Trump amenaza a China con imponer aranceles por otros 100.000 millones de d¨®lares
La escalada tarifaria entre las dos potencias se agrava y aboca a la guerra comercial
Las amenazas sobre nuevos aranceles entre Estados Unidos y China ha entrado en una espiral que hace sonar los tambores de guerra comercial cada vez con m¨¢s fuerza. Donald Trump no echa el freno y Pek¨ªn tampoco. El mi¨¦rcoles, el gigante asi¨¢tico advirti¨® de que responder¨ªa con aranceles del 25% a productos estadounidenses por valor de 50.000 millones de d¨®lares si Washington ejecutaba los que ha anunciado por el mismo montante. Trump ha reaccionado subiendo la apuesta, blandiendo posibles tasas adicionales por un total de 100.000 millones.
Las consecuencias de una batalla comercial entre las dos mayores econom¨ªas del planeta son globales. La internacionalizaci¨®n implica que la compra-venta de productos entre dos pa¨ªses afecta a otros pa¨ªses de forma colateral, en calidad de proveedores y consumidores, o sencillamente porque la carrera inflacionaria que puede desatarse provocar¨ªa que la Reserva Federal acelerase las restricciones monetarias, es decir, que subiera de forma m¨¢s brusca los tipos de inter¨¦s, se encareciese por tanto el cr¨¦dito y todo el mundo se empezase a temblar.
Trump clama contra el d¨¦ficit comercial de EE UU, la diferencia negativa entre lo que exporta y lo que importa, que est¨¢ en su m¨¢ximo desde 2008. Y China supone el grueso de ese desfase: 375.000 millones de los 556.000 millones. El presidente acusa a Pek¨ªn de lograr este poder¨ªo exportador a base del robo de tecnolog¨ªa estadounidense y otras formas de competencia desleal, as¨ª que ha activado la m¨¢quina de los aranceles: empez¨® con un 25% sobre el aluminio y otros productos -ya formalizado- por valor de 6.000 millones y luego anunci¨® un golpe mucho mayor, para 1.300 productos? por valor de 50.000 millones, con una tasa tambi¨¦n del 25%. Ahora, tras las represalias planteadas por China, del mismo calibre, ha puesto sobre la mesa 100.000 millones m¨¢s.
"Las pr¨¢cticas comerciales il¨ªcitas de China -ignoradas por Washington durante a?os- han destruido miles de f¨¢bricas estadounidenses y millones de empleos estadounidenses", dijo Trump en un comunicado el jueves por la noche. El republicano ha dado un giro proteccionista a la pol¨ªtica comercial, criticando con dureza la de su antecesor, Barack Obama, y abandonando proyectos como el Tratado Comercial Pac¨ªfico o el europeo (TTIP, en sus siglas en ingl¨¦s). Adem¨¢s, est¨¢ renegociando el que mantiene con Canad¨¢ y M¨¦xico (Nafta, en sus siglas en ingl¨¦s) con la amenaza de liquidarlo.
Los grav¨¢menes a China, se?al¨® Trump el jueves, se han decidido como reparaci¨®n tras una investigaci¨®n del Gobierno que determin¨® la apropiaci¨®n indebida de tecnolog¨ªa. Sin embargo, "lejos de remediar su conducta, China ha optado por da?ar a nuestros granjeros y nuestras f¨¢bricas", lament¨® el mandatario. "A la vista de la injusta represalia de China, he pedido a la Oficina Comercial de EE UU que considere si ser¨ªan apropiados aranceles adicionales de 100.000 millones bajo la secci¨®n 301 [de la ley de Comercio de 1974, a trav¨¦s de la que ha vehiculado la investigaci¨®n]", a?adi¨®.
Pek¨ªn limita de forma considerable los sectores en los que los extranjeros pueden invertir en el pa¨ªs e impone la asociaci¨®n con una empresa local en otros. Ni esto ni la posible apropiaci¨®n tecnol¨®gica han suscitado solo cr¨ªticas en EE UU. El pasado diciembre, en la cumbre que la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) celebr¨® en Buenos Aires, EE UU, Jap¨®n y la Uni¨®n Europea pactaron un comunicado denunciando las pr¨¢cticas econ¨®micas del r¨¦gimen chino. Aunque no lo mencionaban de forma expl¨ªcita, el documento apuntaba contra el ¡°severo exceso de capacidad en sectores clave¡±, ¡°las condiciones competitivas injustas a causa de subsidios que distorsionan el mercado¡± y las intervenciones distorsivas de grandes empresas estatales.
Trump no busca ahora la complicidad o coordinaci¨®n con los pa¨ªses aliados contra lo que considera competencia desleal por parte de China. Este viernes, de hecho, critic¨® abiertamente a la OMC en su cuenta de Twitter. "China, que es una gran potencia econ¨®mica, es considerada como un pa¨ªs en desarrollo en el seno de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio. Por tanto recibe enormes beneficios y ventajas, especialmente respecto a Estados Unidos. Alguien acaso piensa que esto es justo. Estamos mal representados. La OMC es injusta con Estados Unidos", escribi¨®.
Hay un debate econ¨®mico extenso sobre el nivel de riesgo que el d¨¦ficit comercial supone para un pa¨ªs, sobre qu¨¦ volumen deja ya de ser saludable para una econom¨ªa, aunque sea la m¨¢s rica. En lo que hay menos discusi¨®n es en las consecuencias de una guerra arancelaria, que encarece los precios y frena el comercio. El Gobierno chino dirige sus aranceles a 106 por un montante econ¨®mico igual -50.000 millones- que incluyen los autom¨®viles, los productos qu¨ªmicos, la soja y algunas aeronaves. El discurso de ¡°Am¨¦rica primero¡±, columna vertebral del trumpismo, cosecha votos para el presidente en un a?o clave, de elecciones legislativas, pero los aranceles chinos pueden crearle problema en algunos de sus feudos, estados agr¨ªcolas que quedar¨ªan golpeados por Pek¨ªn.
Este viernes, con la espadas ya en alto, el presidente concedi¨® que la espiral arancelaria deja heridas. El primer lugar en notarlas es el mercado financiero y los temblores de Wall Street de los ¨²ltimos d¨ªas lo atestiguan. ¡°No estoy diciendo que no vaya a haber un poco de dolor¡±, dijo en una entrevista de radio de la cadena 77 WABC. ¡°Pero el mercado ha crecido un 40%, 42%, as¨ª que podemos perder un poco. Pero vamos a ser mucho m¨¢s fuertes cuando acabemos¡±, dijo.
Pese al conflicto, Trump se ha mostrado hasta ahora muy amigable con Xi Jinping y China ha apoyado a EE UU en la estrategia de m¨¢s mano dura con Corea del Norte. La del d¨¦ficit comercial, sin embargo, es una batalla que Trump parece dispuesto a dar hasta el final.
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