¡°Contra un M¨¦xico de un solo hombre¡±
Los historiadores Enrique Krauze y Tom¨¢s P¨¦rez Vejo dialogan sobre la cultura pol¨ªtica de Am¨¦rica Latina y los peligros del populismo ante las pr¨®ximas elecciones mexicanas
Las elecciones presidenciales de M¨¦xico del pr¨®ximo 1 de julio son calificadas un¨¢nimemente de hist¨®ricas y en pocas campa?as se habla tanto de historia como en la actual. El candidato favorito en los sondeos, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, promete una transformaci¨®n hist¨®rica si triunfa y no ha dudado en presentarse como heredero de los grandes pr¨®ceres de la naci¨®n ¨CBenito Ju¨¢rez, Francisco Madero, L¨¢zaro C¨¢rdenas-. Por su parte, el PRI y el PAN, los partidos hist¨®ricos, parecen condenados por primera vez, tambi¨¦n seg¨²n las encuestas, a un papel secundario en el destino del pa¨ªs.
Este peri¨®dico ha invitado a los historiadores Enrique Krauze y Tom¨¢s P¨¦rez Vejo a un di¨¢logo sobre el momento pol¨ªtico de M¨¦xico aprovechando la reciente publicaci¨®n de los libros El pueblo soy yo, ¨²ltima obra de Krauze, y Raza y Pol¨ªtica en Hispanoam¨¦rica, del que P¨¦rez Vejo es editor junto con Pablo Yankelevich. La conversaci¨®n tiene lugar en el hotel Villa Condesa, de la colonia Roma de Ciudad de M¨¦xico, y arranca con una reflexi¨®n sobre la genealog¨ªa del poder en Am¨¦rica Latina.
EL ADN DEL PODER
Enrique Krauze. Yo no creo en el determinismo hist¨®rico. No obstante, hay algo obviamente del pasado que gravita sobre nosotros. Hay muchas explicaciones para el poder personalizado en Iberoam¨¦rica de toda ¨ªndole y v¨¢lidas muchas de ellas: pol¨ªticas, econ¨®micas, sociales, raciales¡ Mi maestro Richard Morse crey¨® dar con el ADN de nuestra cultura pol¨ªtica, que subyace a nuestra realidad en una concepci¨®n del Estado org¨¢nico con un monarca o sus suced¨¢neos a la cabeza y en un pacto con el pueblo; y luego tuvo la intuici¨®n de que esta teor¨ªa neoescol¨¢stica se combin¨® de una manera compleja en Am¨¦rica Latina con estas figuras sacadas de las p¨¢ginas de Maquiavelo que fueron los caudillos.
?¡ª?Siguen vigentes esas ideas?
E.K. La m¨¢s importante que pervive es esta: s¨ª hay un v¨ªnculo at¨¢vico entre un sector del pueblo y la figura del poder absoluto. Es el caudillismo o son los rezagos de la monarqu¨ªa o de la mentalidad mon¨¢rquica. Pero contesto con un recuerdo de Octavio Paz. De las poqu¨ªsimas ocasiones que nos vimos en una fiesta, me llam¨® a un lado y me dijo: ¡°Enrique, conv¨¦nzase. M¨¦xico no se consolar¨¢ nunca de no haber sido una monarqu¨ªa¡±.
Tom¨¢s P¨¦rez Vejo. Yo tampoco creo en el determinismo hist¨®rico. Esa idea de que Am¨¦rica Latina fracas¨® habr¨ªa que matizarla. Depende de con qu¨¦ la comparemos. El posible fracaso tiene mucho que ver con la inestabilidad pol¨ªtica, otra de las constantes del mundo latinoamericano de los siglos XIX y XX. Frente a eso lo que sorprende es la estabilidad de los territorios americano durante los tres siglos virreinales, muy superior a la de los europeos. Por tanto, esa supuesta marca gen¨¦tica, caudillismo, inestabilidad, no se remontar¨ªa tanto en el tiempo.
