Qui¨¦n gana y qui¨¦n pierde con el nuevo Congreso colombiano
La izquierda y los partidos no tradicionales aumentan su presencia en las c¨¢maras
Con la mira puesta en las pr¨®ximas elecciones presidenciales, a veces es f¨¢cil olvidarse de que el domingo no s¨®lo se vot¨® una especie de previa a la primera vuelta del 27 de mayo, sino que, al elegir un nuevo Congreso de la Rep¨²blica, se obtuvo una radiograf¨ªa precisa del estado de ¨¢nimo pol¨ªtico de la naci¨®n. Superponiendo los resultados actuales con los de 2014, se observan algunas conclusiones interesantes.
Para empezar, si hay un vencedor claro en comparaci¨®n con su situaci¨®n pasada, est¨¢ en el centro regeneracionista y en la izquierda. La Lista de la Decencia entr¨® sin restarle votos al Polo Democr¨¢tico Alternativo, produciendo una suma neta de votos progresistas a la que se a?ade la duplicaci¨®n de esca?os por parte de la Alianza Verde. Todo esto se produce en un contexto definido por la fortaleza en las encuestas (y tambi¨¦n en la consulta interpartidista del domingo) de la candidatura de Gustavo Petro a la presidencia. Fortaleza que ha desembocado en una lucha por definir qui¨¦n lidera el voto progresista, disfrazada de ofertas cruzadas de alianzas entre el propio Petro, Sergio Fajardo (candidato verde y del PDA), y el liberal Humberto de la Calle. Ser¨¢ interesante ver c¨®mo se traduce esta din¨¢mica a un Senado en el que, aunque no tenga mayor¨ªa, el espectro de centro e izquierda es que m¨¢s peso espec¨ªfico ha ganado.
Le acompa?a en la victoria la plataforma cristiana. A pesar de estar en magnitudes menores, casi triplica su voto. MIRA consigui¨® as¨ª superar el umbral del 3%, y CJL se qued¨® a escasos 0.2 puntos de hacer lo propio. S¨ª lo logr¨® en la C¨¢mara de Representantes. Es probable que, dado el ruido generado en torno al m¨ªtico voto reaccionario por el ¡®No¡¯ en el plebiscito, las expectativas de muchos fuesen mayores para este tipo de plataformas. Pero si se comparan con lo que fueron m¨¢s que con lo que podr¨ªan haber sido, los que entrelazan pol¨ªtica y religi¨®n tienen motivos para estar contentos.
Los resultados de la C¨¢mara confirman estas dos tendencias. Al mismo tiempo que certifican el trasvase de poder de la U hacia Cambio Radical en lo que podr¨ªamos definir como ¡®bloque liberal¡¯, o m¨¢s propiamente gubernamental-santista (pues forma hasta ahora la coalici¨®n de soporte para Santos), formado por el propio PL, sus escisiones, y OC (considerado por muchos como un mero veh¨ªculo para la introducci¨®n del paramilitarismo en la pol¨ªtica institucional). Un trasvase que, eso s¨ª, no alcanza para llenar este caudal hasta el mismo nivel de antes. Tampoco es suficiente para mantener la fuerza de que disfrutaba este centro-derecha flexible nutrido con m¨¢s maquinaria territorial que opini¨®n.
Sin embargo, donde C¨¢mara y Senado dan mensajes aparentemente contradictorios es a la derecha del espectro. El bloque netamente conservador estar¨ªa formado por el propio PC y por el CD, la nueva formaci¨®n puntera de la derecha colombiana en la ¨²ltima media d¨¦cada. En el Senado, tanto cada partido por separado como ambos en conjunto restan votos y esca?os. En la C¨¢mara, por el contrario, la plataforma del expresidente Uribe suma 13 nuevos representantes y se convierte en la segunda m¨¢s votada y poderosa. La diferencia se debe probablemente a la diferencia en la territorializaci¨®n del voto: las candidaturas por regiones del CD han sido m¨¢s efectivas para la C¨¢mara que su lista nacional para el Senado. Si a esto le sumamos como votos de derecha ideol¨®gica no tradicional los del MIRA y CJL, nos resulta en un ligero repunte de esca?os. Lo que s¨ª es consistente entre Senado y C¨¢mara es un claro movimiento desde formaciones m¨¢s flexibles y basadas en la maquinaria (OC, PC) hacia el CD , que representa una derecha de corte m¨¢s s¨®lido, menos voluble, y, en definitiva, m¨¢s ideol¨®gica.
De hecho, la pregunta que estos resultados dejan en ¨²ltima instancia es: ?estamos ante un Congreso m¨¢s ideol¨®gico, m¨¢s basado en la opini¨®n y no en las maquinarias, que en el pasado? Es muy dif¨ªcil, si no imposible, responder a esta cuesti¨®n de manera fehaciente. La frontera entre opini¨®n y maquinaria es mucho m¨¢s difusa de lo que la mayor¨ªa de relatos period¨ªsticos apresurados pretenden. E incluso aceptando el trazo grueso y asociando ciertos partidos con maquinaria (CR, U, OC, los tradicionales) y otros con opini¨®n (Decentes, PDA, AV, CD) el mensaje ser¨ªa poco claro: sube CR al mismo tiempo que bajan la U, OC y tradicionales; la AV avanza pero el CD s¨®lo logra mejorar posiciones en la C¨¢mara, mas no en el Senado. No sabemos, en definitiva, si en su nueva radiograf¨ªa Colombia nos aparece como m¨¢s ideol¨®gica. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que nos resulta m¨¢s fragmentada, pues hay m¨¢s partidos con presencia parlamentaria, y menos diferencias entre ellos. O m¨¢s representativa: seg¨²n se mire.
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