105 misiles entre ¨¦tica y est¨¦tica (pero sin provocar a Putin)
La ofensiva occidental quiso responder al ataque qu¨ªmico de Duma y mostrar al mundo que hay disposici¨®n a actuar. Pero evitando una escalada
El ataque de Estados Unidos, Francia y Reino Unido contra el r¨¦gimen sirio es un delicado ejercicio de equilibrismo entre distintos factores. En primer lugar, la necesidad de mantener la promesa de acci¨®n ante un ataque qu¨ªmico y a la vez reducir el riesgo de provocar una reacci¨®n rusa. La s¨ªntesis fueron 105 misiles contra tres objetivos todos ellos supuestamente relacionados con la fabricaci¨®n de armas qu¨ªmicas. M¨¢s que en la acci¨®n de abril de 2017, cuando Washington dispar¨® 59 misiles de crucero Tomahawk, pero menos de lo que muchos pensaban.
La ofensiva, en s¨ª, no tiene ning¨²n valor estrat¨¦gico, no cambia la din¨¢mica b¨¦lica sobre el terreno, no erosiona el creciente control del territorio del r¨¦gimen sirio y sus aliados rusos e iran¨ªes. Su valor se halla entre ¨¦tica y est¨¦tica.
En el plano ¨¦tico, la clave es que el uso de armas qu¨ªmicas ¨Cprohibidas por el derecho internacional- no puede quedar impune. En abstracto indiscutible, la idea queda sin embargo ensombrecida por dos cuestiones: los aliados no exhibieron prueba de la responsabilidad del r¨¦gimen de El Asad en el ataque qu¨ªmico; y no ten¨ªan aval de la ONU (claro est¨¢, por el interesado veto ruso).
La acci¨®n occidental parece inspirada a ese c¨¦lebre pasaje de la ¨¦tica aristot¨¦lica seg¨²n el que toda virtud es un medio entre extremos. Entre permanecer de brazos cruzados y un ataque sustancial a la infraestructura del r¨¦gimen, optaron por golpear solo tres instalaciones nada m¨¢s. Esto no da?a a El Asad y no constituye un golpe realmente disuasorio. As¨ª que tambi¨¦n aristot¨¦lica parece su concepci¨®n de virtud: como medio para alcanzar otro fin, y no como fin en s¨ª mismo (tal y como es en la visi¨®n cristiana).
Y el fin de los aliados occidentales parece principalmente est¨¦tico. Quisieron en primer lugar hacer ver al mundo que mantienen su palabra. Que si establecen una l¨ªnea roja ¨Cel uso de armas qu¨ªmicas-, la defienden. Que no les tiembla la mano. Tanto Trump como Macron se hab¨ªan manifestado en ese sentido y ahora han actuado en correspondencia, a diferencia de Barack Obama en su momento.
As¨ª, el ataque parece estudiado para mantener esa palabra ante la platea mundial pero reducir el riesgo de represalia de Rusia, en primer lugar, y de Ir¨¢n en segundo. Las autoridades rusas han avisado abundantemente a lo largo de la semana pasada que una acci¨®n militar occidental tendr¨ªa consecuencias. Tambi¨¦n dijeron que utilizar¨ªan en ese caso sus defensas antia¨¦reas y que contemplar¨ªan incluso atacar las fuentes del ataque. No hicieron ni lo uno ni lo otro.
En su comunicado posterior al ataque, Putin ha condenado la ofensiva pero ha evitado alusiones a reacciones rusas. Ello no significa que no contemple alguna clase de respuesta. Su liderazgo se apoya en la imagen de un jefe sin miedo que planta cara a las potencias del mundo. Es dif¨ªcil para ¨¦l aceptar esta ofensiva sin reacci¨®n ninguna. Pero tambi¨¦n ser¨¢ dif¨ªcil para ¨¦l divisar un ¨¢ngulo adecuado de respuesta. Ha demostrado en el pasado ser un hombre de notable brillantez t¨¢ctica y es posible que encuentre alguna v¨ªa. El ataque occidental, tan circunscrito, est¨¢ dise?ado precisamente para que esa reacci¨®n o bien no se produzca o al menos sea comedida, circunscrita. El comunicado de hoy hace pensar que as¨ª ser¨¢.
Entre los dos aspectos, el ¨¦tico y el est¨¦tico, la sensaci¨®n es que el segundo es preponderante. Lo que est¨¢ en acto es un gran pulso de potencias, una guerra de imagen en el tablero geopol¨ªtico mundial. La superioridad militar occidental sobre Rusia es enorme. Pero la disposici¨®n a actuar (y, en su caso, sufrir) es un factor esencial que altera los equilibrios abstractos. Los rusos han mostrado esa disposici¨®n, como muestra su historia y retrata su literatura (Guerra y paz, por supuesto, o Vida y Destino de Grossman). Una constante hist¨®rica renovada bajo Putin. EEUU, Francia y Reino Unido han mostrado que est¨¢n dispuestos a actuar. Pero fue un ataque cosm¨¦tico. Rusia seguir¨¢ siendo el referente principal en Siria.
Especial | Ataque a Siria
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