su Gobierno en la que la Fiscal¨ªa le atribuye responsabilidad penal se ha iniciado reci¨¦n hace cinco meses. No se cumple el plazo m¨ªnimo constitucional, que ser¨ªa de 24 meses en un caso complejo como ¨¦ste por lo que el juez penal estar¨ªa habilitado para declarar inaplicable el mencionado ¡°derecho de gracia¡±.
Internacionalmente, a su vez, la jurisprudencia constante de la Corte Interamericana ha declarado inadmisibles las medidas que impiden la investigaci¨®n y sanci¨®n de quienes cometan graves violaciones a los derechos humanos. Suena perfectamente l¨®gico ¡ªy predecible¡ª que el tribunal interamericano se aboque a tratar este tema para lo cual existe una amplia y sostenida jurisprudencia sobre el deber de investigar y sancionar las graves violaciones.
Llama la atenci¨®n que haya a¨²n en las alturas quienes quieran seguir manejando las cosas como cuando las sociedades eran silentes, las instituciones inoperantes y el derecho inexistente. Las reacciones venidas y por venir nos ir¨¢n indicando cu¨¢nto han cambiado las cosas.
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