Cuba, tres escenarios
Vi?etas del comunismo para D¨ªaz-Canel
El nuevo presidente de Cuba fue elegido a dedo por Ra¨²l Castro en una votaci¨®n que ni siquiera califica como mala copia de la competencia democr¨¢tica. Es una sucesi¨®n forzada por el paso del tiempo con la que el castrismo busca reproducirse como r¨¦gimen. Miguel D¨ªaz-Canel, as¨ª se llama este virtual desconocido, lo confirm¨® ni bien fue ungido en el cargo. Ratific¨® su lealtad a los Castro y su alineamiento con los principios del Partido Comunista, cuyo primer secretario ser¨¢ precisamente Ra¨²l hasta 2021.
Pero eso se dice el primer d¨ªa, es frecuente que el Delf¨ªn termine siendo un traidor. Es m¨¢s, asegurar que todo seguir¨¢ igual cuando el dictador ya no se llama Castro es una proposici¨®n a verificar. Por ello me aventuro a decir que habr¨¢ cambios, si bien en lo inmediato estar¨¢n lejos de producir una Cuba democr¨¢tica. Aqu¨ª van tres escenarios hipot¨¦ticos, vi?etas hist¨®ricas de transici¨®n dentro del comunismo.
Primer escenario: D¨ªaz-Canel revisionista
En febrero de 1956, Nikita Krushchev pronunci¨® su ¡°Discurso Secreto¡± ante el XX Congreso del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En ¨¦l denunci¨® los cr¨ªmenes y las purgas de Stalin, a quien denost¨® por fomentar el culto a la personalidad. Dicho discurso se?al¨® el inicio del per¨ªodo revisionista, seg¨²n lo caracteriz¨® Mao, pero tambi¨¦n un regreso a los fundamentos del marxismo-leninismo, marcadamente anti-personalista. El estalinismo constitu¨ªa una desviaci¨®n de dicha ortodoxia.
Sesenta a?os m¨¢s tarde, no habr¨¢ idolatr¨ªa posible en Cuba. Un Castro es difunto. El otro, sin carisma y octogenario avanzado, se retira de a poco del poder. Lo ¨²nico viable para el r¨¦gimen es despojarse del personalismo y volcarse hacia lo institucional. Cuba deber¨¢ comenzar su transici¨®n hacia el post-sultanismo y, obligadamente, por medio del revisionismo.
Lo cual implicar¨¢ un sinn¨²mero de conflictos dentro del bloque en el poder. El Macondo comunista no se podr¨¢ reproducir, la dinast¨ªa se termina. Institucionalmente, adem¨¢s, D¨ªaz-Canel es un bur¨®crata del partido, no un oficial del ej¨¦rcito. Como tal, es pensable el redise?o de dicha relaci¨®n. El socialismo de Estado se gobierna por medio de un partido de elites profesionales, con la instituci¨®n militar subordinada al poder civil. Una dictadura militar personalista siempre fue la heterodoxia caribe?a de Fidel Castro.
Segundo escenario: D¨ªaz-Canel reformista
Bajo la larga sombra de la revuelta de 1956, reprimida por los tanques sovi¨¦ticos, en enero de 1968 el gobierno de J¨¢nos K¨¢d¨¢r introdujo el Nuevo Mecanismo Econ¨®mico, un programa de reformas destinado a incrementar la eficiencia agregada. Si bien no era el ¨²nico de ese tipo en el bloque socialista¡ªde hecho, una relativa liberalizaci¨®n de precios fue introducida en esa ¨¦poca en Polonia, Bulgaria y Alemania Oriental¡ªel ¡°Comunismo Gulash¡± fue el m¨¢s ambicioso de todas las versiones de socialismo de mercado.
Se liberaliz¨® el comercio, se eliminaron las cuotas de producci¨®n y se descentraliz¨® la estructura de la propiedad. Las firmas de propiedad estatal comenzaron a ser evaluadas por sus utilidades, lo cual hizo que los gerentes se preocuparan por costos, precios y calidad de sus productos. La transformaci¨®n capitalista fue lenta pero de direcci¨®n clara. No suele recordarse hoy que en Hungr¨ªa la privatizaci¨®n de empresas p¨²blicas comenz¨® en 1988, bajo la direcci¨®n del partido oficial y anticip¨¢ndose a la disoluci¨®n del mundo socialista.
Cuba inici¨® un camino parecido en 1991. El fin de la Uni¨®n Sovi¨¦tica signific¨® la perdida de los subsidios agr¨ªcolas y energ¨¦ticos, la recesion oblig¨® a las reformas del ¡°Per¨ªodo Especial.¡± Se instaur¨® el sistema bimonetario y se modific¨® la constituci¨®n a fin de legalizar la propiedad privada e incrementar la competitividad en la agricultura. Parec¨ªa que pronto llegar¨ªan la apertura pol¨ªtica y la democratizaci¨®n.
