Arrancan las negociaciones entre la CDU y el SPD para poner fin al bloqueo en Berl¨ªn
Los dos grandes partidos alemanes incian una semana de reuniones para sentar las bases de otra posible gran coalici¨®n
Condenados a entenderse. Tras 105 d¨ªas sin Gobierno y sin un plan B convincente sobre la mesa, los dos grandes partidos alemanes buscan desde ayer un acercamiento que les permita poner en pie un Ejecutivo y que la primera econom¨ªa de la zona euro eche a andar de nuevo. Arranca as¨ª una semana de maratonianas negociaciones a puerta cerrada que determinar¨¢n si el bloque conservador (CDU) de la canciller, Angela Merkel, y la socialdemocracia de Martin Schulz (SPD) son capaces de volver a forjar alg¨²n tipo de alianza de Gobierno. "Creo que podemos lograrlo", dijo ayer Merkel.
Europa espera impaciente desde hace meses a que Berl¨ªn, el l¨ªder de facto de la Uni¨®n, se ponga en marcha. Alemania dice estar dispuesta a secundar las profundas reformas con las que Francia aspira a reflotar el proyecto europeo, en un contexto internacional crecientemente vol¨¢til, pero sin Ejecutivo en Berl¨ªn no hay movimiento posible.
Tras el encuentro ayer de la canciller y el l¨ªder socialdem¨®crata, las negociaciones que hoy arrancan se perciben como la ¨²ltima oportunidad para que Berl¨ªn cuente con un Ejecutivo estable, despu¨¦s de que Merkel ganara las elecciones del pasado septiembre, pero sin mayor¨ªa suficiente para formar Gobierno. Est¨¢ previsto que las conversaciones duren por lo menos hasta marzo, si todo marcha bien. Sus protagonistas advierten repetidamente, sin embargo, que el final est¨¢ abierto. Es decir, que no est¨¢ nada claro que vayan a lograr el entendimiento necesario. La pol¨ªtica europea, la migratoria o la reforma del sistema de salud son algunos de los asuntos que dividen a los negociadores reticentes.
Digerible para los militantes
Despu¨¦s de haber jurado en varios idiomas que el SPD no formar¨ªa una nueva gran coalici¨®n con el partido de la canciller, Martin Schulz est¨¢ obligado ahora a hacer un descomunal despliegue de habilidad pol¨ªtica para hacer digerible un pacto que, en fr¨ªo, provoca n¨¢useas a un importante sector de los militantes del partido.
¡°No fijamos l¨ªneas rojas, pero queremos que Alemania tenga pol¨ªticas lo m¨¢s rojas posible¡±, adelant¨® Schulz el domingo antes de sentarse a al mesa de negociaci¨®n. La estrategia del l¨ªder socialdem¨®crata pasa por desviar el foco del formato de colaboraci¨®n con los conservadores y centrar el debate en los contenidos pol¨ªticos y en la capacidad de influenciar el futuro de Alemania de participar en un nuevo Gobierno, seg¨²n explican en el partido.
"No fijamos l¨ªneas rojas, pero queremos que Alemania tenga pol¨ªticas lo m¨¢s rojas posible", adelant¨® Schulz ayer antes de sentarse a la mesa de negociaci¨®n. La estrategia del socialdem¨®crata pasa por desviar el foco del formato de colaboraci¨®n con los conservadores y centrar el debate en los contenidos pol¨ªticos y en la capacidad de influencia en el futuro de Alemania, seg¨²n explican en el partido.
Para vencer las resistencias internas, el SPD ha dise?ado un proceso gradual, en el que la medicina se ir¨¢ administrando en peque?as dosis. La primera gran cita es el pr¨®ximo 21 de enero, cuando el SPD convocar¨¢ a sus 600 delegados a una votaci¨®n para decidir si permiten a la direcci¨®n del partido seguir adelante las negociaciones formales en busca de una coalici¨®n de Gobierno. Despu¨¦s, todos los militantes deber¨¢n votar un acuerdo final.
"Soy optimista de que lograremos convencer a nuestros miembros para participar de la forma que sea en el Gobierno si conseguimos acordar un pa¨ªs m¨¢s justo socialmente, si acabamos con el sistema dual de salud, aseguramos el cuidado de los ancianos, adecuamos el sistema educativo a las necesidades del siglo XXI y fortalecemos Europa", declaraba el viernes Schulz. El problema es que esa carta a los Reyes Magos pone los pelos de punta a amplios sectores de la CDU, recelosos de un pacto costoso y capaz de quebrar la sacrosanta ortodoxia fiscal.
Reticentes, porque el bloque de centroderecha de Merkel (CDU) y el SPD de Schulz acuden a esta suerte de matrimonio forzado de mala gana. Sobre todo el SPD, que se presenta a la cita arrastrando los pies, con buena parte de su militancia en contra de cualquier pacto que huela a una nueva Gran Coalici¨®n con los conservadores. El SPD sufri¨® una derrota hist¨®rica en septiembre, que sus miembros achacan a la cohabitaci¨®n con el partido de una canciller (2013-2017) a la que consideran muy h¨¢bil a la hora de atribuirse logros ajenos.
