La desnuclearizaci¨®n de Corea del Norte: una meta esquiva
En su reuni¨®n, Xi Jinping y Kim Jong-un reiteraron su compromiso con un objetivo siempre repetido y nunca alcanzado
La visita sorpresa del l¨ªder norcoreano, Kim Jong-un, a Pek¨ªn ha dado para mucho. Los contactos con el presidente chino, Xi Jinping, han durado horas y han incluido una reuni¨®n, un banquete y un almuerzo, para tratar lo que Kim ha descrito como la ¡°situaci¨®n r¨¢pidamente cambiante¡± en la pen¨ªnsula coreana. Una situaci¨®n en la que la clave, como saben ambas partes, es la desnuclearizaci¨®n. Una palabra que mencionaron los dos l¨ªderes, pero que en estas negociaciones tiene ¡ªdependiendo de qui¨¦n la use¡ª?significados muy diferentes.
Corea del Sur y Estados Unidos reclaman que Corea del Norte se deshaga de su programa nuclear por completo. Pyongyang incluye la retirada del armamento que amenaza su territorio, incluida la marcha de los buques que participan en las maniobras militares conjuntas con el Sur. Las pr¨®ximas cumbres, la intercoreana y la que Kim celebrar¨¢ con Trump, tratar¨¢n de aproximar posiciones y de dar pasos para superar el problema fundamental: la absoluta y total desconfianza mutua. Pero es complicado, por no decir casi imposible, que Pyongyang acceda a deshacerse de un programa que considera su gran garant¨ªa de seguridad.
Kim Jong-un tiene muy presentes el fin de Sadam Husein en Irak y, sobre todo, el de Muamar el Gadafi en Libia, dos l¨ªderes que por distintas razones no completaron sus programas nucleares.?¡°Corea del Norte nunca renunciar¨¢ a su capacidad nuclear¡±, entre otras cosas porque le ser¨ªa pr¨¢cticamente imposible recuperarla si le pareciera necesario en el futuro, sostiene Tong Zhao, del Centro Carnegie-Tsinghua para la Pol¨ªtica Global en Pek¨ªn. S¨ª es posible, cree este experto, que Kim Jong-un pudiera acceder a ¡°una congelaci¨®n de su programa nuclear, o quiz¨¢s a la imposici¨®n de l¨ªmites¡±.
En los contactos diplom¨¢ticos de las ¨²ltimas semanas, Kim se ha mostrado hasta el momento relativa ¡ªy sorprendentemente¡ª flexible. Seg¨²n Se¨²l, en sus conversaciones con ¨¦l, el l¨ªder norcoreano se ha declarado dispuesto a tratar sobre el fin de su programa nuclear con Estados Unidos. En las reuniones con Xi ha indicado: "Es nuestra postura consistente el estar comprometido con la desnuclearizaci¨®n en la pen¨ªnsula, de acuerdo con los deseos del fallecido presidente Kim Il-sung y el secretario general Kim Jong-il".
Incluso si se llegara a un acuerdo de principio, el gran escollo estar¨ªa en la verificaci¨®n, la piedra de toque que hizo fracasar pactos previos sobre el programa de armamento no convencional norcoreano. Un programa que cuenta ya con una capacidad disuasoria notable. Seg¨²n el Departamento de Estado de EE UU, Corea del Norte invierte el 25% de su presupuesto en gasto militar.
Dada la falta de transparencia del r¨¦gimen, los c¨¢lculos sobre su verdadera capacidad var¨ªan. Algunos expertos calculan que el Norte posee entre 15 y 20 bombas nucleares. Esa cifra, seg¨²n los servicios de inteligencia de EE UU, puede multiplicarse por tres y llegar a las 60. En septiembre pasado, Pyongyang complet¨® su sexta y hasta ahora m¨¢s potente prueba nuclear, una bomba de hidr¨®geno entre 100 y 250 kilotones de potencia, entre seis y quince veces m¨¢s que la at¨®mica de Hiroshima en 1945. Un ataque nuclear norcoreano podr¨ªa dejar, seg¨²n un estudio presentado el a?o pasado, 2,1 millones de muertos y 7,7 millones de heridos.
Corea del Norte tambi¨¦n cuenta con cerca de un millar de misiles de diferentes alcances, y durante el mandato del tercer l¨ªder de la dinast¨ªa Kim ha completado cerca de un centenar de ensayos, a un ritmo m¨¢s acelerado que en los tiempos de Kim Il-sung o Kim Jong-il. En julio y en noviembre del a?o pasado prob¨® con ¨¦xito, por primera vez, cohetes intercontinentales, capaces de alcanzar cualquier punto en territorio estadounidense.
La joya de la corona en el campo bal¨ªstico es, precisamente, su Hwasong-15, que en la prueba de noviembre alcanz¨® una altura de 4.475 kil¨®metros y recorri¨® una distancia de unos mil kil¨®metros antes de caer en el mar. Entonces, los analistas calcularon que ese misil podr¨ªa alcanzar una trayectoria de 13.000 kil¨®metros.
Incluso sin su programa nuclear, el Ej¨¦rcito norcoreano tiene unas dimensiones respetables. Se calcula que, con 1,1 millones de soldados ¡ªel 5% de la poblaci¨®n¡ª, es el cuarto del mundo. Cientos de misiles apuntan a Corea del Sur desde su territorio.
Seg¨²n c¨¢lculos de los Ministerios de Defensa de EE UU y Corea del Sur, recogidos en un informe del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) estadounidense, Corea del Norte contaba entre 2015 y 2016 con m¨¢s de 1.300 aviones, 300 helic¨®pteros, 430 buques de combate, 250 barcos anfibios, 70 submarinos, 4.300 tanques, 2.500 veh¨ªculos blindados y 5.500 lanzaderas m¨²ltiples. Aunque, seg¨²n las estimaciones de los expertos, buena parte de ese equipamiento es anticuado, debido a las sanciones internacionales que le han impedido modernizarlo.
En cualquier caso, siempre es necesario tomar las declaraciones p¨²blicas en torno al programa nuclear norcoreano con una dosis de escepticismo. Tambi¨¦n en 2011, en su ¨²ltima visita a Pek¨ªn y poco antes de morir, Kim Jong-il hablaba ya de ¡°desnuclearizaci¨®n¡±. Siete a?os m¨¢s tarde, est¨¢ claro que la Historia no avanz¨® por ese camino.
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