Al Sisi intensifica su guerra contra la prensa cr¨ªtica y expulsa a ¡®The Times¡¯
La correspondal Bel Trew revela, en v¨ªsperas de las elecciones presidenciales de este lunes, que fue arrestada y deportada tras entrevistar al pariente de un muerto en una patera
La tensi¨®n va in crescendo en Egipto a medida que se acercan las elecciones presidenciales del pr¨®ximo lunes, una mal disimulada farsa electoral preparada para reelegir al mariscal Abdelfata al Sisi. Desde hace semanas, el Ej¨¦rcito lleva a cabo una ambiciosa ofensiva antiterrorista en la pen¨ªnsula del Sina¨ª, lo que no evitado un atentado con coche bomba este s¨¢bado en Alejandr¨ªa contra un alto cargo de Interior en el que han muerto dos agentes. Sin embargo, durante las ¨²ltimas semanas, las autoridades se han visto tambi¨¦n envueltas en otra batalla: la de intentar domesticar a la prensa cr¨ªtica que permanece en el pa¨ªs, en buena parte de nacionalidad extranjera.
Bel Trew, la corresponsal del diario brit¨¢nico The Times revel¨® el s¨¢bado a trav¨¦s de un art¨ªculo que hace tres semanas fue arrestada y deportada de Egipto por razones todav¨ªa poco claras. Trew se suma a una creciente lista de periodistas extranjeros expulsados del pa¨ªs desde el golpe de Estado militar de 2013, y que incluye a los enviados de los diarios La Croix, USA Today o El PAIS. Trew, que viv¨ªa en El Cairo desde hace siete a?os, fue detenida despu¨¦s de realizar una entrevista en un caf¨¦ con el familiar de un adolescente que desapareci¨® mientras trataba de cruzar clandestinamente el Mediterr¨¢neo hace dos a?os.
I've lived in #Egypt for 7 years, it's my beloved home and I'm not sure when I can return. I was arrested after doing an interview and threatened with military trial unless I got on a plane. Like others, I still don't know what happened:https://t.co/m5EmyP8bg7
— Bel Trew (@Beltrew) March 24, 2018
¡°Despu¨¦s de siete horas de detenci¨®n, me amenazaron con un juicio militar, un proceso utilizado contra terroristas o disidentes. A los acusados les caen largas sentencias de c¨¢rcel o incluso la pena de muerte¡±, cuenta Trew en su texto, publicado en The Times. A pesar de las buenas relaciones entre el r¨¦gimen de Al Sisi y el gobierno del Reino Unido, las autoridades egipcias impidieron que un agente consular la visitara durante los interrogatorios. ¡°Me negaron acceso a un abogado o a mi Embajada. Solo pude reunirme con un empleado consular m¨¢s tarde, en el aeropuerto¡±, relata la reportera, a la que nunca le fueron revelados los cargos.
¡°Estoy en una lista de 'personas indeseables' y si intento volver me arrestar¨¢n ... Nadie me puede explicar por qu¨¦¡±, lamenta la reportera. Trew cree que un informante de la polic¨ªa crey¨® err¨®neamente que el reportaje que preparaba se centraba en las desapariciones forzosas, un tema muy sensible para el r¨¦gimen. Precisamente, fue por un reportaje sobre esta cuesti¨®n, titulado La sombra sobre Egipto, que la cadena brit¨¢nica BBC ha sido v¨ªctima de una dura campa?a. A pesar de que las organizaciones de derechos humanos han documentado ampliamente la existencia de c¨¢rceles secretas, las autoridades calificaron el reportaje de ¡°montaje¡±, e inst¨® a todas las fuentes p¨²blicas a boicotear la emisora, que el 10 de abril se enfrentar¨¢ a un juicio que podr¨ªa conllevar el cierre de sus oficinas en el pa¨ªs ¨¢rabe.
La ofensiva preelectoral del Gobierno no se limita a la prensa extranjera, aunque pocos medios locales independientes quedan ya despu¨¦s de m¨¢s de cuatro a?os de una represi¨®n asfixiante en la que se han cerrado televisiones y peri¨®dicos. Seg¨²n el ¨²ltimo informe del Comit¨¦ para la Protecci¨®n de los Periodistas sobre Egipto, cuatro reporteros han sido arrestados durante las ¨²ltimas semanas por haber criticado el presidente o simplemente haber entrevistado un pol¨ªtico opositor, lo que eleva la cifra de periodistas entre rejas a m¨¢s de 20.Otros dos, han huido de sus hogares y se hallan escondidos por el temor de ser los siguientes.
Una l¨ªnea telef¨®nica para denunciar a la prensa cr¨ªtica
El grado de arbitrariedad es tal que tambi¨¦n fueron brevemente detenidos dos reporteros por grabar un inocuo v¨ªdeo sobre el tranv¨ªa de Alejandr¨ªa. Ni tan siquiera Khairy Ramad¨¢n, incluso un conocido presentador de televisi¨®n progubernamental, se libr¨® del celo censor de las autoridades. Ramad¨¢n pas¨® dos noches en el calabozo por haberse quejado en su programa de lo bajo que es el salario de los agentes de polic¨ªa.
La campa?a de acoso a la prensa ha incluido mensajes de incitaci¨®n al odio contra la prensa cr¨ªtica, a la que el fiscal general, Nabil Sadek, calific¨® de ¡°fuerzas del mal¡±. Esta es la expresi¨®n que utiliza a menudo el mariscal Al Sisi para referirse a los terroristas y otros ¡°enemigos del Estado¡±. Sadek ha llegado a anunciar la apertura de una l¨ªnea telef¨®nica para denunciar las ¡°fake news¡±, que el r¨¦gimen interpreta como aquellas informaciones que pueden da?ar la reputaci¨®n del Estado. Un intento para externalizar en la ciudadan¨ªa la guerra contra la prensa independiente.
En las ¨²ltimas horas, este clima de tensi¨®n se ha visto agudizado por el atentado con coche bomba en Alejandr¨ªa contra el general Mustaf¨¢ al-Nimr, m¨¢ximo responsable de seguridad de la provincia que abarca la segunda mayor ciudad del pa¨ªs. Seg¨²n fuentes del Ministerio de Interior, Al-Nimr sali¨® ileso, pero la detonaci¨®n provoc¨® la muerte de dos agentes y heridas a otras cinco personas. Egipto padece de forma c¨ªclica los zarpazos del terrorismo de inspiraci¨®n islamista, que ha atentado en diversos casos contra altos cargos del r¨¦gimen, sobre todo vinculados a Interior.
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