May saca adelante la ley que deroga el acta de adhesi¨®n de Reino Unido a la UE

El Parlamento brit¨¢nico dio esta madrugada luz verde a la tramitaci¨®n del proyecto de ley de retirada de la Uni¨®n Europea (UE), bautizada como Gran Ley Derogatoria, que pondr¨¢ fin a la preeminencia de las normas comunitarias en el Reino Unido cuando el pa¨ªs rompa de forma definitiva sus lazos con Bruselas. El gran cambio constitucional, el mayor en la reciente historia brit¨¢nica y que entrar¨ªa en vigor una vez el pa¨ªs est¨¦ fuera de la UE, recibi¨® 326 votos a favor y 290 en contra. Sin mayor¨ªa absoluta en la C¨¢mara de los Comunes, el Partido Conservador de la primera ministra, Theresa May, cont¨® con el respaldo de los diez diputados del norirland¨¦s Partido Democr¨¢tico Unionista (DUP), con quienes acord¨® un pacto de gobernabilidad tras las elecciones del pasado 8 de junio, y de siete parlamentarios de la oposici¨®n laborista, que desafiaron la disciplina de voto para respaldar al Gobierno.

El proyecto de ley supera as¨ª c¨®modamente su primer escollo, con una mayor¨ªa de 36 diputados, pero la verdadera batalla para el Gobierno llega ahora, con la posterior tramitaci¨®n parlamentaria. El texto ser¨¢ examinado en detalle en la fase de comit¨¦s, y diputados de unos y otros bandos, incluido el conservador, ya han comenzado a presentar enmiendas contra la actual formulaci¨®n de la ley y han advertido de que votar¨¢n en contra en la tercera lectura, prevista para el mes que viene, si en el proceso no cambia sustancialmente.

Tras la votaci¨®n, que concluy¨® pasada la medianoche despu¨¦s de un largo debate, May celebr¨® la "hist¨®rica decisi¨®n" del Parlamento de "respaldar la voluntad del pueblo brit¨¢nico" al impulsar una ley que "aporta certidumbre y claridad" ante el Brexit. "Aunque todav¨ªa hay m¨¢s que hacer, esta decisi¨®n significa que podemos continuar las negociaciones [con Bruselas] con cimientos s¨®lidos", sostuvo la primera ministra.

La Gran Ley Derogatoria entra?a una contradicci¨®n terminol¨®gica. Es cierto que, por un lado, revocar¨¢ el Acta de Comunidades Europeas de 1972, con la que el Reino Unido accedi¨® a la entonces Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE). Pero, al mismo tiempo, incorporar¨¢ a la legislaci¨®n brit¨¢nica las miles de leyes que componen el cuerpo legal de la Uni¨®n Europea desde que Reino Unido se incorpor¨® hace 44 a?os, a fin de que no haya vac¨ªos normativos una vez se ejecute el Brexit, previsiblemente el 29 de marzo de 2019. Por ¨²ltimo, prever¨¢ la manera en que las leyes europeas incorporadas se vayan derogando, ratificando o modificando, caso por caso.

Es en este ¨²ltimo punto donde reside el principal escollo. La ley ha sido duramente criticada porque recurre a una figura excepcional, conocida como ¡°poderes de Enrique VIII,¡± que permite al Gobierno modificar legislaci¨®n con solo un m¨ªnimo control parlamentario. El Ejecutivo defiende que es la ¨²nica manera de sacar adelante la ingente cantidad de legislaci¨®n necesaria, pero la oposici¨®n, y algunos de las propias filas conservadoras, advierten de que ser¨ªa una irresponsabilidad hist¨®rica permitir que leyes tan importantes escapen al escrutinio parlamentario y sean aprobadas por ministros o meros funcionarios. Chris Bryant, diputado laborista, lleg¨® a decir durante el debate que ¡°Erdogan, Maduro y Putin¡± estar¨ªan orgullosos de esos poderes.

Hay otros aspectos controvertidos, como la indefinici¨®n de las competencias que pasar¨ªan al Estado Central o a las administraciones aut¨®nomas de Escocia, Gales o Irlanda del Norte, as¨ª como la carta de derechos fundamentales de la UE, que no se incorporar¨ªa a la legislaci¨®n brit¨¢nica en la actual redacci¨®n del proyecto de ley.

As¨ª, muchos diputados proeuropeos, aunque no est¨¢n satisfechos con el texto del proyecto de ley, decidieron apoyarlo en este punto, llamado de segunda lectura, en aras de proporcionar seguridad jur¨ªdica, pero planean dar la batalla ahora. El Partido Laborista inicialmente apoy¨® la legislaci¨®n, pero en las ¨²ltimas semanas decidi¨® oponerse. Los siete laboristas rebeldes que votaron con el Gobierno son conocidos euroesc¨¦pticos.

El Partido Nacionalista Escoc¨¦s (SNP), la tercera fuerza pol¨ªtica en la C¨¢mara de los Comunes, con 35 diputados, se posicion¨® en contra de una ley que, en su opini¨®n, no garantiza que competencias en ¨¢reas como pesca y agricultura, que actualmente controla Bruselas, se trasladen al Parlamento aut¨®nomo escoc¨¦s tras el Brexit.

El ministro brit¨¢nico para la salida de la UE, David Davis, alert¨® durante el debate de que oponerse a la ley significa condenar al Renio Unido a "una salida ca¨®tica" del club europeo. "Los brit¨¢nicos no votaron en favor de la confusi¨®n" en el refer¨¦ndum sobre el Brexit de junio de 2016, y "el Parlamento tampoco debe hacerlo", esgrimi¨® Davis.