E.K. La Espa?a de principios del siglo XVI, que descubre y puebla buena parte de los nuevos territorios, tuvo bases de legitimidad que verdaderamente arraigaron. Y que justamente por haber sido tan s¨®lidas tuvieron una forma de supervivencia en los siglos siguientes. Para m¨ª, la confirmaci¨®n de esto est¨¢ en el PRI y en el Porfirismo. La estructura corporativa, la forma de ver al presidente como un monarca; la forma en que este presidente era la fuente de la energ¨ªa social; c¨®mo los grupos y gremios se relacionaban no entre s¨ª, sino a partir del presidente; c¨®mo ten¨ªa una legitimidad indisputada hasta que de pronto la gente pensaba que ya era ileg¨ªtimo y entonces no hab¨ªa otra forma de resolverlo m¨¢s que mediante la insurrecci¨®n.
NACIONALISMO REVOLUCIONARIO
T.P.V. Hay un dato llamativo si uno compara los estados-naci¨®n surgidos de la misma tradici¨®n y de la misma crisis imperial. Finalmente, Espa?a y M¨¦xico nacen de la crisis de la monarqu¨ªa que cae. Por tanto, en principio tienen los mismos retos frente a ellos que son: construir un Estado basado en la voluntad popular y una identidad que no consista en ser s¨²bdito ante un monarca, sino en ser parte de la patria. Doscientos a?os despu¨¦s, ?qu¨¦ tenemos? En Espa?a, la construcci¨®n del Estado ha sido razonablemente eficaz. Tenemos un Estado capaz de garantizar los derechos de los individuos y un razonable reparto de los recursos. Sin embargo, tenemos un fracaso en el proceso de construcci¨®n nacional. En el caso mexicano el punto de partida no era mejor que en Espa?a. En M¨¦xico, en el momento de la independencia, hablaban espa?ol probablemente no m¨¢s all¨¢ del 50% o 60% de la poblaci¨®n, sin embargo, a pesar de eso logra construir una naci¨®n exitosa; es decir, los mexicanos se sienten mexicanos desde Baja California hasta Yucat¨¢n, y sin embargo su Estado es incapaz de garantizar¡
E.K. La seguridad y la vida.
T.P.V. Fracaso del Estado que hay que intentar explicarlo. Tengo la impresi¨®n de que posiblemente una de las explicaciones sea que la gran ideolog¨ªa de este continente haya sido el nacionalismo. No en el momento de las independencias, pero s¨ª posteriormente. Han interesado m¨¢s los derechos de la naci¨®n como sujeto colectivo que los derechos de los individuos, y voy a citar a un personaje que Enrique conoce muy bien porque fue su profesor, Daniel Cos¨ªo Villegas. Cuando Villegas escribe su libro sobre la Revoluci¨®n Mexicana, hace un an¨¢lisis de sus objetivos y se pregunta: ?Qu¨¦ busc¨® la Revoluci¨®n Mexicana? Busc¨® fundamentalmente la democratizaci¨®n, que hubiese elecciones democr¨¢ticas; la justicia social, es decir, un reparto de los recursos m¨¢s o menos razonable y la afirmaci¨®n nacionalista, empujada por el miedo a que M¨¦xico dejase de ser M¨¦xico. El propio Cos¨ªo Villegas, estamos en los a?os 40, no en 2018, dice: Bueno, lo ¨²nico en lo que ha tenido ¨¦xito la revoluci¨®n fue en el ¨²ltimo aspecto, en el aspecto de construir una naci¨®n. Ahora bien, eso no ha ocurrido solo en M¨¦xico. Entonces, da la impresi¨®n de que en este continente el nacionalismo goza de un extremado plus de legitimidad, y es llamativo tambi¨¦n que mientras que en el mundo europeo el nacionalismo tiende a ser patrimonio de las derechas, en el mundo latinoamericano tiende a ser patrimonio de las izquierdas.
