Un proceso de aprobaci¨®n ca¨®tico y polarizado

La tradici¨®n en Washington manda que el presidente presente su primer borrador de presupuesto el primer lunes de febrero, para as¨ª tener tiempo suficiente para negociarlo con los legisladores antes de que el ejercicio fiscal entre en vigor el 1 de octubre. Pero el procedimiento que se sigue para adoptar el plan de gasto no funciona y en lugar de poner orden en las cuentas p¨²blicas genera caos y alimenta la divisi¨®n.

La adopci¨®n del presupuesto de 2018 es el ¨²ltimo ejemplo de lo complicado que es pactar el plan de gasto. En lugar de aprobar una legislaci¨®n que cubra todo, se recurre a la v¨ªa de resoluciones que permiten ir financiando las operaciones del gobierno a base de prorrogar los niveles ya pactados. Esta especie de estrategia para preservar el statu quo resta flexibilidad a las agencias para financiarse.

El presidente plantea en este primer borrador cu¨¢nto dinero necesita el Gobierno federal. Indica tambi¨¦n cu¨¢nto se va a recaudar y cu¨¢nto deber¨¢ pedir prestado para cubrir la diferencia. Estas l¨ªneas generales se desglosan a su vez en propuestas m¨¢s espec¨ªficas en las que se detallan las prioridades para los diferentes programas federales en el ¨¢mbito de la defensa, la agricultura, la educaci¨®n o la salud.

El paquete se entrega al Congreso, donde cada c¨¢mara elabora su propia propuesta presupuestaria. Los textos deben consensuarse antes del 15 de abril. La v¨ªa de la resoluci¨®n presupuestaria permite su adopci¨®n por mayor¨ªa simple y no requiere de la firma del presidente. Pero la profunda polarizaci¨®n pol¨ªtica provoca que el proceso se prolongue y el ejercicio arranque sin un presupuesto cerrado.

La inacci¨®n de los legisladores vuelve a meter en el juego al presidente, que s¨ª tiene que firmar las resoluciones que permiten seguir dotando de fondos al Gobierno mientras se trata de forjar un acuerdo. Pero si el Congreso y la Casa Blanca no son capaces resolver sus diferencias, la dispuesta pol¨ªtica provoca que las agencias tengan que dejar de operar, como sucedi¨® dos veces durante el ¨²ltimo mes.

El proceso presupuestario se utiliza, adem¨¢s, como una v¨ªa para adoptar con mayor¨ªa simple en el Senado cambios en la legislaci¨®n fiscal. Es lo que se hizo con la ¨²ltima rebaja de impuestos. El sistema se utiliza incluso para introducir enmiendas que no tienen nada que ver con el presupuesto, que se alejan del prop¨®sito de garantizar que el gobierno se financia de una manera adecuada.