La canciller es la m¨¢s interesada en sellar un acuerdo en las pr¨®ximas semanas. Despu¨¦s de 12 a?os en el poder, una alianza con los socialdem¨®cratas le asegurar¨ªa un cuarto mandato, que a estas alturas son muchas las voces en Berl¨ªn que ya no lo dan por sentado. Pero no todos en su partido, y menos a¨²n en las filas de su socio b¨¢varo, la CSU, comparten la determinaci¨®n de la canciller por que las conversaciones lleguen a buen puerto. Porque cunde la sensaci¨®n entre los conservadores de que solo habr¨¢ acuerdo si aceptan pagar un precio desorbitado en pol¨ªticas sociales, como exige el SPD. "Este proyecto puede triunfar, pero si nuestro posible socio no se excede", ha dicho recientemente Horst Seehofer, l¨ªder de la CSU.
Unos y otros son conscientes adem¨¢s, de que el electorado castig¨® su Gran Coalici¨®n ¡ªperdieron entre los dos casi 14 puntos porcentuales¡ª y de que la extrema derecha, Alternativa para Alemania (Afd) fue la formaci¨®n que mayor provecho sac¨® del desgaste de los grandes. Los xen¨®fobos han entrado en el Parlamento alem¨¢n por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial con un 12,6% de los votos. Su discurso en contra de los partidos tradicionales y sobre todo de una gran coalici¨®n, que consideran que representa los intereses del establishment frente a las necesidades del alem¨¢n corriente, ha calado muy hondo. Repetir la Gran Coalici¨®n corre pues el riesgo de alimentar la marea populista, que arrecia tambi¨¦n en Alemania.
Los negociadores comparten, adem¨¢s, la inc¨®moda sensaci¨®n de que su acercamiento forzado tiene categor¨ªa de segundo plato. El plan inicial y el preferido por pol¨ªticos y votantes era formar un gobierno tripartito con los Verdes y los liberales, la famosa coalici¨®n Jamaica, que fracas¨® estrepitosamente en unas extenuantes negociaciones.
Fracasada Jamaica, es decir, la opci¨®n A, solo quedaban tres posibles escenarios para alumbrar un Gobierno en Berl¨ªn. La primera consistir¨ªa en formar un gobierno de minor¨ªa liderado por Merkel, sin precedentes en la historia de Alemania, un pa¨ªs que venera la estabilidad. La segunda ser¨ªa repetir las elecciones, algo que muchos alemanes, seg¨²n las encuestas, ven con malos ojos porque supondr¨ªa un derroche de tiempo y dinero. Y por ¨²ltimo, tal vez para muchos la opci¨®n menos mala, es que la CDU y el SPD limen sus diferencias y se pongan de acuerdo para gobernar.
Aprender de Jamaica
Los pol¨ªticos dicen haber aprendido de los errores del proyecto Jamaica y esta vez, las negociaciones prometen ser, para empezar, m¨¢s discretas. Nada de entrevistas, de euforia tuitera, ni de fotos en el balc¨®n entre sesi¨®n y sesi¨®n. Esta vez, adem¨¢s, el orden del d¨ªa y la coreograf¨ªa de los encuentros est¨¢ pactada al mil¨ªmetro para evitar el caos que rode¨® las negociaciones de Jamaica, donde asuntos que ya hab¨ªan sido tratados aparec¨ªan d¨ªas despu¨¦s de nuevo sobre la mesa provocando la irritaci¨®n y el desconcierto de algunos negociadores, seg¨²n explicaba a este diario uno de ellos.
Y mientras, fuera de los despachos y las conferencias de prensa, los alemanes empiezan a registrar un cierto desgaste ante un runr¨²n pol¨ªtico que se eterniza. Una nueva encuesta de la cadena ARD indica que un 52% de los consultados recela de una Gran Coalici¨®n.
Tres meses por delante
A partir del domingo arranca una apretada agenda de encuentros que se prev¨¦ se prolonguen hasta marzo
-La siguiente cita est¨¢ prevista hoy lunes, a partir de las nueve de la ma?ana en la sede de la CDU en Berl¨ªn. Durante la jornada, los primeros espadas ¨CSchulz, Merkel y Seehofer- mantendr¨¢n una sesi¨®n dedicada a pol¨ªtica europea; un asunto de m¨¢xima prioridad para los socialdem¨®cratas. Diversos grupos de trabajo abordar¨¢n los dossiers de econom¨ªa, digitalizaci¨®n, vivienda, medio ambiente, infraestructuras, inmigraci¨®n e igualdad de g¨¦nero entre otros.
-Del martes al jueves se celebrar¨¢n sesiones similares. El jueves, ¨²ltimo d¨ªa de las llamadas conversaciones exploratorias, los negociadores volver¨¢n a encontrarse en la sede del SPD, la casa de Willy Brandt y despu¨¦s de abordar temas econ¨®micos, se tratar¨¢n los flecos que hayan quedado pendientes de los d¨ªas anteriores. De ah¨ª debe salir un breve documento que debe ser aprobado en el congreso del SPD en Bonn el 21 de enero y por la direcci¨®n de los partidos del bloque conservador. De lograr sendas aprobaciones, comenzar¨ªan las negociaciones formales que podr¨ªan prolongarse hasta finales de febrero. Despu¨¦s, todos los militantes del SPD deber¨¢n votar el contrato de coalici¨®n. De no mediar contratiempo, en marzo, el Parlamento elegir¨ªa a Merkel como canciller por cuarta vez.
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