Ajustado triunfo colorado en las presidenciales de Paraguay
Mario Abdo supera al liberal Efra¨ªn Alegre por menos de cuatro puntos, la ventaja colorada m¨¢s ajustada desde 1993
El Partido Colorado, amo y se?or de la pol¨ªtica paraguaya durante los ¨²ltimos 70 a?os, ha sufrido m¨¢s de lo que esperaba. Su candidato, Mario Abdo Ben¨ªtez, esper¨® durante horas el final del recuento de votos, viendo como su oponente, el liberal Efra¨ªn Alegre, se le acercaba d¨¦cima a d¨¦cima, hasta quedar a menos de cuatro puntos de distancia. El conteo fue una pesadilla para los cientos de colorados que se acercaron a la sede del partido en el centro de Asunci¨®n. Llegaron convencidos de que obtendr¨ªan m¨¢s de 20 puntos de ventaja, como vaticinaban las encuestas. Con 50% escrutrado y m¨¢s de 10 puntos por encima de Alegre, celebraron. Pero pronto la euforia fue preocupaci¨®n y los colorados debieron esperar hasta el final. La cuenta termin¨® a favor de Abdo, con un 46,46% de los votos, contra el 42,73% de Alegre, equivalentes a 94.000 sufragios. El triunfo colorado por 3,73 puntos de ventaja fue el m¨¢s ajustado desde 1993.
Alegre, l¨ªder del tradicional Partido Liberal Radical Aut¨¦ntico (PLRA), estuvo cerca de alcanzar el milagro. Debi¨® su estrella a la reedici¨®n de la alianza con Fernando Lugo, la misma que en 2008 convirti¨® al exobispo en el primer no colorado en ganar una elecci¨®n en siete dec¨¢das. Estuvo cerca, pero el arrastre de los votos de la alianza de izquierda que lidera Lugo, el Frente Guaz¨², no fue suficiente. Para los colorados, pese al resultado final, la victoria se sabore¨® como una derrota. La diferencia de menos de cuatro puntos tendr¨¢ efectos pol¨ªticos inmediatos. "Se?ala la necesidad fundamental de un di¨¢logo politico en procura de gobernabilidad, mas a¨²n cuando tenemos desafi¨ªos muy urgentes, como reducir la pobreza, elevar la calidad del gasto social y fortalecer las instituciones", dice el polit¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Costa en un an¨¢lisis r¨¢pido del nuevo escenario .
Los colorados sufrieron, en parte por las divisiones internas, que impidieron que la campa?a los encontrara s¨®lidos tras el candidato. Pero finalmente celebraron. El Tribiunal Supremos de Justicia Electoral detuvo el conteo en el 96%, cuando consider¨® que la diferencia ya era irreversible a favor de Abdo. "Tenemos una diferencia marcada a favor de uno de los candidatos y seg¨ªn nuestros estudios es irreversible. Mario Abdo Ben¨ªtez es el nuevo presidente de Paraguay", dijo con solemnidad el titular del Tribunal, Jaime Bertar. Los colorados estallaron entonces en gritos de euforia, alimentados por horas de espera y el temor a perderlo todo.
La fiesta fue inmediata. Frente al escenario montado en la calle los colorados celebraron. "Se siente, se siente, Marito presidente", gritaron entre bombas de estruendo. Era el momento de recibir a Marito, que ya estaba en la sede partidaria desde temprano, siguiendo el conteo desde una oficina en compa?¨ªa de sus asesores. "Tuvimos un camino complicado porque enfrentamos a una alianza leg¨ªtima de todos unidos contra los colorados. Hemos construido un proyecto? decente y el pueblo vot¨® por la unidad y no por la divisi¨®n del Paraguay. Ser¨¦ un factor de unidad", prometi¨® Abdo en su discurso.
De sangre stronista
Los paraguayos eligieron al sucesor del colorado Horacio Cartes, un poderoso empresario tabacalero. Y lo hicieron por un pura sangre, hijo del secretario privado deAlfredo Stroessner (1954-1989). Abdo, de 46 a?os, ten¨ªa 16 a?os cuando muri¨® el dictador, y se declara a favor de las "cosas buenas de aquella ¨¦poca" pero contrario al terrorismo de Estado. Hoy actu¨® como ganador desde el inicio de la jornada.
?A las 6 de la ma?ana recibi¨® a la prensa en su casa de las afueras de Asunci¨®n. Bajo una enorme carpa, recorri¨® el parque de su residencia con un mate en la mano, la bebida nacional de los paraguayos, y prometi¨® un Gobierno basado en el di¨¢logo y la reconciliaci¨®n. Luego vot¨® en una escuela cercana entre el acoso de la prensa y cerr¨® la ma?ana con una visita a la tumba de su padre, ubicada junto a la b¨®veda de la familia Stroessner en el cementerio de Recoleta de la capital. Todo a tiempo, veloz, sincronizado, evidencia de que el Partido Colorado cuando se lo propone es una m¨¢quina electoral aceitada y eficiente.
