La odisea de los retornados de Venezuela para cobrar su pensi¨®n en Espa?a
Desde hace dos a?os, m¨¢s de 9.000 personas sufren el impago por parte del Gobierno venezolano. Han comenzado a acudir a los tribunales para desbloquear su situaci¨®n. En Galicia ya hay 200 demandas
Seraf¨ªn Ruiz Gonz¨¢lez, nacido en Santander, pero afincado ahora en Galicia, se march¨® a Venezuela en 1949, donde trabaj¨® como empleado de una empresa de qu¨ªmica. Fue all¨ª donde conoci¨® a su esposa, la canaria Ornela Mart¨ªn, que como tantos en las islas se fue en su juventud al pa¨ªs caribe?o. Despu¨¦s de toda una vida cotizando, a los 90 a?os le ha tocado pelear para conseguir cobrar parte de su pensi¨®n. Y ha ganado. El impago por parte del gobierno de Venezuela desde hace dos a?os de las pensiones a quienes viven en el exterior ha llevado a los damnificados en Espa?a a movilizarse y, ante la falta de respuesta, a reclamar por la v¨ªa judicial.
¡°Es un tema muy triste, este colectivo queda muy desamparado¡±, se?ala su hija, Mar¨ªa Fernanda, responsable de relaciones institucionales de la Asociaci¨®n de Pensionados y Jubilados de Venezuela en Galicia (APEJUVEG), que representa a 600 personas. S¨®lo en esta regi¨®n hay 3.000 afectados, un tercio de los m¨¢s de 9.000 que suman en total en Espa?a, seg¨²n las asociaciones que los representan. La mayor¨ªa son emigrantes espa?oles retornados. Galicia y Canarias son las principales comunidades afectadas. ¡°No hay esperanza de que Venezuela pague, los que se fueron est¨¢n totalmente olvidados¡±, lamenta Mar¨ªa Fernanda, que ha luchado para que su padre lograra tener un sustento. Seraf¨ªn Ruiz no es de mucho hablar, confiesa su hija, pero el nonagenario asegura con voz rotunda por tel¨¦fono a este diario ¡°la alegr¨ªa grande¡± que sinti¨® al conocer que un juzgado de Vigo le dio la raz¨®n y le permiti¨® acceder a una pensi¨®n m¨ªnima. ¡°Pens¨¦ que otros tambi¨¦n ganar¨¢n¡±, asegura recordando al resto de personas que est¨¢n en su situaci¨®n.
El problema se remonta a finales de 2015, cuando el gobierno de Venezuela dej¨® de pagar a los pensionistas que se fueron del pa¨ªs. Espa?a y Venezuela tienen un convenio de prestaciones vigente desde los a?os noventa por el que las partes se comprometen a transferir la pensi¨®n en el pa¨ªs donde residan los beneficiarios. Sin embargo, Venezuela no ha notificado oficialmente este impago, lo que impide a los pensionistas recibir ayudas del Gobierno espa?ol. Tampoco los complementos para las pensiones que no llegan al m¨ªnimo para quienes hayan cotizado tambi¨¦n en Espa?a como es el caso de Seraf¨ªn, que cotiz¨® unos a?os siendo repartidor con su bicicleta de productos de una droguer¨ªa, antes de marcharse a Venezuela.
¡°En un 80% son retornados espa?oles, muchos nacidos en esta tierra. Lo que han hecho es, en la ¨¦poca peor que tuvo Espa?a, irse a Venezuela, vivir all¨¢, contribuir con la recuperaci¨®n espa?ola con lo que se pod¨ªa, regresarse a su tierra con una pensi¨®n despu¨¦s de una vida ya hecha, solo para encontrarse que la pensi¨®n desaparece y a ellos se les tira al olvido¡±, lamenta el presidente de APEJUVEG, Andr¨¦s Varenkow, de 67 a?os.
