Un imputado clave de la trama rusa en EE UU decide declararse culpable

El incendio anda cada d¨ªa m¨¢s cerca de Donald Trump. Un tercer imputado en la trama rusa ha decidido colaborar con el fiscal especial, Robert Mueller, en la investigaci¨®n que trata de dilucidar si el equipo del actual presidente se coordin¨® con el Kremlin en la campa?a de intoxicaci¨®n contra la dem¨®crata Hillary Clinton. El hombre que ha dado el paso es Rick Gates, un antiguo colaborador de campa?a de Trump. Aunque los cargos que se han presentado contra ¨¦l son de ¨ªndole financiera, su proximidad al entorno del republicano y su asociaci¨®n con Paul Manafort, antiguo jefe de campa?a y tambi¨¦n imputado, le convierten en una pieza clave de las pesquisas.

Tanto Gates como Manafort, en su ¨¦poca de lobistas, trabajaron en la red de intereses del presidente ucranio, Viktor Yanukovich (2010-2014), un aliado del l¨ªder ruso Vlad¨ªmir Putin. Las investigaciones han determinado que, fruto de este v¨ªnculo, movieron en para¨ªsos fiscales unos 75 millones de d¨®lares y que unos 30 millones fueron blanqueados en operaciones inmobiliarias en Estados Unidos. Ambos, adem¨¢s, intentaron ocultar al fisco sus operaciones con una densa red de sociedades pantalla. ¡°Ocultaron la existencia y propiedad de compa?¨ªas y cuentas bancarias, y declararon falsamente que no ten¨ªan cuentas en el extranjero¡±, se?ala el escrito de acusaci¨®n.

Gates ha aceptado declararse culpable de conspiraci¨®n financiera y de haber mentido al FBI sobre una reuni¨®n que Manafort mantuvo con un congresista sobre Ucrania en 2013. Con este paso se suma a los otros dos imputados que han aceptado colaborar con el fiscal especial: al exconsejero de seguridad Michael Flynn, y al asesor electoral George Papadopoulos, quien trat¨® de concertar una cita entre Donald Trump y Vlad¨ªmir Putin. Manafort, de momento, se niega a pactar con Mueller, quien el viernes le acus¨® de haber pagado entre 2012 y 2013 dos millones de euros a pol¨ªticos europeos (de los que no se dio identidad) para hacer lobby en favor del Gobierno proruso de Ucrania.

El objetivo inicial de las pesquisas era determinar si el equipo de Trump se coordin¨® con el Kremlin en las elecciones de 2016. Ese umbral, sin embargo, hace tiempo que se super¨®. En busca de indicios de colusi¨®n, obstrucci¨®n a la justicia o abuso de poder, Mueller ha ampliado su investigaci¨®n a los estados financieros y fiscales del propio presidente y su entorno. Es por esta v¨ªa que han sido sorprendidos Manafort y Gates.

La amplitud de estas pesquisas ha puesto nerviosa a la Casa Blanca y ha desatado una fuerte ofensiva contra Mueller y su equipo de 17 superagentes. Ante estos ataques, el fiscal especial se ha vuelto a¨²n m¨¢s impenetrable. Nadie sabe en qu¨¦ le est¨¢n ayudando el ex consejero de seguridad Nacional ni el antiguo asesor Papadopoulos. Pero pocos dudan de que el cerco tiene como objetivo el propio presidente y su entorno familiar.

En esta l¨ªnea de investigaci¨®n el papel del nuevo colaborador del FBI puede ser clave. A diferencia de Manafort, que abandon¨® el cargo en agosto de 2016, Gates se mantuvo en el equipo de campa?a hasta el d¨ªa de las elecciones y luego particip¨® en el comit¨¦ de investidura. Con Trump en el poder, sigui¨® acudiendo a la Casa Blanca con frecuencia.