Los separatistas del sur de Yemen rompen el bando del Gobierno

Los separatistas del sur de Yemen han tomado este domingo la sede del Gobierno en Ad¨¦n, enfrent¨¢ndose a tropas leales al presidente Abdrabbo Mansur Hadi de quien te¨®ricamente son aliados. El choque, que se ha saldado con 15 muertos (4 de ellos civiles), pone de relieve no s¨®lo la fragilidad del frente formado para frenar a los rebeldes Huthi que se hicieron con el poder hace tres a?os, sino las diferencias entre Arabia Saud¨ª y Emiratos ?rabes Unidos (EAU), los principales pa¨ªses que lo impulsaron con su intervenci¨®n militar.

Los enfrentamientos se han producido al concluir el ultim¨¢tum que los secesionistas dieron hace una semana al Gobierno de Hadi, el presidente internacionalmente reconocido en cuyo apoyo se produjo la intervenci¨®n ¨¢rabe en Yemen. Aunque Hadi sigue refugiado en Arabia Saud¨ª desde que huy¨® de los Huthi en marzo de 2015, su Ejecutivo se instal¨® nominalmente en Ad¨¦n, la segunda ciudad yemen¨ª, a partir de que la coalici¨®n ¨¢rabe, con ayuda de milicianos sure?os, expulsara a los Huthi unos meses despu¨¦s. La guerra que desde entonces libran contra los rebeldes no ha logrado, sin embargo, echar a estos de San¨¢, la capital (en parte porque los sure?os, independientes hasta 1990, no tienen ning¨²n inter¨¦s en avanzar sobre el norte).

El Consejo Transitorio del Sur, el paraguas que agrupa a los separatistas, acusa al Ejecutivo de ¡°matar de hambre a los yemen¨ªes¡± y propuso sustituir a sus integrantes por tecn¨®cratas. El primer ministro, Ahmed Bin Daghar, decidi¨® prohibir las manifestaciones, lo que no ha evitado una gran concentraci¨®n frente a su oficina para reclamar su cese y tiroteos entre unidades militares leales a Hadi y fuerzas secesionistas. Estas, entrenadas y respaldadas por EAU, han terminado tomando el control del edificio gubernamental.

¡°Hay un golpe en marcha aqu¨ª en Ad¨¦n contra la legitimidad y la unidad del pa¨ªs¡±, ha denunciado Bin Daghar en un comunicado colgado en su Facebook. El primer ministro ha pedido la intervenci¨®n de la coalici¨®n ¨¢rabe ¡°para salvar la situaci¨®n¡± y se?alado que su ¡°esperanza¡± estaba en manos de Emiratos, una alusi¨®n al apoyo de este pa¨ªs a los separatistas frente a la apuesta saud¨ª por la unidad. Sin embargo, apenas una hora despu¨¦s, difund¨ªa por el mismo canal una orden del presidente Hadi, ¡°en calidad de comandante supremo de las fuerzas armadas yemen¨ªes, y tras conversaciones con la coalici¨®n ¨¢rabe (¡­) para que cesen las hostilidades de forma inmediata¡±.

Si se confirma el alto el fuego, se habr¨¢ evitado la escalada por ahora. Pero aunque las fuerzas sure?as y los leales a Hadi se han enfrentado antes por el control del aeropuerto o de las instalaciones petroleras, los choques de este domingo han sido los m¨¢s graves.

La tensi¨®n entre ambos grupos y sus patrocinadores ha aumentado a medida que sus intereses se han hecho divergentes. Expulsados los Huthi del sur del pa¨ªs, los separatistas han visto una oportunidad para recuperar la independencia, posibilidad que a medida que la guerra se enquistaba ha resultado m¨¢s atractiva para EAU, que est¨¢ deseoso de poner fin a la campa?a miliar. Con este objetivo, Abu Dabi intent¨® que el expresidente Ali Abdal¨¢ Saleh rompiera su alianza con los Huthi, pero su asesinato frustr¨® ese plan.

Adem¨¢s, Emiratos desconf¨ªa del principal aliado del presidente Hadi, el Islah, un partido islamista pr¨®ximo a los Hermanos Musulmanes, al que pertenecen muchos de sus ministros y cuyos milicianos han combatido frente a los Huthi. Arabia Saud¨ª, sin embargo, no parece ver con malos ojos que ese grupo (sun¨ª) remplace los rebeldes (m¨¢s pr¨®ximos al chi¨ªsmo) a los que ve como agentes de Ir¨¢n.