¡°Son palabras vac¨ªas, es tiempo de acciones¡±, contestan las v¨ªctimas
En Chile se est¨¢ fraguando una organizaci¨®n internacional de v¨ªctimas para forzar a la Iglesia a tomar decisiones

Las v¨ªctimas de los abusos sexuales en Chile ya no se conforman con palabras. El periodista Juan Carlos Cruz, el m¨¦dico James Hamilton y el doctor en Filosof¨ªa Jos¨¦ Andr¨¦s Murillo, todos miembros de familias tradicionales de Santiago, sufrieron abusos de adolescentes y est¨¢n dispuestos a llegar hasta el final aunque los delitos hayan prescrito. No solo han creado una fundaci¨®n en Chile contra los abusos a menores, tambi¨¦n han reunido durante la visita del Papa a varios representantes de v¨ªctimas de nueve pa¨ªses para organizar una asociaci¨®n internacional que fuerce a la Iglesia a tomar decisiones.
No les basta con el perd¨®n, quieren destituciones y cambios radicales?en la forma en que se tratan estos asuntos en la Iglesia para impedir que le pase a nadie m¨¢s. Ellos son v¨ªctimas de?Fernando Karadima, un sacerdote condenado por abusos prolongados a adolescentes y j¨®venes de clase media acomodada y familias muy conocidas y tradicionales de Santiago. Las palabras del Papa sonaron impactantes para muchas personas ajenas a esta causa, pero para ellos es incluso m¨¢s grave que diga eso y no haga nada. "Son palabras vac¨ªas que causan mayor dolor, porque todos sabemos que no hacen absolutamente nada por las v¨ªctimas. Habla de verg¨¹enza y luego celebra la misa con criminales encubridores como el obispo Juan Barros¡±, se enfada Cruz.
La ¡°dignidad¡± de las mujeres en prisi¨®n
Uno de los momentos m¨¢s emotivos de la visita del Papa Francisco fue su paso por una c¨¢rcel de mujeres en Santiago, donde est¨¢n 600 reclusas, la mayor¨ªa de ellas con sus hijos peque?os conviviendo en la prisi¨®n. Todas acercaban a los ni?os para que Francisco les diera su bendici¨®n. ¡°Ser privado de libertad no es lo mismo que estar privado de dignidad. Es necesario luchar contra todo tipo de cors¨¦, de etiqueta que diga que no se puede cambiar, o que no vale la pena, o que todo da lo mismo, como en el tango, todo es igual, all¨¢ en el horno nos vamos a encontrar. ?No!¡±, clam¨® el Papa, que reivindic¨® que la c¨¢rcel sirva realmente como rehabilitaci¨®n y no solo castigo. ¡°La seguridad p¨²blica no hay que reducirla s¨®lo a medidas de mayor control sino, y sobre todo, edificarla con medidas de prevenci¨®n, con trabajo, educaci¨®n y mayor comunidad. La sociedad tiene la obligaci¨®n de reinsertarlas a todas¡±.
Una interna record¨® la dureza de la c¨¢rcel, m¨¢s con ni?os peque?os, y pidi¨® ayuda al Pont¨ªfice para cambiar las leyes: ¡°Papa Francisco, amigo de los pobres y descartados, le pido que le diga a Dios que tenga misericordia de nuestros ni?os y ni?as ya que ellos tambi¨¦n cumplen una condena siendo inocentes. Por nuestras malas decisiones arrastramos a nuestros hijos a vivir presos y cometer los mismos errores. Crecen con su coraz¨®n lleno de resentimiento. He visto llorar a muchas compa?eras al enterarse de que han abusado de sus hijos fuera de la c¨¢rcel. Pido misericordia para las madres para que puedan soportar tanto dolor. Interceda para que el sistema modifique las condenas para las que somos madres. Para que podamos pagar nuestra deuda sin abandonar a los ni?os y ni?as evitando as¨ª que m¨¢s tarde sean los condenados¡±, clam¨® entre aplausos de sus compa?eras.
