La negociaci¨®n del TLC se acerca a la fecha l¨ªmite con los grandes frentes abiertos

Estados Unidos, M¨¦xico y Canad¨¢ encaran la recta final de la negociaci¨®n para reformar el Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC o Nafta, en sus siglas en ingl¨¦s) con pocas certezas y todos los grandes escollos por superar.?Lleg¨® el te¨®rico d¨ªa D, marcado en rojo en el calendario de Ildefonso Guajardo, y se march¨® con m¨¢s pena que gloria. El titular de Econom¨ªa mexicano hab¨ªa dicho que entre el jueves y el viernes habr¨ªa certeza sobre si el acuerdo era o no posible a corto plazo. Pero, terminadas las reuniones entre los tres ministros, no hubo ninguna se?al en un sentido o en otro.

A la salida del encuentro ministerial en el que trataron las reglas de origen, el tema m¨¢s importante para Washington y, por tanto, m¨¢s complejo, los mensajes siguieron la misma l¨ªnea de los ¨²ltimos d¨ªas: pocas palabras del representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer; optimismo de la canciller canadiense Chrystia Freeland e insistencia de Guajardo en la idea de que M¨¦xico no hipotecar¨¢ el futuro con un acuerdo r¨¢pido, pero no satisfactorio para sus intereses. Ni una referencia del secretario mexicano, eso s¨ª, a la fecha l¨ªmite fijada poco m¨¢s de 24 horas antes.

Las palabras de Guajardo hay que enclavarlas en el actual contexto de campa?a electoral en M¨¦xico. Al Gobierno de Enrique Pe?a Nieto (PRI) no le interesa llegar a los comicios con una ruptura del acuerdo, pero si las continuas se?ales de optimismo no se traducen en nada concreto el riesgo tambi¨¦n es la p¨¦rdida de valor de la palabra. No es la primera vez que las autoridades mexicanas dan alas al optimismo: a principios de abril, el propio titular de Econom¨ªa subray¨® que hab¨ªa un 80% de probabilidades de alcanzar un acuerdo ¡°en las pr¨®ximas semanas¡±. Pero un mes despu¨¦s, las conversaciones, ya contrarreloj, siguen sin dar r¨¦ditos concretos.

La en¨¦sima ronda de conversaciones termin¨® este viernes en Washington sin lograr ning¨²n acuerdo y acerc¨¢ndose cada vez m¨¢s a la fecha l¨ªmite para que el Congreso estadounidense pueda bendecir un nuevo marco, el pr¨®ximo 17 de mayo. La alternativa ser¨ªa aplazarlo hasta despu¨¦s de las elecciones legislativas de noviembre y, por tanto, tambi¨¦n pasadas las presidenciales mexicanas de julio. La cl¨¢usula de cese autom¨¢tico del pacto, el sistema de arbitraje y ¡ªsobre todo¡ª la industria automotriz, encarnan los principales frentes, como los encarnaban el pasado agosto, cuando comenz¨® este debate. Pero nueve meses despu¨¦s, lo ¨²nico que ha alumbrado este proceso es confusi¨®n.

¡°Estados Unidos est¨¢ listo para seguir trabajando en Nafta con el fin de lograr un avance¡±, dijo Lighthizer este viernes. "No vamos a sacrificar balance y calidad por tiempo", se?al¨® por su parte Guajardo. La canadiense, en su l¨ªnea habitual, cit¨® ¡°avances¡±, pero a?adi¨® que queda trabajo por delante. Los representantes de cada pa¨ªs quedaron en reunirse de nuevo el lunes sin dar muchas esperanzas de ¨¦xitos, pero sin dar por muerta a¨²n la negociaci¨®n.

Pero por encima de todos estos pronunciamientos, de buenas intenciones y escasos contenidos, se elev¨® la voz de Trump, que en un encuentro con empresarios de la automoci¨®n carg¨® contra el acuerdo: ¡°Veremos lo que pasa. Nunca he sido un fan del TLC, como saben. El TLC fue un acuerdo terrible", se despach¨®. No es un mensaje nuevo, pero s¨ª indica que el presidente sigue estando dispuesto a todo. Y los precedentes tampoco acompa?an: la ruptura del acuerdo nuclear iran¨ª esta semana, pese a las presiones de las potencias aliadas estadounidense, muestran que al presidente no le tiembla el pulso.

El TLC o Nafta cre¨® hace 24 a?os una zona de libre comercio en la que viven 24 millones de personas y que mueve m¨¢s de un bill¨®n de d¨®lares de negocio. Desde que era candidato a la Casa Blanca, Donald Trump prometi¨® cambiarlo de arriba abajo o liquidarlo, asegurando que hab¨ªa sido muy beneficioso para sus vecinos pero nocivo para la clase trabajadora estadounidense, pues lo consideraba culpable de la p¨¦rdida de inversiones y actividades fabriles. La amenaza de ruptura oblig¨® a Canad¨¢ y a M¨¦xico a sentarse a la mesa y a hacer equipo para enfrentar la gran amenaza proteccionista que encarna la actual Administraci¨®n estadounidense.

¡°Creo que Guajardo, y tambi¨¦n Freeland, quieren dar la impresi¨®n de que las cosas siguen avanzando para no desincentivar las conversaciones¡±, valora Luz Mar¨ªa de la Mora, ex jefa de Unidad de Negociaciones Comerciales Internacionales de M¨¦xico. ¡°Tratan de destacar la parte positiva del, destacando que puede haber algo. Pero la duda es qu¨¦ es ese algo y qui¨¦n ceder¨¢¡±.

Si los equipos negociadores logran desencallar el embrollo del sector automotor, la sensaci¨®n de todos los analistas consultados en los ¨²ltimos d¨ªas es que el resto de grandes temas ir¨ªan cayendo como fichas de domin¨® y que el acuerdo podr¨ªa ser viable. Pero el tiempo apremia. El Congreso de EE UU debe recibir al menos un documento que certifique la intenci¨®n de Trump de firmar el acuerdo el 17 de mayo como tarde para que la reforma del TLC tenga m¨¢s posibilidades de salir adelante. El motivo es que, si llega para esa fecha, los legisladores podr¨¢n utilizar una v¨ªa r¨¢pida o fast track que les permite aprobar o rechazar los acuerdos sin que el presidente los haya ratificado a¨²n. Con este sistema, el acuerdo concreto debe estar lista en 60 d¨ªas, es decir, a mediados de junio. Por si fuera poco, la pr¨®rroga de la decisi¨®n estadounidense sobre los aranceles al acero y al aluminio vence el 30 de mayo. Y el 1 de julio se celebran las elecciones presidenciales mexicanas, de donde con toda probabilidad saldr¨¢ un nuevo Gobierno que puede poner el contador a cero.