¡®Half man¡¯ o la pasi¨®n de un piloto de carreras discapacitado que entreg¨® su vida a las motos
El australiano Alan Kempster, fallecido el pasado lunes a los 56 a?os, fue un ejemplo de superaci¨®n tras el accidente de motocicleta que le amput¨® el brazo y la pierna derechos hace casi tres d¨¦cadas
¡°A cualquier persona con una discapacidad le dir¨ªa que si tiene un sue?o y una pasi¨®n tiene que seguirlos, porque solo uno mismo puede hacerlos realidad¡±. Esta lecci¨®n de vida podr¨ªa pasar desapercibida en muchos libros de autoayuda o en tantas otras pel¨ªculas de ficci¨®n, pero en labios de Alen Kempster se transform¨® en una meta diaria hasta que falleci¨® en su casa, el pasado 16 de abril, seg¨²n hizo p¨²blico el entorno familiar en la red social Facebook. El australiano, que ten¨ªa 56 a?os, llevaba m¨¢s de un cuarto siglo luchando por su gran pasi¨®n: el motociclismo, pero sin contar con la ayuda de su brazo y pierna derechos. La amputaci¨®n de ambos miembros despu¨¦s de sufrir un accidente de tr¨¢fico en moto al atropellarle un conductor ebrio con su cami¨®n, no le descabalg¨® de las dos ruedas y decidi¨® seguir con su sue?o hasta el final de sus d¨ªas.
El ejemplo de superaci¨®n le llev¨® a modificar su motocicleta para trasladar las palancas que la accionaban al lado izquierdo y este cambio le gan¨® el sobrenombre de Half Man (Medio hombre), un mote que luci¨® orgulloso con el dorsal 1/2 bien visible en la parte trasera y delantera de su Kawasaki 400. Si Kempster pudo rehacer su vida tras el accidente fue gracias a la ayuda de un hombre que le auxili¨® llamando con su tel¨¦fono m¨®vil (all¨¢ por 1990) a los servicios de emergencia, seg¨²n se recoge en la biograf¨ªa publicada en su p¨¢gina web. Tras pasar un momento cr¨ªtico ¡ªnecesit¨® nueve litros de plasma y m¨¢s de un a?o de dura rehabilitaci¨®n¡ª represent¨® a su pa¨ªs en la categor¨ªa de esqu¨ª acu¨¢tico para discapacitados, donde fue tres veces campe¨®n del mundo.
Su amor por las carreras de motos siempre le acompa?¨®, y en 2009 quiso sentir el ruido del motor de nuevo, lo que le llev¨® a adquirir su preciada Kawasaki, con la que particip¨®, entre otros campeonatos, en la primera carrera internacional para discapacitados sobre dos ruedas: la Di.Di. World Bridgestone Cup, en Mugello (Italia). Una de las an¨¦cdotas que dej¨® Kempster durante la celebraci¨®n del torneo era su buen sentido del humor ya que, nada m¨¢s llegar, ¡°le hospedaron en un primer piso sin ascensor¡±. Cuando le preguntaron si hab¨ªa alg¨²n inconveniente, ¨¦l respondi¨® con una sonrisa: ¡°no hay ning¨²n problema, solo necesito una caja de cervezas¡±.
Kempster, que siempre rechaz¨® el uso de cualquier tipo de pr¨®tesis o avance tecnol¨®gico, pon¨ªa a punto y hac¨ªa los arreglos necesarios a la motocicleta con la que compet¨ªa, como se puede ver en un corto documental titulado Left side story, publicado en 2012. ¡°Cuando fui a mi primera carrera y volv¨ª a casa con el trofeo de campe¨®n, la gente se dio cuenta de que s¨ª pod¨ªa volver a correr¡±, sostiene feliz a c¨¢mara. Un ejemplo m¨¢s de la tenacidad del australiano en un pa¨ªs en el que no existe una categor¨ªa para que compitan personas discapacitadas en circuitos de carreras. Su ambici¨®n le llev¨® a enfrentarse a compa?eros en plenitud f¨ªsica, lo que le granje¨® el reconocimiento y el respeto de los dem¨¢s pilotos de profesi¨®n.
La pasi¨®n que siempre le movi¨® permanecer¨¢, tambi¨¦n, entre los alumnos que alberga la escuela que puso en marcha tiempo atr¨¢s. En el v¨ªdeo, Kempster explica c¨®mo lleg¨® a materializar su idea: ¡°Una de las razones por las que me sub¨ª de nuevo a una moto fue porque quer¨ªa abrir mi escuela de motociclismo para discapacitados y pens¨¦ que necesitaba probarme a m¨ª mismo en primer lugar¡±.
S¨ªguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.