¡°Daniel Ortega es una fiera herida¡±
La destacada defensora de los derechos humanos analiza la violencia en Nicaragua y la represi¨®n desatada por el presidente contra las protestas de estudiantes
Han sido d¨ªas aciagos para Vilma N¨²?ez, defensora de los derechos humanos en Nicaragua. N¨²?ez (Chontales, 1938) es la presidente del Centro Nicarag¨¹ense de Derechos Humanos (CENIDH), la organizaci¨®n de su ramo m¨¢s reconocida de este pa¨ªs centroamericano, que se ha visto desbordada frente a la violencia y la represi¨®n desatada por el presidente Daniel Ortega contra las protestas estudiantiles, que han dejado al menos 46 muertos.
Hasta la sede del CENIDH llegan, desde el inicio de las manifestaciones, familiares desesperados por la desaparici¨®n de sus hijos. Otros que denuncian el asesinato de los suyos y piden acompa?amiento en su b¨²squeda de justicia.
Para esta incansable defensora de los derechos humanos la cr¨ªtica situaci¨®n que atraviesa Nicaragua le recuerda la dictadura somocista, cuando el dictador atacaba cualquier desaf¨ªo o rebeli¨®n en su contra. Ella es superviviente de una de las masacres perpetradas por el somocismo contra estudiantes en 1959, y casi sesenta a?os despu¨¦s, le toca determinar la gravedad de la tragedia que enluta a su pa¨ªs.
Aunque asegura que hay un ¡°antes y un despu¨¦s¡± para el presidente Ortega despu¨¦s de tres semanas de manifestaciones que exigen el fin del r¨¦gimen, N¨²?ez tambi¨¦n afirma que el mandatario sandinista no dejar¨¢ tan f¨¢cilmente el poder. Ortega es una ¡°fiera herida¡±, dice, y por lo tanto ¡°muy peligrosa¡±.
N¨²?ez atiende a EL PA?S en su oficina en la sede del CENIDH, en Managua, en una entrevista que debe ser interrumpida en varias ocasiones, porque la defensora de derechos humanos recibe constantemente llamadas que le solicitan informaci¨®n sobre las cifras de muertos o porque sus asistentes les presentan informes de ¨²ltimo minuto sobre nuevos casos de asesinados. Ella, minuciosamente, lo revista todo. A sus 80 a?os esta mujer no para en su trabajo para que haya justicia en Nicaragua.
Pregunta. Han sido confirmados, al menos, 46 muertos, pero han pasado tres semanas desde la denuncia de represi¨®n en Nicaragua. ?Por qu¨¦ ha sido tan dif¨ªcil determinar la cantidad de fallecidos?
Respuesta. Ha sido muy dif¨ªcil por el contexto actual de Nicaragua, que incluye la falta de seguridad par moverse, el miedo que tienen muchas familias para denunciar o aceptar incluso la visita de gente que ellos no conocen, porque aqu¨ª se han vivido cosas terribles, como gente que se tuvo que encerrar con sus muertos la noche que los mataron, porque sus casas estaban rodeadas de turbas sandinistas.
P. La Fiscal¨ªa de Nicaragua abri¨® una investigaci¨®n para esclarecer lo sucedido. ?Qu¨¦ garant¨ªas de imparcialidad puede tener esa investigaci¨®n?
R.?La Fiscal¨ªa es una instituci¨®n que ha perdido credibilidad, que est¨¢ dirigida por una expolic¨ªa, Ana Julia Guido, una persona completamente afin y militante activa del Frente Sandinista. La Fiscal¨ªa no tiene independencia. Tampoco podemos esperar nada de un Poder Judicial que no tiene independencia. Fue absolutamente grotesco ver a Alba Luz Ramos, presidenta de la Corte Suprema de Justicia, al lado del presidente Daniel Ortega el d¨ªa de la manifestaci¨®n a favor del Gobierno.
P. Hay denuncias de j¨®venes gravemente heridos que est¨¢n en los hospitales y no han sido identificados, as¨ª como cuerpos sin identificar en las morgues. ?Qu¨¦ evidencias tienen ustedes de estas informaciones?
R. Nos han dicho que hay 21 cad¨¢veres sin identificar en al menos dos hospitales. Pero no podemos afirmar que hemos confirmado la existencia de esos cuerpos en ninguna de esas morgues. Pero es una cosa que, lamentablemente, no se puede descartar. De las 47 personas que nosotros reportamos como desaparecidas, dos aparecieron en la morgue del Instituto de Medicina Legal. ?Por qu¨¦ esperaron tanto tiempo para confirmar que ten¨ªan cad¨¢veres con impactos de bala?
P. ?Est¨¢n ocultando las autoridades de los hospitales p¨²blicos informaci¨®n sobre los muertos y heridos?
R. Est¨¢n siendo presionadas para que oculten informaci¨®n. Nosotros hemos querido comprobar la existencia de j¨®venes que todav¨ªa est¨¢n en cuidados intensivos, saber cu¨¢ntos heridos hay todav¨ªa en los hospitales, pero no hemos podido.
P. ?Con qu¨¦ fin estar¨ªan ocultado esta informaci¨®n?
R. Para bajar la magnitud de esta tragedia, la gravedad de la situaci¨®n.
P. Es el episodio m¨¢s sangriento en la historia reciente de Nicaragua. ?Qu¨¦ impacto cree que tendr¨¢ sobre el Gobierno del presidente Ortega?
R. No puede haber borr¨®n y cuenta nueva. Hay un antes y un despu¨¦s. La gente ya perdi¨® el miedo, los estudiantes se lanzaron a las calles y hay que reivindicar a los estudiantes. Ha quedado en evidencia que el presidente Daniel Ortega no tiene el respaldo que proyecta tener. O lo perdi¨® o nunca lo ha tenido.
P. ?Estar¨ªa dispuesto Ortega a dejar el poder ante la presi¨®n popular?
R. Daniel Ortega no est¨¢ dispuesto a dejar el poder. Una fiera herida es muy peligrosa.
P. Usted sufri¨® la dictadura somocista. ?C¨®mo ha vivido estos d¨ªas la violencia en Nicaragua?
R. Yo ya ven¨ªa calibrando el nivel de descomposici¨®n al que esta gente hab¨ªa llegado, pero nunca pens¨¦ que fueran capaces de querer seguir gobernando sobre cad¨¢veres. Daniel Ortega hubiera parado esta situaci¨®n el primer d¨ªa, cuando se registraron los primeros tres muertos, pero ¨¦l m¨¢s bien ha propiciado (la violencia) y la ha impulsado. Estamos frente a unas personas que no tienen comparaci¨®n.
P. ?Es Ortega un nuevo Somoza?
R. Lamentablemente en estas circunstancias es peor que Somoza.
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