El laboratorio del Doctor Grillo
El Movimiento 5 Estrellas, un resistente artefacto pol¨ªtico sin parang¨®n en Europa, es un n¨ªtido reflejo del clima de descomposici¨®n y hartazgo de los italianos
La gente normal hab¨ªa conquistado Roma. Virginia Raggi una abogada de 38 a?os a la que no conoc¨ªa nadie, arras¨® con casi el 70% de los votos. Sali¨® al balc¨®n, como una persona cualquiera, y llor¨® de emoci¨®n. Luego intent¨® cambiar una ciudad que se acababa de cargar a un alcalde por fabricar facturas falsas y hab¨ªa descubierto que la mafia no era solo una historia del sur. Dos a?os despu¨¦s, es dif¨ªcil llevar la cuenta de los asesores y directores generales cesados, la basura sigue en las calles y Raggi se encuentra a un paso de ser procesada por falso testimonio. Pero los efectos electorales, tambi¨¦n a nivel nacional, son nulos. La respuesta siempre es la misma: sus predecesores fueron peores. El posfascista, el ladr¨®n... Y el Movimiento 5 Estrellas, que iba a hacer de Roma una bandera, no se ha movido ni un mil¨ªmetro en las encuestas. Hoy sigue liderando todos los sondeos (alrededor de un 29%) para ganar las elecciones del 4 de marzo.
Roma aporta mucha informaci¨®n sobre este imparable fen¨®meno. El votante del M5S ¡ªfundado por el c¨®mico Beppe Grillo y el ya fallecido empresario de comunicaci¨®n, Gianroberto Casaleggio¡ª no es impermeable a la realidad. Pero prefiere arriesgar que volver a lo de siempre. Por ejemplo, Andrea Natoli, 41 a?os, tiene una peque?a empresa. Desde el primer d¨ªa miembro del blog del movimiento del que surgi¨® el partido. ¡°Es la ¨²ltima amenaza democr¨¢tica. Quiero votar a alguien que, al menos, todav¨ªa no haya robado. Prefiero un incompetente que un ladr¨®n. La pol¨ªtica es hoy como un estadio, aqu¨ª solo hay hinchas de izquierda o de derecha. Falta una idea objetiva, m¨¢s pr¨¢ctica¡±.
Pero el partido es tambi¨¦n la probeta pol¨ªtica que mejor explica el clima de descomposici¨®n pol¨ªtica y hartazgo que recorre Italia en este momento. Su tir¨®n electoral es poderos¨ªsimo ¡ªRenzi y Berlusconi pactaron una ley electoral dise?ada para frenarles¡ª y es a prueba de aciertos o errores. El polit¨®logo y profesor de la LUISS, Giovanni Orsina, cree que sus votantes son impermeables porque ¡°es una elecci¨®n desesperada¡±. ¡°Prevalece la idea de que por muy inexpertos que sean, siempre ser¨¢n mejor que los otros. El punto de inflexi¨®n ser¨¢ cuando sus electores empiecen a pensar que son como los dem¨¢s¡±.
Hace dos semanas la prensa pens¨® que hab¨ªa llegado ese momento. Luigi di Maio, un candidato de 31 a?os con la ¨²nica experiencia de la ¨²ltima legislatura en el Parlamento, palideci¨® y par¨® la campa?a. Una investigaci¨®n del programa televisivo de Mediaset Le Iene (una suerte de Caiga quien caiga), desvel¨® que hasta 12 parlamentarios del partido hab¨ªan fingido devolver parte de su sueldo, como obliga su c¨®digo. El agujero llegaba a 1,4 millones de euros. Un torpedo a la l¨ªnea de flotaci¨®n moral del partido. A sus votantes, dijeron los sondeos de nuevo, no les pareci¨® grave.