E.K. Bueno, hay un factor central que explica el arraigo del nacionalismo mexicano y son los Estados Unidos. Es decir, la primera guerra internacional imperialista de EE UU fue contra M¨¦xico y con el bot¨ªn de m¨¢s de la mitad de su territorio. Quince a?os despu¨¦s hubo la intervenci¨®n francesa. La presencia del enemigo exterior est¨¢ inscrita en el propio himno nacional mexicano. El nacionalismo mexicano se empez¨® a forjar en el siglo XIX y luego la Revoluci¨®n Mexicana tuvo como uno de los valores esenciales el nacionalismo, pero fue un nacionalismo cultural y en esto hay que decir que M¨¦xico tuvo un profeta, en el sentido m¨¢s amplio de la palabra con una visi¨®n de M¨¦xico total alrededor de un ideal est¨¦tico, y ese fue Jos¨¦ Vasconcelos.
¡ª?Qu¨¦ importancia tiene en ese nacionalismo revolucionario como ideolog¨ªa del continente la necesidad de integrar a los desheredados, a etnias y pueblos distintos?
T.P.V. Ese elemento integrador es un aspecto sobre el que creo que los historiadores no hemos reflexionado suficiente. Tiene que ver con que las sociedades latinoamericanas en el momento de las independencias son realmente las primeras sociedades multi¨¦tnicas del mundo contempor¨¢neo. Es decir, en el momento en que se cuecen las independencias a principios del siglo XIX, las sociedades europeas son absolutamente homog¨¦neas. Esto tiene m¨¢s importancia de lo que parece cuando se intenta construir ciudadanos y no s¨²bditos a partir de una igualdad racial. Las revoluciones de independencia, y hago hincapi¨¦ en el componente de revoluci¨®n, declaran la ciudadan¨ªa universal, pero las personas siguen teniendo la marca de diferenciaci¨®n ¨¦tnica cuando salen a la calle. Lo que es llamativo es esa voluntad de incluir a todos como ciudadanos, al margen de su origen racial, desde el inicio de los procesos de construcci¨®n nacional en Am¨¦rica Latina.
LA HISTORIA, SEG?N L?PEZ OBRADOR
E.K. L¨®pez Obrador cree que la historia la hacen los h¨¦roes y para ¨¦l los mayores h¨¦roes de la historia en M¨¦xico son los de la historia oficial: Hidalgo, Ju¨¢rez, Madero y L¨¢zaro C¨¢rdenas. Ha sacado por lo pronto a Hidalgo de la ecuaci¨®n y se coloca como el candidato a ser el nuevo Ju¨¢rez, Madero y C¨¢rdenas. Esto ya no es teor¨ªa de la historia. Esto ya son francamente desvar¨ªos de la historia. Benito Ju¨¢rez pertenec¨ªa a la generaci¨®n liberal de la Reforma, no se parece exactamente a todos los otros liberales, no todos eran id¨¦nticos, pero Ju¨¢rez los acrisol¨® en un momento dado y es quien representa las leyes de reforma, la separaci¨®n de la iglesia y el Estado, las garant¨ªas individuales, la idea de la tolerancia,... No veo ninguna huella del pensamiento liberal de Ju¨¢rez en L¨®pez Obrador, y menos a¨²n veo huellas de Francisco I. Madero, que es todav¨ªa m¨¢s idealista y puro. Madero es un gobernante que respeta el federalismo, la divisi¨®n de poderes y las libertades. Madero es un dem¨®crata, liberal qu¨ªmicamente puro. Yo no creo que, por su actitud, por su temperamento, por su biograf¨ªa, L¨®pez Obrador sea un dem¨®crata y menos un liberal. En cuanto a C¨¢rdenas, hay cierto instinto popular en L¨®pez Obrador que se parece a ¨¦l, pero C¨¢rdenas era un hombre absolutamente institucional y un hombre que casi no us¨® la palabra. Para m¨ª, un rasgo fundamental del populismo es el uso de la palabra por el l¨ªder para hacer contacto magn¨¦tico con el pueblo. Entonces, C¨¢rdenas es un presidente popular, nacionalista, revolucionario, pero no populista. Una teor¨ªa heroica de la historia me parece siempre muy arriesgada porque el supuesto fundamental de esa teor¨ªa es la importancia del h¨¦roe, del l¨ªder. Francamente, yo no quiero que M¨¦xico vuelva a ser una biograf¨ªa del poder.