?Alegre, en tanto, vot¨® temprano y recorri¨® escuelas en Asunci¨®n. Tambi¨¦n habl¨® con los periodistas, pero se mantuvo dentro de los lugares comunes. "Hoy es el gran d¨ªa, hoy vamos a hacer historia, hoy va a ganar el Paraguay", dijo en una rueda de prensa en su puesto de campa?a. Algo m¨¢s all¨¢ fue su aliado Lugo, quien a media tarde, sin resultados oficiales, critic¨® el esp¨ªritu triunfalista de los colorados. "La vez anterior hicieron el mismo libreto, a las 17 hs se daban el triunfo y despu¨¦s gan¨® la Alianza", dijo, rememorando aquel acuerdo pol¨ªtico con los liberales. El exobispo pidi¨® confiar en el voto joven, "que va a renovar nuestra democracia". El resultado estuvo cerca de darle la raz¨®n.
El voto joven
Unos 100.000 j¨®venes votaron por primera vez en Paraguay, una cifra que no alcanza para dar vuelta una elecci¨®n, pero relevante si se trata de actualizar la relaci¨®n de los partidos tradicionales con la sociedad. Mat¨ªas tiene 19 a?os y estren¨® su voto en la escuela Rep¨²blica de Chile, en las afueras de Asunci¨®n. Eligi¨® a Alegre, porque "algo tiene que cambiar". "No me gusta la cantidad de pobreza que existe, la mala distribuci¨®n, espero que con un poco de izquierdismo cambie", dice.
Alejandro, un estudiante de econom¨ªa de 21 a?os, opt¨® en cambio por una tercera opci¨®n, Juan Yba?ez, un excaudillo colorado que ahora fue como independiente por el Partido Verde. "Los partidos tradicionales en Paraguay ya gastaron todo lo que pudieron y votar¨¦ por alquien que est¨¦ afuera de la pol¨ªtica. S¨¦ que va a perder, pero hay que romper con el bipartidismo", explica. Las esperanzas de Alejandro no se cumplieron, porque el bipartidismo goza de buena salud en Paraguay, si se miran los resultados: entre colorados y liberales se llevaron m¨¢s del 90% de los votos.
?La jornada fue, con todo, un d¨ªa celebrado por los paraguayos. La de hoy fue la s¨¦ptima elecci¨®n consecutiva que realiza el pa¨ªs sudamericnao desde el regreso a la democracia. Y pese a las rivalidades pol¨ªticas, fue tambi¨¦n la m¨¢s pac¨ªfica. Paraguay tiene una vieja tradici¨®n de sucesiones violentas, la mayor¨ªa de las veces de palacio. El final de Lugo fue un buen ejemplo, con revueltas campesinas que dejaron 17 muertos y una destituci¨®n parlamentaria en tiempo r¨¦cord. Hace un a?o, partidarios contrarios los intentos de reelecci¨®n de Cartesincendiaron parte del Congreso. Hoy, las escuelas estuvieron llenas de votantes, sin incidentes, en una ciudad que mostr¨® un aire de domingo
Marito en el cementerio
Mario "Marito" Abdo Ben¨ªtez lleg¨® con su esposa e hijos al cementerio de la Recoleta de Asunci¨®n justo despu¨¦s de votar. Caminaron por el pasillo repleto de tumbas, acompa?ados por una nube de c¨¢maras y flashes. Vestida de blanco y sin hablar, la familia entr¨® al suntuoso pante¨®n de m¨¢rmol y granito construido por su padre, Mario Abdo, secretario privado del dictador Alfredo Stroessner durante m¨¢s de 30 a?os. Eran las 8 de la ma?ana.
Cuatro guardaespaldas cuidaban de la puerta mientras la familia honraba a uno de los hombres fuertes de la dictadura m¨¢s larga de Sudam¨¦rica: 35 a?os, entre 1954-1989.
Adentro, a la luz de dos velas, la familia permaneci¨® rodeada de los siete ata¨²des que se conservan en el mausoleo. El de Mario Abdo padre, miembro del llamado "Cuatrinomio de Oro" de la dictadura, los cuatro hombres m¨¢s poderosos del r¨¦gimen despu¨¦s de Stroessner, estaba cubierto hoy por una bandera colorada y por una bandera paraguaya.
Afuera, entre las c¨¢maras de medios locales, esperaba un s¨¦quito de colaboradores muy cercanos a Marito hablando en guaran¨ª, vestidos con corbatas y camisetas coloradas.
El pante¨®n de la familia Abdo Ben¨ªtez est¨¢ junto al que deb¨ªa albergar los restos de Stroessner y su familia. Pero el exilio imprevisto del dictador, al ser destituido por un golpe militar en 1989, hizo fracasar sus planes de yacer en uno de los barrios m¨¢s se?oriales de Asunci¨®n. Ahora, el pante¨®n, que tiene tres plantas subterr¨¢neas, est¨¢ abandonado. Lo que tambi¨¦n frustr¨® los planes del padre de Mario Abdo de reposar al lado del dictador.
La ceremonia del joven Abdo dur¨® s¨®lo dos minutos. Luego, en silencio, sali¨® junto a su familia del cementerio.
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