Los haitianos que viven en Miami: ¡°Trump tiene la boca muy sucia¡±
La Peque?a Hait¨ª se indigna con los insultos del presidente
En la tienda de Marie Salomon, de 73 a?os, este viernes los gritos de la radio llenaban el espacio de lengua creole. En el programa local de la comunidad haitiana de Miami se debat¨ªan con los ¨¢nimos calientes las palabras del jueves de Donald Trump, que defini¨® Hait¨ª como "un pa¨ªs de mierda". Salomon traduc¨ªa lo que hablaban: "?Ja! Este pide que nunca dejen entrar a Trump en Hait¨ª. ?As¨ª es!".
La tienda estaba vac¨ªa y ella estaba concentrada en el tema del d¨ªa. "Le puedo asegurar que estamos todos muy cabreados en la Peque?a Hait¨ª. Donald Trump tiene la boca muy sucia", dijo Salomon, llegada a EE UU desde Hait¨ª en 1975, y con dos hijos y 14 nietos nacidos en suelo americano.
La Peque?a Hait¨ª es el principal barrio haitiano de EE UU. Los inmigrantes de la isla caribe?a se empezaron a establecer en esta zona de Miami en los a?os setenta escapando de la dictadura de Jean-Claude Baby Doc Duvalier, alias Baby Doc. En aquel descampado a las afueras de Miami donde se hab¨ªan cultivado c¨ªtricos desde inicios del siglo XX, los haitianos fueron desarrollando su barrio hasta hacer de ¨¦l un centro simb¨®lico de su di¨¢spora. Hace dos a?os, despu¨¦s de mucho luchar con la burocracia de la ciudad, lograron que el barrio adoptase el nombre oficial de la Peque?a Hait¨ª.
Hoy en el barrio viven unos 30.000 haitianos de primera y segunda generaci¨®n y su comunidad tiene cierta fuerza pol¨ªtica. Si no la tuviera, el propio Donald Trump no habr¨ªa hecho una parada de su campa?a en septiembre de 2016 en el Centro Cultural de la Peque?a Hait¨ª. El magnate, que ahora es aborrecido en el barrio, afirm¨® que los "compinches" de los Clinton se hab¨ªan llevado dinero de los fondos de EE UU para el terremoto de Hait¨ª y les dijo: "?Quiero ser vuestro gran campe¨®n!". "Un mentiroso, es un gran mentiroso, eso es lo que es", bramaba la se?ora Salomon.
"Y no es la primera vez que nos insulta. Es la segunda". Se refer¨ªa a la revelaci¨®n que hizo The New York Times a finales de diciembre sobre un supuesto comentario de Trump en la Casa Blanca en el que habr¨ªa dicho que "todos [los haitianos] tienen sida", lo que fue negado por sus portavoces. Este viernes Trump neg¨® tambi¨¦n que hubiera vuetlo a denigrar a Hait¨ª. "Tengo una maravillosa relaci¨®n con los haitianos", a?adi¨® el presidente que ha retirado la protecci¨®n humanitaria a 59.000 haitianos llegados tras el terremoto de 2010 y que en julio de 2019 ser¨¢n deportados si no han abandonado el pa¨ªs.
"Lo que tiene que hacer se sentar el culo otra vez en su torre de Manhattan y dedicarse a sus negocios de inmueble y hoteles. Este tipo no puede ser presidente de EE UU", clamaba el artista Serge Touissant, de 53 a?os, uno de los mayores promotores locales de la cultura haitiana. Estaba en un bald¨ªo terminando un enorme mural con la bandera de su pa¨ªs por el que ha tenido que porfiar con unos propietarios de un terreno adyacente que, seg¨²n ¨¦l, se quejaban de que la ense?a de la isla "depreciar¨ªa los solares de alrededor". La Peque?a Hait¨ª, antes un suburbio, sigue siendo un barrio humilde pero ahora est¨¢ enclavada en una zona de alto valor inmobiliario. Touissant es uno de los activistas que denuncian la posible disoluci¨®n del barrio por la presi¨®n especulativa. En su nuevo mural un joven negro enfoca con una camara de v¨ªdeo junto al lema: "La Peque?a Hait¨ª te vigila".
"Esta es la Casa Blanca del odio", afirm¨® el artista. "Si Trump sigue lanzando tanto odio acabar¨¢ llev¨¢ndonos a otra guerra civil. No puedes despreciar as¨ª a una comunidad que es parte de tu pa¨ªs. Hay haitianos en todos los sitios. Haitianos luchando en Afganist¨¢n por los EE UU, haitianos en la plantilla de empleados de la Casa Blanca. Y muchos haitianos, se?or Trump, trabajando en su club de Doral [el establecimiento de golf del presidente en Miami]. ?C¨®mo puede decir que es un pa¨ªs de mierda la primera rep¨²blica negra independiente que hubo en este maldito planeta!".
En otro punto del barrio se encuentra la estatua de bronce de Toussaint Louverture, el Napole¨®n negro, padre de la insurrecci¨®n de esclavos que desemboc¨® en la emancipaci¨®n de Hait¨ª en 1804. Sentados a sus pies dos hombres haitianos discut¨ªan sobre Trump. Uno de ellos, Robert Brown, de 56 a?os, se levant¨® ceremonioso: "Solo le dir¨¦ una cosa", dijo, y se?al¨® al Louverture de bronce: "Si no fuera por este se?or que est¨¢ aqu¨ª, posiblemente yo no ser¨ªa un hombre libre. Igual que los negros americanos sin Lincoln. El presidente Donald Trump se est¨¢ equivocando de camino".
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