T.P.V. Coincido. Pocos pol¨ªticos hablan m¨¢s de historia que L¨®pez Obrador, pero tengo la impresi¨®n de que es el heredero de la historia de bronce en el peor sentido del t¨¦rmino. Cuando L¨®pez Obrador habla de Benito Ju¨¢rez, no habla de Benito Ju¨¢rez, sino de San Benito Ju¨¢rez, un h¨¦roe Inmaculado, sin defectos; lo mismo cuando lo hace de San L¨¢zaro C¨¢rdenas. Una sucesi¨®n de h¨¦roes impolutos que han hecho a M¨¦xico y en la que ¨¦l busca incluirse. Una historia en la que cuenta poco lo que le haya pasado a las personas, al pueblo de M¨¦xico. Los santos est¨¢n bien para las iglesias, pero no para una sociedad democr¨¢tica.
E.K. Un ejemplo que estudi¨¦ de muy cerca es el de Hugo Ch¨¢vez. Primero, Hugo Ch¨¢vez no ten¨ªa en el pante¨®n de la historia venezolana tantos h¨¦roes, pero ten¨ªa uno que val¨ªa por todos, que naturalmente era Bol¨ªvar. Entonces decidi¨® que la historia venezolana hab¨ªa terminado en 1830 y que luego entra en una especie de zona oscura, que dura 168 a?os, hasta que llega ¨¦l, el segundo Bol¨ªvar. Esta idea de estar leyendo la historia en funci¨®n de tu propia persona y de la glorificaci¨®n de tu propia persona, llam¨¦mosle por su nombre: es un narcisismo y un infantilismo al mismo tiempo que un abuso. Por eso dec¨ªa Val¨¦ry que la historia es una p¨®cima que algunos pueblos toman y los hace delirar. Yo dir¨ªa que algunas personas tambi¨¦n la toman y las hace delirar. No, la historia no tiene libreto.
MORENA COMO PRI AUT?NTICO
T.P.V. En realidad el PRI, como todo partido totalitario, era un partido muy complejo, en el que conviv¨ªan sectores que iban de la izquierda a la derecha. Digamos que no solo era un partido ¨²nico, sino que inclu¨ªa un poco de todo. Ahora hay en una parte de los priistas la sensaci¨®n de que el PRI fue traicionado en alg¨²n momento y abandon¨® ese componente de partido revolucionario para convertirse en un partido neoliberal. Creo que s¨ª hay un fuerte componente priista en el proyecto pol¨ªtico de L¨®pez Obrador, de vuelta a PRI aut¨¦ntico, lo que pasa es que las vueltas al pasado son vueltas al pa¨ªs de nunca jam¨¢s porque ese pasado ya no existe.
E.K. S¨ª, tienes raz¨®n.
T.P.V. A m¨ª me da la impresi¨®n de que hay un importante grupo de priistas que en el fondo no est¨¢n tan lejos de lo que piensa L¨®pez Obrador. Y que si finalmente L¨®pez Obrador gana estas elecciones va a ser sobre todo gracias al voto priista. Es decir, va a haber una especie de agrupamiento del voto en torno a uno que en el fondo consideran de los suyos y yo creo que es de los suyos. No ser¨ªa descartable incluso la posibilidad de que el PRI se reconstituyera en torno a Morena. Todo depende de los resultados que vaya a tener el PRI, pero si son muy catastr¨®ficos, la incorporaci¨®n de muchos priistas al partido de L¨®pez Obrador es el escenario m¨¢s l¨®gico.