La situaci¨®n se complica a¨²n m¨¢s para este colectivo por el complejo sistema monetario venezolano. En un pa¨ªs que cerr¨® el a?o pasado con una inflaci¨®n del 4.000% y con un salario m¨ªnimo equivalente a seis d¨®lares (4,8 euros) que da para comprar dos huevos al d¨ªa, el Gobierno mantuvo hasta enero una tasa de cambio fija para calcular sus pensiones. Esto convert¨ªa la pensi¨®n m¨ªnima, al cambio oficial (no real) en 25.000 euros, un monto inviable que nunca nadie cobr¨®. ¡°Obviamente no nos van a pagar 25.000 euros, yo ser¨ªa muy feliz de que as¨ª fuera, pero no va a pasar, no es realista¡±, dice Varenkow. El venezolano, casado con una pontevedresa a la que conoci¨® en Caracas, con la que tiene tres hijos con doble nacionalidad y dos nietas gallegas, es ingeniero, trabaj¨® en una de las principales empresas alimentarias en Venezuela (Polar) y fue profesor universitario. Ahora ¡°debo seguir trabajando como sea porque en dos a?os y pico los ahorros se van¡±. Sin embargo, remarca, ¡°hay personas muy mayores, solas, desasistidas, que est¨¢n comiendo en el banco de alimentos de C¨¢ritas, o son expulsados de su vivienda porque no pueden pagar¡±. Lo que piden al Gobierno espa?ol es que siga presionando a Venezuela para que pague sus pensiones y mientras tanto desbloqueen la situaci¨®n permiti¨¦ndoles, de manera excepcional, acceder a las ayudas a las que podr¨ªan optar.
Entre las Comunidades m¨¢s solidarias, Asturias, Galicia, Arag¨®n y Canarias, que ya han reconocido unas ayudas sociales para los casos m¨¢s extremos.
¡°No pedimos a Espa?a que tome el rol que no le corresponde sustituyendo a Venezuela¡±, asegura Varenkow. ¡°Lo que estamos pidiendo es que sea una especie de cr¨¦dito puente y ni siquiera para todo el mundo, que sea puramente humanitario, y que cuando Venezuela pague, que nunca ha dicho que no va a pagar, se le devuelve ese dinero, pero no pueden dejar a las personas tiradas en la calle¡±. En algunas de las regiones m¨¢s afectadas, como Canarias, ya se ha puesto en marcha una ayuda social temporal. Asturias han asistido a cerca de 200 familias; Catalu?a a una docena y en Arag¨®n han abierto una renta social, que permite parcialmente ayudar a las familias.
Los pensionados no descansan. Miembros de la organizaci¨®n han mantenido reuniones con una veintena de representantes pol¨ªticos de la Xunta de Galicia, dirigentes de partidos pol¨ªticos, incluso les recibi¨® la directora general del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) Paula Roch Heredia. Los afectados lamentan que la atenci¨®n que reciben durante sus reuniones no se transforma en acciones. Han pedido tambi¨¦n una reuni¨®n con la ministra F¨¢tima B¨¢?ez. De momento, no han obtenido respuesta. Tambi¨¦n se han manifestado frente a los consulados y han enviado una carta al embajador Mario Isea ¡ªLa Embajada de Venezuela no contest¨® a consultas de este peri¨®dico sobre este caso, en el momento de publicar este art¨ªculo¡ª. El presidente, Nicol¨¢s Maduro, se comprometi¨® hace unos meses en una entrevista con un canal de televisi¨®n espa?ol a pagar las pensiones a los venezolanos en Espa?a. El mandatario afirm¨® que antes de acabar 2017 se resolver¨ªa. Cinco meses m¨¢s tarde la situaci¨®n sigue estancada.
