Tres diarios venezolanos, en la mira de Diosdado Cabello

El fallo del Tribunal del Segundo Circuito de Apelaciones de Estados Unidos en favor del peri¨®dico estadounidense The Wall Street Journal, luego de la demanda por difamaci¨®n interpuesta por el dirigente chavista Diosdado Cabello, presenta un parad¨®jico contrapunto: el de los medios de comunicaci¨®n venezolanos que, desprovistos de la interpretaci¨®n comprensiva de alguna instancia judicial, cursan hoy un laber¨ªntico y riesgoso proceso judicial por razones similares.

The Wall Street Journal hab¨ªa publicado un art¨ªculo en 2015 en el cual hace se?alamientos en torno a presuntos v¨ªnculos de Cabello con el narcotr¨¢fico. Los diarios El Nacional, Tal Cual?¡ªque hoy subsisten ¨²nicamente en sus versiones digitales¡ª, y el portal LaPatilla.com, enfrentan una demanda civil y otra penal, en el cual podr¨ªan estar contemplados el pago de onerosas indemnizaciones, e incluso la prisi¨®n, por reproducir una informaci¨®n parecida publicada por el diario espa?ol ABC. Los miembros de las juntas directivas de las tres empresas ¡ªcuatro de Tal Cual, seis de La Patilla y 18 de El Nacional¡ª?est¨¢n bajo r¨¦gimen de presentaci¨®n peri¨®dica ante los tribunales y con prohibici¨®n de salida del pa¨ªs.

Fundado el 1942 por el escritor Miguel Otero Silva, el diario El Nacional, es uno de los peri¨®dicos de mayor tradici¨®n editorial e impacto referencial del pa¨ªs. Su director, Miguel Henrique Otero, hijo de Otero Silva, est¨¢ hoy en el exilio. Tal Cual es un tabloide fundado en el 2000, en los albores de la era bolivariana, por el pol¨ªtico y escritor venezolano Teodoro Petkoff, Premio Ortega y Gasset, exl¨ªder guerrillero en los a?os 60, devenido en editor, y conocido por su postura frontal frente al proyecto chavista. Las medidas judiciales adjudicadas a Tal Cual lo incluyen a ¨¦l, y apenas ahora le ha sido sobrese¨ªda su causa, en virtud de su salud y su avanzada edad. La Patilla, el portal digital de mayor lector¨ªa en el pa¨ªs, fue fundado por Alberto Federico Ravell, otro conocido periodista c¨¦lebre por su oposici¨®n tenaz al chavismo, que lo dirige desde Colombia.

¡°En los Estados Unidos, la difamaci¨®n no es considerada una ofensa criminal¡±, comenta Humberto Mendoza D'Paola, abogado de Tal Cual, quien teme por el desenlace de cada uno de los juicios, en particular porque el nuevo juez que conoce el caso ¡°no nos ha concedido nada; parece que estuviera mandado contra nosotros¡±.

¡°Mientras eso pasa en los Estados Unidos, Cabello ejerce directamente su poder sobre los jueces en Venezuela, que no tienen la menor autonom¨ªa, que son provisionales, como es el caso de los dos que han conocido la causa, que son controlados por su partido y su persona¡±, afirma Manuel Puyana, director de la junta directiva de Tal Cual.

Antes de la segunda demanda de Cabello, de abril de 2015, Tal Cual ya cursaba una querella judicial con el dirigente, considerado el n¨²mero dos del r¨¦gimen bolivariano, cuya Junta de Directiva tuvo que responder por los contenidos de un art¨ªculo de opini¨®n en el cual el activista opositor Carlos Genatios acusara a Cabello de emitir unos juicios que luego no pudo demostrar, y que causaron la c¨®lera de ¨¦ste.

¡°El Wall Street Journal lo que hace es profundizar los planteamientos que hace ABC, y se afinca en indagaciones que son oficiales¡±, agrega Puyana, qui¨¦n recuerda que lo ¨²nico que hizo Tal Cual es recoger la informaci¨®n generada, y para qui¨¦n no deja de ser curioso como el dirigente tuvo que haber gastado una enorme suma de dinero litigando en un juicio que dur¨® dos a?os en los Estados Unidos, y que luego perdi¨®. Los gastos por pago de honorarios, de acuerdo a fuentes consultadas, podr¨ªan superar los 500.000 d¨®lares

En varios oportunidades, Diosdado Cabello ha negado y ridiculizado las acusaciones en las cuales quedan insinuados sus v¨ªnculos con actividades ilegales, o la existencia de cuentas secretas en otras naciones, y ha retado a sus denunciantes a que lo demuestren. De acuerdo a su interpretaci¨®n, se trata de conspiraciones urdidas por laboratorios de ¡±la derecha internacional¡± para perjudicarlo.