E.K. Dos cosas sobre esto. El fundador del PRI fue Plutarco El¨ªas Calles, que no fue el general triunfador de la Revoluci¨®n Mexicana, una revoluci¨®n que dej¨® un mill¨®n de muertos. Plutarco El¨ªas Calles era un maestro de escuela, un hombre al que lo que le importaba era que M¨¦xico dejara atr¨¢s ese decenio terrible y que llevara a una reconstrucci¨®n. No olvidemos que es el hombre que crea el Banco de M¨¦xico, el Banco de Cr¨¦dito Agr¨ªcola, y que despu¨¦s del asesinato de ?lvaro Obreg¨®n, declar¨®: ¡°M¨¦xico no debe volver a ser el pa¨ªs de un hombre. M¨¦xico debe ser un pa¨ªs de instituciones¡°. Y fund¨® el PRI. El PRI nunca fue un partido de un solo hombre. Hay una sucesi¨®n de 11 presidentes cada seis a?os, sucesi¨®n pac¨ªfica, como no hubo otra en Am¨¦rica Latina. Esa estabilidad, ese orden que logr¨® el PRI, lo logr¨® porque no hab¨ªa personalismo. Aquel que se atrev¨ªa a creer que pod¨ªa ser m¨¢s fuerte que la instituci¨®n, el PRI lo castigaba. Alem¨¢n trat¨® de reelegirse. Luis Echeverr¨ªa trat¨® de reelegirse. Yo creo que Carlos Salinas trat¨® de reelegirse. Nunca fue importante el presidente por la persona del presidente, siempre fue importante por la instituci¨®n. Ahora, estamos frente a un posible retroceso porque es la vuelta al pa¨ªs de un solo hombre.
T.P.V. ?Crees posible que L¨®pez Obrador en el caso de ganar intente reelegirse?
E.K. Lo primero que va a intentar es el control del poder legislativo y del poder judicial, el acotamiento a la libertad de expresi¨®n, es decir, va a haber una concentraci¨®n de poder como no hab¨ªamos visto nunca antes. Es lo que creo y tambi¨¦n es lo que temo y a lo que me opondr¨¦. No me opondr¨¦ al ejercicio leg¨ªtimo del poder de su mandato. Todo lo que ¨¦l quiera hacer, que lo haga, siempre y cuando lo haga dentro de las instituciones, las leyes y respetando las libertades, pero en un arreglo en donde haya una centralizaci¨®n del poder legislativo, judicial, y federal inclusive, como el que estoy ahora temiendo que ocurra, entonces pienso que las libertades tendr¨¢n una dificultad igual o mayor que la que tuvieron en los tiempos del PRI. El pa¨ªs de un solo hombre lo dejamos de ser en M¨¦xico desde Porfirio D¨ªaz.
DE QU? HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE POPULISMO
T.P.V. El t¨¦rmino populismo se utiliza en muchos casos como elemento descalificador contra aquellos con quienes no estamos de acuerdo, se ha convertido un poco en el equivalente de lo que fue durante un per¨ªodo el t¨¦rmino neoliberal. No se utilizaba para definir sino para insultar. Creo que eso est¨¢ relacionado con una herencia religiosa que hace entender la vida pol¨ªtica como un enfrentamiento entre el bien y el mal, el pr¨ªncipe de la luz y el pr?ncipe de las tinieblas de la ret¨®rica cristiana, no como una competencia entre propuestas pol¨ªticas leg¨ªtimas. Considerar¨ªa que lo que define fundamentalmente a un movimiento y a un l¨ªder populista es la voluntad de dividir a la sociedad entre el pueblo y la ¨¦lite, es decir, entre una minor¨ªa depredadora y una inmensa mayor¨ªa que son los aplastados y explotados de la historia.
E.K. Lo que define para m¨ª el populismo es justamente la existencia del l¨ªder que establece a trav¨¦s de la comunicaci¨®n con micr¨®fono, Twitter, la televisi¨®n, un contacto magn¨¦tico, hipn¨®tico con un sector de la poblaci¨®n, en el marco de un r¨¦gimen democr¨¢tico. Segundo, separa, ya lo dijo muy bien Tom¨¢s, la realidad social y pol¨ªtica entre el pueblo y el no pueblo, entre la luz y las tinieblas, alimenta esa polarizaci¨®n, alienta continuamente la movilizaci¨®n, inventa enemigos externos y enemigos internos. Yo creo que lo que une a l¨ªderes como Donald Trump, Hugo Ch¨¢vez, Eva Per¨®n, Juan Domingo Per¨®n, etc., es que un sector, por cierto muchas veces minoritario, muy grande, pero minoritario, queda prendado, enamorado de este l¨ªder carism¨¢tico y vota por ¨¦l. Entonces, ¨¦l en su forma de actuar y en su actitud va minando la democracia, las instituciones, las leyes, las libertades, hasta corroerla totalmente. Para m¨ª el populismo es una forma de dominaci¨®n que cre¨ªamos extinta en el siglo XX con Per¨®n y que Ch¨¢vez resucit¨® y que de pronto estamos viendo resurgir en muchos sitios debido a resentimientos, a la crisis de la democracia representativa, a la crisis de los partidos, ll¨¢male como quieras...
