Los lores empiezan a dar la batalla a May con el ¡®Brexit¡¯
La tramitaci¨®n de la gran ley de salida de la UE pasa a la c¨¢mara alta, donde se espera que los legisladores m¨¢s proeuropeos no electos traten de enmendarla
El color de fondo del debate del Brexit ha pasado este martes del verde al rojo. Del color de las bancadas de la C¨¢mara de los Comunes al de aquellas en las que sientan sus posaderas los lores. Desde ayer, la c¨¢mara no electa tiene la ocasi¨®n de debatir la gran pieza legislativa del Brexit y, tambi¨¦n, de defender la vigencia de su propia misi¨®n constitucional. De demostrar hasta qu¨¦ punto la instituci¨®n, m¨¢s proeuropea que la c¨¢mara baja, puede oponer resistencia al Gobierno. De momento, los lores ya han advertido de que la actual redacci¨®n de la ley es ¡°constitucionalmente inaceptable¡± y requiere cambios profundos.
Los elegantes restaurantes y bares del Palacio de Westminster han hecho acopio de existencias. Los turnos del personal se han ampliado en previsi¨®n de la prolongaci¨®n de las sesiones de debate. La C¨¢mara de los Lores acoge una de las pocas grandes ocasiones que jalonan su historia.
Cientos de lores que apenas han pisado la C¨¢mara acuden a ejercer su poder legislativo. Se han registrado dos centenares de peticiones de palabra, un n¨²mero r¨¦cord, para el debate de la Gran Ley de Salida de la UE, la pieza legislativa que, una vez se consume el Brexit, abolir¨¢ la ley de adhesi¨®n de Reino Unido a la UE de 1972 e incorporar¨¢ el acervo comunitario al ordenamiento jur¨ªdico brit¨¢nico, para luego ir derogando, modificando o convalidando ley por ley.
El proyecto de ley fue aprobado en la C¨¢mara de los Comunes, por 324 a 295 votos, el pasado 17 de enero. Este martes ha comenzado, con un primer debate de dos d¨ªas, su periplo por la C¨¢mara de los Lores que, entre debates de enmiendas y fase de comit¨¦s, puede prolongarse hasta mayo.
No se espera que los lores bloqueen el Brexit ni que realmente decidan el tipo de relaci¨®n que tendr¨¢ Reino Unido con la UE tras la ruptura: ser¨ªa una intolerable extralimitaci¨®n dada su naturaleza no electa. Pero s¨ª pueden infligir alguna humillante derrota a Theresa May, una primera ministra cuyo cupo de derrotas humillantes roza ya lo insostenible. La tramitaci¨®n de la gran pieza legislativa del Brexit en la C¨¢mara de los Lores puede suponer un nuevo dolor de cabeza para una l¨ªder que sufre para acallar las batallas en el seno de su partido, y para definir una visi¨®n del Brexit que no aliene a ninguno de los suyos, apenas dos meses antes de que empiece a hablarse del futuro en Bruselas.
El primer indicio de peligro para May lleg¨® el mismo martes, cuando el lord laborista Andrew Adonis pidi¨® en la c¨¢mara la celebraci¨®n de un segundo refer¨¦ndum. ¡°Igual que la primera decisi¨®n se le dio al pueblo, tambi¨¦n deber¨ªa corresponderle la decisi¨®n final una vez vea los t¨¦rminos propuestos por el Gobierno¡±, defendi¨®.
El debate de esta semana es solo un aperitivo, un solemne levantamiento del tel¨®n. Las enmiendas no ser¨¢n siquiera interpuestas hasta que pase la fase de comit¨¦s, que puede prolongarse durante meses. Pero, antes incluso del debate, el comit¨¦ constitucional de la c¨¢mara ya advirti¨® de que el proyecto de ley, en su actual redacci¨®n, ¡°es fundamentalmente incorrecto en diversos aspectos desde una perspectiva constitucional¡±. En concreto, no gusta el hecho de que el Gobierno recurra a los llamados poderes de Enrique VIII que, ante la ingente labor legislativa que requerir¨¢ el Brexit, le permitir¨ªan aprobar determinadas leyes sin pasar siquiera por el Parlamento.
El debate entre los lores no es solo una r¨¦plica, m¨¢s respetuosa, de la pelea que lleva meses ocupando sus compa?eros del otro lado del Palacio de Westminster. Las bancadas conservadoras de la C¨¢mara de los Lores acogen a algunos de los m¨¢s prominentes representantes de uno y otro extremos del debate del Brexit. May no tiene mayor¨ªa en la c¨¢mara alta. De los 794 lores, hay 248 conservadores, 197 laboristas, 100 liberal dem¨®cratas y, el resto, no sigue instrucciones de partido alguno. Eso quiere decir que los tories, para frenar intentos de enmendar la legislaci¨®n, deben apaciguar a la oposici¨®n o ganarse a los independientes.
Entre los lores hay una clara mayor¨ªa a favor de la permanencia en la UE, y se espera que vayan todo lo lejos que puedan para enmendar el proyecto de ley. Lo logren o no, su intervenci¨®n en el proceso legislativo inevitablemente ahondar¨¢, una vez m¨¢s, la profunda grieta que, tras el Brexit, divide al Parlamento, al pa¨ªs y al Gobierno, y amenaza con tragarse a la primera ministra.
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