Desde el ministerio espa?ol sostienen que la Seguridad Social ¡°tiene que implementar con extremo cuidado las posibles soluciones¡± por su complejidad legal. En este sentido, se?alaron que el convenio no recoge la posibilidad de que una de las partes no cumpla y advierten que ¡°modificar la legislaci¨®n que permitiera asumir el pago de la pensi¨®n no abonada por otro pa¨ªs, abrir¨ªa la puerta a que ciudadanos de cualquier pa¨ªs reclamaran al Estado espa?ol el pago de las pensiones que los Gobiernos propios dejan de cumplir¡±. Las asociaciones de afectados saben que Espa?a se enfrenta adem¨¢s a las reivindicaciones de los jubilados, que recientemente salieron a las calles para reclamar ¡°pensiones dignas¡±, con subidas al ritmo de la inflaci¨®n, por eso se muestran dispuestos a alcanzar un acuerdo ¡°en cuyos t¨¦rminos inclusive se puede contemplar el reembolso de los recursos en caso de que Venezuela comience a pagar de nuevo, adem¨¢s de incorporar una fecha de corte, para que solo aplique a los que ya residen en suelo espa?ol, evitando el temido efecto llamada para que otros sigan el ejemplo¡±.
Car¨¢cter de urgencia
La portavoz de APEJUVEG destaca el car¨¢cter de urgencia para hallar una soluci¨®n. ¡°Hay gente de 70, 80 a?os que no puede seguir esperando¡±, apunta Mar¨ªa Fernanda. En Galicia han presentado 200 demandas, de las que ya van m¨¢s de 50 ganadas, pero la huelga que la justicia gallega mantiene de forma intermitente desde diciembre ha retrasado algunos juicios hasta enero de 2019. ¡°Se ha convertido en un calvario para nuestros ancianos pensionados¡±, lamenta. En este periodo han muerto cuatro personas, algunos con la fecha programada como Esteban Janeiro, un gallego retornado a Vigo, cuyo caso se ha convertido en uno de los m¨¢s emblem¨¢ticos.
Los pensionados est¨¢n dispuestos a reembolsar las ayudas que perciban cuando Venezuela se ponga al d¨ªa con el pago de sus pensiones
¡°Mi padre muri¨® con 85 a?os cansado de pelear¡±, cuenta su hija M¨®nica Janeiro, que asegura que su padre fue consciente durante todo el proceso de lo que estaba en juego y, l¨²cido hasta el final, no le flaque¨® el ¨¢nimo para animarla a que siguieran adelante. ¡°?l me preguntaba todos los d¨ªas ¡®?ya ingresaron?¡¯ Ya despu¨¦s ni me preguntaba¡±. Esteban emigr¨® a finales de los cincuenta a Venezuela donde trabaj¨® en una maderera y vivi¨® una vida ¡°sin lujos¡±, asegura su hija. ¡°No es de los gallegos que volvi¨® con millones¡±. De su pensi¨®n depend¨ªan su esposa Floriana, de 76 a?os, su hija, su yerno y sus nietos, que dejaron atr¨¢s Venezuela. ¡°Sal¨ª tan despavorida que sal¨ª sin nada¡±, cuenta M¨®nica, que en su pa¨ªs era maestra.
La necesidad ha hecho que personas que no se dedican a la abogac¨ªa y se encuentran en un pa¨ªs cuyas leyes no conocen se hayan convertido casi en expertos en los vericuetos de la legislaci¨®n espa?ola en lo que se refiere a pensiones y a la normativa de la Seguridad Social. ¡°Yo no sab¨ªa nada de complementos, ni entend¨ªa de lo que cobraba hasta que la situaci¨®n se puso cr¨ªtica, van pasando los meses, nosotros tuvimos que ir hasta a C¨¢ritas, a mi pap¨¢ le negaban todo cuanto le solicitabas porque figuraba que recib¨ªa la pensi¨®n de Venezuela¡±. Su esposo ha conseguido un trabajo gracias a un curso que hizo en C¨¢ritas.
En numerosas concentraciones en Espa?a han denunciado el silencio administrativo a su situaci¨®n. En algunos casos desesperada. M¨®nica comparte una foto en la que se ve un grupo de ancianos tras una pancarta frente al consulado en Vigo: ¡°Pensionados abandonados. Venezuela no cumple convenio. Espa?a se desentiende. ?Qui¨¦n nos ampara?¡±. En un lado est¨¢ su padre con una gorra de Venezuela y una bandera de Espa?a. Esteban Janeiro ten¨ªa el juicio el 12 de diciembre del a?o pasado. Falleci¨® el 10 de octubre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.