Trump abre la puerta a controlar m¨¢s los antecedentes de compradores de armas
La presi¨®n por la matanza en el instituto de Florida hace mella en el presidente al que apoya la Asociaci¨®n Nacional del Rifle
La presi¨®n de las protestas ha llevado a Donald Trump a un primer gesto de apoyo a medidas que refuercen el control sobre las armas tras la matanza de adolescentes la semana pasada en un instituto de Florida. Trump, un presidente muy apoyado y cercano a la poderosa Asociaci¨®n Nacional del Rifle, respalda la posibilidad de ¡°mejorar¡± el sistema federal de supervisi¨®n de antecedentes para los ciudadanos que quieran comprar rifles o pistolas.
El republicano habl¨® el pasado viernes con un senador de su partido, John Cornyn, sobre un proyecto de ley que ha elaborado junto a otro legislador dem¨®crata por el cual se reforzar¨ªa que todas las agencias federales comuniquen cualquier delito al Sistema Nacional de Comprobaci¨®n de Antecedentes. Adem¨¢s, crear¨ªa incentivos para que los estados tambi¨¦n lo hagan, algo a lo que no est¨¢n obligados. Esa falta de universalidad en los datos es un coladero para que muchas personas puedan lograr un arma pese a tener causas criminales detr¨¢s.
"Aunque las conversaciones contin¨²an y se est¨¢n considerando cambios [a la propuesta legislativa], el presidente apoya los esfuerzos para mejorar el sistema federal de verificaci¨®n de antecedentes", se?al¨® la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.
Por t¨ªmido que resulta el gesto, resulta un cambio de actitud en un presidente que no solo se ha mostrado un firme defensor del statu quo regulatorio sobre las armas de fuego, sino que al poco de llegar a la Casa Blanca deshizo una limitaci¨®n creada por la Administraci¨®n de Barack Obama por la cual una persona con problemas mentales quedaba privada del derecho a tener una.
En los 13 meses que lleva Donald Trump en el Gobierno de Estados Unidos ha habido verdaderos ba?os de sangre, como el del pasado mes de octubre en un concierto de Las Vegas, donde un hombre acribill¨® al p¨²blico desde una habitaci¨®n de hotel y mat¨® a 58 personas. Aquel fue el tiroteo m¨¢s sangriento de la historia estadounidense. Le sigui¨® a las pocas semanas una matanza de m¨¢s de 20 los feligreses en una iglesia de Texas el pasado noviembre.
Pero lo sucedido el mi¨¦rcoles en el Marjory Stoneman Douglas de Parkland parece haber tocado a resorte diferente. Este lunes, coincidiendo con el D¨ªa del Presidente, una festividad nacional, un grupo de estudiantes se concentr¨® frente a la Casa Blanca para exigir a Trump que tome medidas tras un fin de semana en el que las protestas se sucedieron en Florida, impulsadas por estudiantes, algunos de ellos, supervivientes de la masacre. La pregunta es si esta vez este impulso no se queda frenado en seco luego en el Congreso, donde los legisladores republicanos han parado las intentonas de m¨¢s control.
El derecho a tener armas de fuego est¨¢ consagrado en la segunda enmienda de la Constituci¨®n estadounidense y los ciudadanos no lo discuten, aunque las encuestas del Pew Research reflejan que la mitad de la sociedad s¨ª est¨¢ de acuerdo de incorporar cambios regulatorios que restrinjan el acceso en algunos casos.
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