Risas y palomitas para la tragicomedia mexicana
Los organizadores se congratulan de un formato din¨¢mico que se alej¨® del tedio de otros debates
Antes del inicio del debate los organizadores tem¨ªan ante todo, el bostezo. El ejemplo de aburrimiento tom¨® forma el pasado jueves en el debate de los aspirantes a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico. ¡°?Qu¨¦ horror!¡±, dec¨ªa una empleada del INE mientras supervisaba los ¨²ltimos detalles del escenario en el Palacio de Miner¨ªa, en el coraz¨®n de la capital mexicana. Dos horas despu¨¦s, hacia las diez de la noche, el sentimiento era que los candidatos hab¨ªan dado espect¨¢culo alej¨¢ndose del tedio que generaban los formatos de los debates en las presidenciales mexicanas.
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador fue el ¨²ltimo candidato en llegar a Miner¨ªa. Baj¨® de su autom¨®vil y entr¨® por un gran port¨®n de este edificio de finales del siglo XVIII. Segundos despu¨¦s, el cielo descarg¨® con rabia litros de agua y en los patios del edificio comenzaron a tronar los rayos de una tormenta imprevista. ¡°Nosotros cont¨¢bamos con que no iba a llover¡±, dijo con una sonrisa una de las organizadoras del debate. El gesto reflejaba con sorna que el azar se apoderaba en ese momento de un evento planeado con cautela y hasta el m¨ªnimo detalle desde hace meses. Siempre, sin embargo, hay espacio para la improvisaci¨®n. Una de las moderadoras de la noche dej¨® una de sus prendas en su casa. Una asistente de producci¨®n tuvo que prestarle su ropa para completar el vestuario.
El Instituto Nacional Electoral, el organizador del debate, eligi¨® un color morado para decorar la fachada de Miner¨ªa. La tonalidad recordaba a la misma que utiliz¨® Jaime Rodr¨ªguez Calder¨®n, El Bronco, como identidad de su breve Gobierno de 800 d¨ªas en el Estado de Nuevo Le¨®n. La coincidencia se hizo premonitoria cuando el candidato desat¨® las primeras risas en gran patio acondicionado para los invitados, llamado de la Autonom¨ªa. Un centenar de pol¨ªticos y las autoridades electorales atestiguaron el primer encuentro de los candidatos rodeados de mesas con bebidas y alimentos como frutos secos, palomitas y verduras ralladas.
Los primeros minutos del debate fueron tensos. En el sal¨®n de invitados hab¨ªa un atronador silencio que permit¨ªa o¨ªr la vibraci¨®n de los tel¨¦fonos m¨®viles de los pol¨ªticos presentes. Los consejeros electorales estaban nerviosos porque no sab¨ªan c¨®mo iba a funcionar el formato del debate, que iba a ser probado por primera vez en el pa¨ªs y que permit¨ªa a los periodistas re preguntar y ceder la palabra a otros aspirantes para hacer m¨¢s ¨¢gil la contienda.
Los golpes de efecto del Bronco al mostrar una bala de uno de los atentados que sufri¨® y al mostrar su n¨²mero de WhatsApp para recibir propuestas fueron imprimiendo ritmo al encuentro. Los presentes en el patio de la Autonom¨ªa se re¨ªan con los memes recibidos en sus tel¨¦fonos minutos despu¨¦s de o¨ªr una de las propuestas m¨¢s descabelladas del exgobernador de Nuevo Le¨®n: cortar la mano a los que roban. El pol¨¦mico pol¨ªtico fue preparado para el debate por el publicista Memo Renter¨ªa, de acuerdo con Javier Pro, su representante ante el INE.
El m¨¢s previsible fue Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Fue el ¨²nico de los cuatro candidatos que no acudi¨® a los ensayos de Miner¨ªa. Fue por eso que le cost¨® adaptarse a la din¨¢mica en los primeros minutos del encuentro y a quien casi siempre se le vio distra¨ªdo cuando no era su turno al micr¨®fono en una de las siete c¨¢maras frente a s¨ª y a espaldas de los moderadores.
El viernes, durante uno de los ensayos, un asesor del INE interpret¨® al candidato de Morena en el podio cuatro. Luis Miguel Carriedo atin¨®, casi palabra por palabra, una de las frases preferidas del tres veces candidato presidencial en el tema de combate a la corrupci¨®n. ¡°Vamos a limpiar el Gobierno de arriba hacia abajo, como se barren las escaleras¡±. La frase son¨® id¨¦ntica en boca de L¨®pez Obrador 48 horas despu¨¦s.
Los ataques contra el aspirante de Morena marcaron el primer debate presidencial. ¡°Todos est¨¢n aqu¨ª ech¨¢ndome mont¨®n¡±, dijo Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador en un momento, provocando sonoras carcajadas en el sal¨®n de invitados, donde hab¨ªa algunos simpatizantes suyos, como Horacio Duarte, su defensor ante la autoridad electoral. Tres de los cuatro hijos del Peje vieron el encuentro desde un camerino en el segundo piso del edificio.
El humor que L¨®pez Obrador us¨® como t¨¢ctica defensiva sac¨® risas hasta a los adustos elementos del Estado Mayor Presidencial, un cuerpo de seguridad de ¨¦lite. Sobre todo en el momento en que el candidato de Juntos Haremos Historia dijo a Meade que le regalar¨¢ los tres departamentos que supuestamente ocult¨® en su declaraci¨®n patrimonial.
Otros ataques, en cambio, tensaron el ambiente entre los invitados. Uno de esos momentos fue cuando Ricardo Anaya, de Por M¨¦xico al Frente, mostr¨® una fotograf¨ªa del candidato del PRI, Jos¨¦ Antonio Meade, compartiendo una tarta con el exgobernador de Chihuahua, C¨¦sar Duarte, pr¨®fugo de la justicia. ¡°?De qu¨¦ tama?o fue la rebanada de pastel que te toc¨®?¡±, pregunt¨® Anaya a su rival. La inc¨®moda pregunta flot¨® en el ambiente por segundos porque Meade ya no pudo responder. Se qued¨® sin tiempo para su r¨¦plica.
¡°C¨®mo se est¨¢n pegando¡¡±, coment¨® entonces el consejero presidente del INE Lorenzo C¨®rdova al director de la polic¨ªa, Hiram Almeida, que com¨ªa zanahorias ralladas entretenido con el espect¨¢culo. Hacia el tercer bloque, C¨®rdova se relaj¨® y se quit¨® el saco del traje. Sab¨ªa que el evento hab¨ªa sido un ¨¦xito alej¨¢ndose de los encuentros acartonados. ¡°Felicidades, rompieron los moldes¡±, dijo a los moderadores al final de la noche.?
L¨®pez Obrador abandon¨® el panel sin despedirse de sus contrincantes y dejando fr¨ªos a muchos de los que estaban en el plat¨®. Completamente solo subi¨® las escaleras del Palacio de Miner¨ªa y se enfil¨® a su camerino. Un par de metros abajo, la sala de invitados lo vio caminar como si flotara y saludar discretamente a las personas que lo aplaudieron. El Peje rompi¨® el silencio con una sonora palmada a su esposa, Beatriz Guti¨¦rrez M¨¹ller, quien lo recibi¨® en la puerta del camerino. Misi¨®n cumplida. El candidato hab¨ªa sobrevivido 120 minutos de ataques.
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