¡ªTambi¨¦n hay tambi¨¦n populismo de derechas: Trump, el fujimorismo, el uribismo¡
E.K. En esta campa?a infinita que es la presidencia de Trump lo que ves es ese elemento de ¨¦xtasis y pr¨¢cticamente de redenci¨®n. Y en cuanto al car¨¢cter opuesto a la libertad, bueno, ah¨ª est¨¢ su invenci¨®n de las fake news, su guerra contra la prensa y los jueces, y adem¨¢s ha dicho que por qu¨¦ no alg¨²n d¨ªa EE UU llega a la sensata decisi¨®n de tener un poder como el China, en el que Trump pueda ser eterno.
T.P.V. No creo que Alberto Fujimori y ?lvaro Uribe deban ser incluidos en el mismo grupo; y en todo caso, al margen de lo discutible de sus pol¨ªticas, ninguno de los dos puede ser calificado de l¨ªder populista.
E.K. Son candidatos a dictadores. No son populistas. Por Fujimori, igual que por Pinochet, igual que por los generales genocidas argentinos, lo que siento es desprecio. Y si fueron populares, eso no los convierte en populistas. En cada ocasi¨®n en el siglo XX en que los pueblos han ungido, es la palabra correcta, a una persona con ese poder, el resultado es un desastre. Visit¨¦ Venezuela en 2007, 2008 y 2009 y era incre¨ªble. Era hasta conmovedora la entrega del pueblo a Ch¨¢vez. Era un amor correspondido, y yo creo que Ch¨¢vez era genuino en su deseo de repartir y de reivindicar a un pueblo olvidado, oprimido en una mayor¨ªa; pero, perd¨®n, los historiadores y los liberales somos a veces aguafiestas profesionales. Yo s¨ª ve¨ªa el despilfarro, la corrupci¨®n, la irresponsabilidad, el autoritarismo, que estaban minando esa sociedad, de lo que nadie se dio cuenta porque hab¨ªa un tsunami de d¨®lares. ?Pero saben lo que m¨¢s me dol¨ªa? Lo que m¨¢s me dol¨ªa era la pr¨¦dica de la discordia, de la descalificaci¨®n y de la calumnia desde el poder. Esto que hemos visto en las redes sociales en M¨¦xico es un juego de ni?os frente a lo que puede ser un l¨ªder ungido por la enorme mayor¨ªa que s¨ª, a veces habla del amor y la paz, pero el punto central, el mensaje de fondo es: est¨¢ el pueblo bueno y los malos. El libreto est¨¢ marcado, y es la polarizaci¨®n, la divisi¨®n, la sociedad desgarrada. Eso de verdad me preocupa.
T.P.V. No todo dictador es populista. No solo es un problema del poder que divide entre las ¨¦lites y el pueblo, sino que el populismo para mantener su estructura de poder necesita que eso se exacerbe continuamente.
E.K. Quiero traer a cuento otro l¨ªder latinoamericano que es Lula. Se dice: ?Por qu¨¦ nos asusta L¨®pez Obrador si Lula era populista tambi¨¦n? Yo creo que no era populista y les voy a explicar por qu¨¦. Dec¨ªa Jos¨¦ Sarney, expresidente de Brasil, que Lula sab¨ªa el valor de un 3%. ?Por qu¨¦? Lula hab¨ªa sido l¨ªder sindical. Cualquiera que haya lidiado con un sindicato sabe que los sindicatos negocian. Con un redentor no hay negociaci¨®n. Ch¨¢vez no sab¨ªa el valor del 3% ni Trump, a pesar de su libro The Art of the Deal lo sabe. Los l¨ªderes populistas no saben el valor de un 3%.
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