Los guatemaltecos votar¨¢n este domingo sobre la frontera con Belice
Los ciudadanos del pa¨ªs centroamericano deber¨¢n responder sobre un conflicto que se remonta a la ¨¦poca colonial
Aunque todos los analistas coinciden en se?alar que la participaci¨®n ser¨¢ raqu¨ªtica, 7,5 millones de guatemaltecos est¨¢n convocados a las urnas este domingo para, de acuerdo a un mandato constitucional, decidir si dejan en manos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la delimitaci¨®n definitiva de las fronteras con Belice. Las urnas se abrir¨¢n a las 07.00 hora local y cerrar¨¢n a las 18.00. Al ser una sola papeleta con una ¨²nica respuesta -s¨ª o no- se espera que se pueda conocer el resultado final tan solo un par de horas despu¨¦s.
El litigio se remonta a la ¨¦poca de la colonia. De acuerdo a la historia oficial, entre 1783 y 1786 la Corona espa?ola concedi¨® licencia a Inglaterra para extraer palo de tinte, al norte de lo que ahora es Belice. Fue el inicio del expolio territorial. Ya en la ¨¦poca independiente (Guatemala se separ¨® de Espa?a en 1821), la colonia brit¨¢nica fue extendiendo su dominio, a cambio de compromisos que jam¨¢s cumpli¨®. Entre estos, en 1851 Guatemala cedi¨® a los brit¨¢nicos un ¨¢rea entre los r¨ªos Sib¨²n y Sarst¨²n (al norte), a cambio de un tramo vial. No se construy¨® ni un metro; el 1863, Gran Breta?a se comprometi¨® a pagarle a Guatemala 50.000 libras esterlinas de la ¨¦poca por el territorio ocupado. No desembols¨® ni un penique.
Actualmente, Belice ocupa un ¨¢rea de 22.966 kil¨®metros cuadrados. Londres le concedi¨®, de manera unilateral, la independencia el 21 de septiembre de 1981. En 1991, Guatemala reconoci¨® al Gobierno y a la poblaci¨®n belice?os, pero no el territorio. No reclama la totalidad de la demarcaci¨®n, aunque afirma tener derecho sobre los 12.100 kil¨®metros cuadrados comprendidos entre los r¨ªos Sib¨²n y Sarst¨²n por los que Londres nunca pag¨®.
Ante la imposibilidad de lograr un acuerdo bilateral, en 2000 la Organizaci¨®n de estados Americanos (OEA) inici¨® una intermediaci¨®n. En 2008, Belice y Guatemala decidieron someter el litigio a la Corte internacional de Justicia (CIJ), para que sea esta la que establezca, en definitiva, las fronteras entre ambos pa¨ªses. Es lo que los guatemaltecos votar¨¢n este domingo.
Pero para que el pronunciamiento de la CIJ tenga validez, tambi¨¦n deber¨¢n manifestar su conformidad acerca del arbitraje los belice?os, quienes, conscientes de que la decisi¨®n de la CIJ les podr¨ªa hacer perder parte de su territorio, no parecen muy entusiasmados con el tema. Para empezar, ni siquiera tienen una fecha establecida para la consulta correspondiente. A esto se suma una modificaci¨®n introducida recientemente por sus autoridades: la consulta solo tendr¨¢ validez si en el refer¨¦ndum participa el 50% de su poblaci¨®n.
A lo anterior se suma un gran desconocimiento del tema por parte de la poblaci¨®n de ambos pa¨ªses. En Guatemala, alcanza niveles preocupantes, algo que, en palabras del analista Manfredo Marroqu¨ªn de Acci¨®n Ciudadana (Transparencia Internacional), se transformar¨¢ en ¡°un gran abstencionismo¡±. A esto se suma la incertidumbre. ¡°Para Guatemala siempre es una inc¨®gnita qu¨¦ vaya a hacer Belice. Inicialmente la consulta estaba prevista para ser simult¨¢nea. Ahora la fecha est¨¢ a discreci¨®n de las autoridades belice?as. Esto, de alguna manera, incide en el poco entusiasmo en la participaci¨®n, porque no hay certeza de los tiempos. Algo que hace poco atractiva la participaci¨®n de un votante que acudir¨ªa gustoso si viera que el litigio puede resolverse. En otras palabras: aun votando, puede que no se resuelva nada¡±.
En el tema abunda Luis Linares, analista de la Asociaci¨®n de investigaci¨®n y estudios Sociales (As¨ªes). ¡°En Guatemala se han creado falsas expectativas en lo que respecta a la ¡®recuperaci¨®n¡¯ del territorio usurpado. Ilusiones falsas. Lo m¨¢s probable es que, es su momento, la CIJ ratifique las fronteras actuales, aunque con alguna concesi¨®n para la salida al mar¡±, manifiesta.
Edgar Guti¨¦rrez, exministro de Exteriores, coincide en pronosticar una participaci¨®n raqu¨ªtica en la consulta. ¡°Una concurrencia aceptable¡±, comenta, ¡°andar¨¢ entre el 15% y el 20% del padr¨®n electoral¡±. Y a?ade un elemento de trascendencia: ¡°La llamada zona de adyacencia ¨Ccomo se conoce a la delimitaci¨®n provisional de los territorios¨C, que tiene un kil¨®metro de grosor, es tierra de nadie. Esto, en la geopol¨ªtica del crimen organizado, es muy peligroso. Se vuelve refugio de mafias, de narcotraficantes, de trata de personas, traficantes de armas¡ mientras la capacidad de la OEA para patrullar esa zona es muy limitada. As¨ª que conviene mucho que esta coyuntura se resuelva en definitiva, aunque no ser¨¢ algo inmediato¡±.
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