Pero la democracia no era el objetivo del estado-partido, como tampoco lo era una transicion al capitalismo. La liberalizaci¨®n parcial fue un instrumento para sortear la crisis pol¨ªtica descomprimiendo la econom¨ªa hasta encontrar la manera de atraer recursos financieros externos. Lo cual ocurri¨® gracias a Petrocaribe a partir de 2005. Venezuela comenz¨® a vender a Cuba petr¨®leo fuertemente subsidiado, que Cuba a su vez exporta a¨²n hoy a precio de mercado.
Dicho esquema es insostenible a ambos lados de la ecuacion. Para la nomenclatura oficial es una renta parasitaria sin efecto cascada en la sociedad. La capacidad de Venezuela de continuar con el subsidio, a su vez, decrece con el deterioro paulatino del gobierno. Esto indica que el nuevo presidente deber¨¢ encarar m¨¢s reformas y m¨¢s en serio. Lo hecho hasta ahora en el contexto del descongelamiento con Obama, no mucho m¨¢s que cuentapropismo, es insuficiente para producir riqueza y generar empleo.
Es racional para los jerarcas del partido desmilitarizar el regimen y transformar la econom¨ªa. Si en el camino pierden el poder, que siempre es finito de todas formas, podr¨¢n mirar a Hungria, justamente, con esperanza. Los comunistas volvieron en 1994 como socialdemocratas y con elecciones libres. La opcion China, por su parte, capitalismo pero conservando el monopolio del poder pol¨ªtico, no parece muy probable. Cuba es un pa¨ªs peque?o y Estados Unidos est¨¢ a solo 90 millas.
Tercer escenario: D¨ªaz Canel chavista
Pocos d¨ªas despu¨¦s de la elecci¨®n del 6 de diciembre de 2015, parlamentarias en las que el chavismo fue derrotado abrumadoramente, Maduro se dirigi¨® al pa¨ªs. Lo hizo con pasmosa sinceridad. ¡°Ese voto lo entiendo, pero fue un error. Fue un voto contra ustedes mismos, hermanos. Yo quer¨ªa construir 500 mil viviendas el pr¨®ximo a?o, pero ahorita estoy dudando. No porque no pueda, yo puedo construirlas. Pero te ped¨ª tu apoyo y no me lo diste¡±.
Es la venganza del rechazo. Se podr¨ªa reemplazar viviendas por alimentos y medicinas y as¨ª explicar la tragedia humanitaria venezolana, el Holodomor del chavismo, estrategia para impedir la transici¨®n pol¨ªtica. Es la guerra de un gobierno contra su pueblo, como la de Stalin contra el pueblo de Ucrania.
Ello supone un importante grado de sadismo, desde luego, si bien la crueldad de Maduro no es puramente personal, est¨¢ enraizada en una formulaci¨®n conceptual. Son las coartadas intelectuales del marxismo, su razonamiento ad-hoc. Si el pueblo nos apoya, elabora el comunista, es la estrategia correcta, la emancipaci¨®n proletaria en acci¨®n. Si no nos apoya, es por falsa conciencia. Igual nos quedamos, pues nos necesitan aunque no lo sepan. De ah¨ª el terror, necesario para reeducar y corregir la falsa conciencia.
As¨ª ha operado el castrismo, con el terror de baja intensidad, la privaci¨®n en cuotas, la opresi¨®n quir¨²rgica y el exilio por goteo. Ello a diferencia de Venezuela donde, al encontrar a una sociedad civil m¨¢s movilizada, Maduro respondi¨® con ferocidad y a control remoto desde La Habana. Sin los Castro, la sociedad civil cubana se activar¨¢, habr¨¢ que ver la respuesta del r¨¦gimen. A similares grados de opresi¨®n y mayor oposici¨®n, la baja intensidad podr¨ªa cambiar.
Claro que, ante esa hip¨®tesis, el nuevo presidente tiene la oportunidad de no ser Maduro creando un cuarto escenario: el de Gorbachov, quien tuvo la grandeza de evitar derramamientos de sangre, reescribiendo en parte la tr¨¢gica historia de Budapest en 1956 y de Praga en 1968. Anunciando en 1988 que no intervendr¨ªa en Europa Oriental, aceler¨® ¨¦l mismo las revoluciones democr¨¢ticas en curso.
All¨ª tiene D¨ªaz-Canel un comunista a imitar y convertirse en un noble Delf¨ªn traidor. Con ello podr¨ªa entrar en la historia como el hacedor de la transici¨®n democr¨¢tica cubana, nada menos. La otra opci¨®n que tiene es ser el vasallo que Ra¨²l Castro imagin¨®.
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