Los mercados acorralan a Macri
La ayuda del FMI devuelve el fantasma de los recortes y pone en guardia a la oposici¨®n peronista
Mauricio Macri y Mariano Rajoy no solo son buenos amigos. Presumen de haber vivido situaciones econ¨®micas similares. Hace menos de un mes, cuando se vieron en Buenos Aires, estaban convencidos de que ambos saldr¨ªan igual de airosos de sus crisis. Pero mientras Rajoy logr¨® esquivar el rescate que habr¨ªa marcado su final pol¨ªtico, Macri no ha podido evitar pedir ayuda al FMI. El presidente argentino llevaba dos a?os y medio prometiendo que nunca lo har¨ªa. Como Rajoy, sab¨ªa que esa decisi¨®n era dur¨ªsima, tal vez definitiva.
Macri conservaba hasta el momento de anunciar la decisi¨®n una fortaleza pol¨ªtica importante: tiene a la oposici¨®n dividida y viene de un gran ¨¦xito electoral, pero es dif¨ªcil calcular las enormes consecuencias pol¨ªticas de recurrir al FMI, un aut¨¦ntico anatema en un pa¨ªs en el que este organismo es sin¨®nimo de la pol¨ªtica de ajuste de los 90 que termin¨® en la crisis de 2001. La pobreza se dispar¨® por encima del 50%, los ciudadanos perdieron sus ahorros en el corralito y el peso se devalu¨® un 400% en pocas semanas. Nadie lo ha olvidado. El 67% de los argentinos tiene una imagen negativa del FMI, un r¨¦cord total en la regi¨®n.
El anuncio de intervenci¨®n r¨¢pidamente fren¨® la voracidad de los mercados, y sin duda resolver¨¢ al menos a corto plazo la situaci¨®n econ¨®mica, pero son imprevisibles las consecuencias pol¨ªticas para un presidente que lleg¨® con la promesa de resolver la crisis econ¨®mica y dos a?os y medios despu¨¦s saca la bandera blanca y pide ayuda a Christine Lagarde, directora del FMI, precisamente cuando Argentina es anfitri¨®n del G-20, algo in¨¦dito.
Macri lleva meses tratando de evitar el ajuste duro que le ped¨ªan los mercados, insist¨ªa en que no tiene margen pol¨ªtico, econ¨®mico ni social para hacerlo, pero la llegada de esta ayuda del FMI devuelve el fantasma de los recortes y pone en guardia a la oposici¨®n peronista, preparada para machacar al presidente ante cualquier s¨ªntoma de debilidad.
Los mercados, que recibieron a Macri con enorme entusiasmo en 2015 y devolvieron a Argentina el cr¨¦dito internacional que hab¨ªa perdido con los Kirchner, est¨¢n matando ahora al presidente argentino. Lagarde viaj¨® hace poco m¨¢s de un mes a Buenos Aires y trat¨® de alejar el fantasma: "no he venido aqu¨ª a negociar ninguna ayuda financiera", dijo con una enorme sonrisa. Pero en privado las conversaciones entre el FMI y Argentina no eran tan optimistas. Hab¨ªa preocupaci¨®n hace meses. La llegada de Donald Trump y la subida de tipos de inter¨¦s en EE UU ha afectado a todos los pa¨ªses emergentes. Pero Argentina, el que ten¨ªa la econom¨ªa m¨¢s desajustada de todas ¨Cnadie sufre una inflaci¨®n del 25% entre los pa¨ªses del G-20¨C ha sido el primero en caer. Los argentinos est¨¢n muy preparados para las crisis y nadie parece especialmente inquieto. Pero tambi¨¦n est¨¢n muy acostumbrados a devorar presidentes no peronistas. Macri parec¨ªa ser el hombre adecuado para romper ese maleficio. Ahora lo tiene bastante m¨¢s dif¨ªcil, pero nada es imposible en el pa¨ªs m¨¢s imprevisible del G-20.
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