¡°Ya se acab¨® el tiempo del perd¨®n: es el tiempo de acciones. En la Conferencia Episcopal chilena hay obispos que han visto abusos, los han encubierto, y siguen premiados en sus di¨®cesis y el Papa lo sabe. Los obispos Barros, Tomislav Koljatic, Horacio Valenzuela...ah¨ª est¨¢n todos. ?Por qu¨¦ no los saca? Eso s¨ª ser¨ªa una se?al de que nos est¨¢ apoyando y oyendo. Nosotros le hemos pedido juntarnos con ¨¦l para que oiga de nuestras bocas lo que ha pasado y, sin embargo, Francisco no quiere", insiste Cruz, que ha viajado desde EEUU para estar en la visita del Papa y reivindicar la lucha de las v¨ªctimas.
Su caso es el m¨¢s simb¨®lico de los 78 que contabiliz¨® en Chile la ONG Bishop Accountability. Cuando hace siete a?os se destap¨® la trama, y estas tres v¨ªctimas comparecieron en televisi¨®n para explicar los abusos, el prestigio de la instituci¨®n cay¨® en picado: ¡°La gente se dio cuenta de la forma en que nos trataron y el respaldo baj¨® inmediatamente de un 68% a un 37%¡±, relata Cruz, ejecutivo de la multinacional estadounidense Dow-DuPoint. ¡°Para nosotros fue terriblemente dif¨ªcil enfrentarnos al poder de Karadima. Era amigo de los principales grupos econ¨®micos y de la mayor¨ªa de los generales importantes del r¨¦gimen de Augusto Pinochet. No era un cura de pueblo¡±, se?ala.
Tanto Cruz como Hamilton insisten en que Barros encubri¨® los abusos. ¡°A m¨ª no me lo han contado. Barros estuvo durante 37 a?os al lado de Karadima. Estaba de pie a mi lado cuando me abusaba¡±, relata Cruz, que conoci¨® a Karadima a los 15 a?os, cuando acababa de morir su padre. El ex p¨¢rroco de El Bosque, un barrio elegante de la capital chilena, le ofreci¨® ser su gu¨ªa espiritual, pero abus¨® de ¨¦l durante ocho a?os. Cruz reflexiona: ¡°Me considero una persona inteligente, con un cargo importante en una multinacional. He podido educarme, he viajado por todo el mundo, estoy a cargo de 130 pa¨ªses. Y todav¨ªa me pregunto, ?c¨®mo fue posible que yo dejara que este hombre me hiciera lo que me hizo? Cuesta perdon¨¢rmelo¡±, cuenta entre l¨¢grimas. Hamilton coincide en la responsabilidad de Barros y asegura que ¨¦l y otros trataron de que no denunciaran los abusos.
Todos hablan en la sede de la Fundaci¨®n para la Confianza, que crearon para luchar contra los abusos sexuales infantiles. All¨ª est¨¢n reunidos representantes de v¨ªctimas de nueve pa¨ªses, entre ellos Peter Saunders, un abogado brit¨¢nico que fue elegido por Francisco para formar parte de la comisi¨®n de v¨ªctimas que organiz¨® en el Vaticano y que decidi¨® abandonarla, como Marie Collins, ante la falta de colaboraci¨®n que encontraron en la Iglesia. Todos ellos reprochan la diferencia entre las palabras de Francisco y las decisiones que toma en la Iglesia que dirige. Para Murillo, l¨ªder de la ONG chilena, "el Papa tiene hoy el poder absoluto de detener el abuso sexual infantil y suspender a todos los sacerdotes sobre los que haya duda de que puedan ser abusadores sexuales de ni?os y los que hayan encubierto este tipo de casos. Es una organizaci¨®n mon¨¢rquica, casi dictatorial. Si no lo para es porque no quiere o no se atreve¡±.
A pesar de todo, Cruz sigue sinti¨¦ndose cat¨®lico, y asegura que Dios le ha ayudado mucho, aunque se?ala que la instituci¨®n cierra las puertas a las v¨ªctimas: ¡°La Iglesia solo nos da bofetadas¡±. Por eso le molesta que Francisco trate de salvar a la iglesia chilena. ¡°Es impresionante que trate de usar su poder de rock star para tratar de salvar a una Conferencia Episcopal chilena que se hunde. Es un Papa que no viene de Mongolia ni Ucrania, sino de Buenos Aires. Conoce nuestro caso perfectamente, entiende nuestra realidad, habla nuestro idioma, comprende nuestra cultura y, sin embargo, no hace nada. Es una verdadera verg¨¹enza¡±.
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