El Movimiento 5 Estrellas ya no es un experimento. Hoy tiene 45 alcald¨ªas, 15 parlamentarios europeos, 92 diputados, 36 senadores y 1.700 concejales
El M5S ya no es un experimento. Hoy tiene 45 alcald¨ªas, 15 parlamentarios europeos, 92 diputados, 36 senadores y 1.700 concejales. Su l¨®gica funciona por otros cauces. Donde mayor es el hartazgo, y Roma es la quintaesencia de ese cabreo, m¨¢s vibrante es su pulso electoral. Un tercio de sus votantes tiene menos de 35 a?os y su espectro ideol¨®gico se reparte casi sim¨¦tricamente a derecha e izquierda, como se?ala el diputado de la formaci¨®n, Luca Frusone, en una cafeter¨ªa junto al Palacio de Montecitorio. ¡°?Populismo? Lo asocio a demagogia, y nuestras propuestas est¨¢n argumentadas. Creo que esa definici¨®n est¨¢ m¨¢s cerca de La Liga¡±.
Italia, un pa¨ªs envejecido demogr¨¢fica e institucionalmente, ha alimentado un virulento rechazo a la vieja pol¨ªtica por parte de sus nuevos votantes. Azotado por un alto ¨ªndice de desocupaci¨®n juvenil (un 36%), un 30% de los primerizos reconoce que se inclinar¨¢ por un partido que tiene el sello de la innovaci¨®n en tantos aspectos. Fue el primero en nacer de un blog, el primero en Europa en estar desideologizado y el precursor en ganar unas elecciones ¡ªsi no hubiera sido por el voto extranjero de 2013¡ª siendo una formaci¨®n reci¨¦n nacida y surgida de una empresa privada como la Casaleggio Associati (que controla de facto la organizaci¨®n). Pero en eso, en realidad, s¨ª hubo un precedente que aporta contexto.
En 1994 un empresario milan¨¦s que hab¨ªa hecho fortuna con un imperio medi¨¢tico y hab¨ªa forjado su fama de ganador con un espectacular equipo de f¨²tbol fund¨® Forza Italia, se present¨® y gan¨®. Silvio Berlusconi surfe¨® tambi¨¦n una enorme ola de descontento provocada por Tangentopoli, el mayor caso de corrupci¨®n de Italia. ¡°Cuando lleg¨® en 1994 parec¨ªa la apoteosis de la antipol¨ªtica. Un hombre sin cultura parlamentaria, que hablaba un lenguaje simplificado, empresarial. Hoy el M5S ha llevado la antipol¨ªtica berlusconiana a la perfecci¨®n. Pero son una total inc¨®gnita y ¨¦l parece m¨¢s confiable¡±, se?ala Orsina.
Contra eso ha intentado vacunarse en los ¨²ltimos meses di Maio, proclamado candidato con 30.936 votos de los 37.442 totales. Particip¨® menos de un inscrito de cada cuatro. Pero con ¨¦l lleg¨® la emancipaci¨®n de Grillo ¡ªdesaparecido en campa?a¡ª y la tercera mutaci¨®n. Se acerc¨® a la patronal de empresas, al Vaticano, suaviz¨® su discurso antieuropeo y opt¨® por prorizar su relaci¨®n con EEUU (hizo ah¨ª su primer viaje) en lugar de seguir alentando el relato ruso. ¡°Busca acreditarse y asegurar los mercados internacionales y los ambientes diplom¨¢ticos internacionales¡±, se?ala Ilario Lombardo, de La Stampa.
Pero Movimiento 5 Stelle tiene pocas posibilidades de gobernar Italia. Primero deber¨ªa alcanzar m¨¢s del 40% de los votos. Si no, deber¨ªa renunciar a su promesa de no formar alianzas y encontrar a alguien dispuesto a salir en la misma foto. Llegado el caso, cree Orsina, faltar¨¢ equipo. ¡°Una clase dirigente es un organismo. Es exactamente lo que le pas¨® a Raggi. Cuando ganaron en Roma, una ciudad complej¨ªsima de administrar, tuvieron que buscar a 100 personas potentes, honestas y competentes con las que se entendiera la alcaldesa. Y Raggi no encontr¨® a 100, pero tampoco a 10 ni a 3. El primer a?o lo pas¨® pensando a qui¨¦n poner. Pero para gobernar un pa¨ªs se necesitan a 1000 personas. Y ellos no las tienen¡±. La pregunta, como siempre, es si las tienen los dem¨¢s.