El coraz¨®n de la Revoluci¨®n abraza a L¨®pez Obrador
Cananea, el m¨ªtico lugar donde hace 112 a?os comenz¨® el movimiento insurgente, da la espalda al PRI
A las seis en punto de la tarde, a la hora que suena la sirena que marca la salida de los mineros, Armando y su prima Gisele apuran un cigarro apoyados en el coche. Desde el mirador de Cananea ya no ven a rudos hombres descender en grupo como hormigas por la calle Ju¨¢rez con el casco bajo el brazo y el cuerpo manchado de mineral. La Caba?a del T¨ªo Tom, la vieja cantina levantada hace 90 a?os para darles de beber, tambi¨¦n luce semivac¨ªa y de los 70 prost¨ªbulos que hab¨ªa en el centro, apenas sobreviven unos cuantos.
En el epicentro de la lucha obrera mexicana los mineros escuchan m¨²sica en sus aud¨ªfonos o suben charlando a los school bus amarillos donde son trasladados hasta sus veh¨ªculos. Tampoco exigen "ocho horas por cinco pesos de jornada", ni que los mexicanos cobren igual que los gringos por el mismo trabajo o que tengan derecho a ser capataces, como reclamaban hace un siglo. Sin embargo, la herida minera sigue abierta.
"Antes Cananea era puro PRI, pero ahora va a arrasar Obrador", dice Armando Iriqui, un joven de 17 a?os que votar¨¢ por primera vez el 1 de julio, en referencia a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, el l¨ªder de Morena, tres veces candidato presidencial y puntero en las encuestas. Junto a ¨¦l, Gisele Gonz¨¢lez, de 21 a?os, confirma con la cabeza el improvisado sondeo que ha levantado entre amigos y familiares, mientras contemplan el atardecer frente a la tercera mina de cobre m¨¢s grande del planeta.
"Aqu¨ª casi todos le van a Obrador. Nadie conf¨ªa en los otros partidos y dicen que si gana ¨¦l a nosotros en Cananea nos ir¨¢ mejor", resume ante un monstruo a cielo abierto que aspira a ser el primer productor del mundo de cobre que da de comer al 80% del municipio. Una muestra m¨¢s del crecimiento que L¨®pez Obrador ha tenido en los ¨²ltimos a?os en el norte del pa¨ªs, una regi¨®n tradicionalmente recelosa con el pol¨ªtico izquierdista, y que puede ser crucial en la cita del 1 de julio.
Ubicada en el Estado de Sonora, en la frontera con Estados Unidos, a 2.000 kil¨®metros de la capital, pronunciar Cananea en el resto de M¨¦xico es se?alar una p¨¢gina de los libros de texto. Es la Bastilla parisina o el palacio de invierno de San Petersburgo. Una ciudad de 35.000 habitantes fundada en 1901 al calor de la mina, pero que cinco a?os despu¨¦s vivi¨® su brumario cuando en 1906 un grupo de mineros se declar¨® en huelga contra los patrones estadounidenses para exigir el mismo salario que los mineros norteamericanos.
Aquellas demandas y la represi¨®n posterior, unidas a las ideas libertarias de los hermanos Flores Mag¨®n que corr¨ªan de boca en boca por los centros obreros, prendieron una mecha que es considerada el inicio del movimiento revolucionario que termin¨® con Porfirio D¨ªaz y cambi¨® el rumbo de M¨¦xico.
Por aquel entonces, la mina empleaba a 7.000 trabajadores dominados por una ¨¦lite para quienes construyeron el primer campo de golf, el primer boliche y algunos de los primeros cines de M¨¦xico. El lujo era tal que en 1901 hab¨ªa tel¨¦fono en Cananea mientras los obreros viv¨ªan en condiciones de indigencia. "No es que queramos vivir en la opulencia pero s¨ª al menos recuperar la dignidad perdida", resumen los dos primos.
Entre 1901 y 1926 la Cananea Consolidated Copper Company fue una m¨¢quina de hacer dinero en Wall Street. Su propietario, William Cornell, se divid¨ªa entre Nueva York y Cananea donde ten¨ªa su casa, una vivienda de siete chimeneas, con vitrales de Tiffany¡¯s y dos madro?os en la puerta que a¨²n perduran, desde la que pod¨ªa ver sus dos grandes amores: Estados Unidos y la mina que lo hizo millonario.
Con el triunfo de la Revoluci¨®n y la creaci¨®n de poderosos sindicatos al amparo del PRI, la mina sigui¨® operando bajo uno de los convenios colectivos m¨¢s beneficiosos del continente, mismo que continu¨® durante m¨¢s de 70 a?os cuando la empresa pas¨® a manos p¨²blicas.
Los mineros disfrutaban de buenos salarios, hospitales y jubilaciones. El Estado cubr¨ªa incluso la sanidad en el extranjero y se encargaban de pagar el gas, el agua y la electricidad de sus casas. Eran los a?os en los que pasaban las vacaciones en Disney World o las playas de Puerto Pe?asco y la compra se hac¨ªa en Estados Unidos.
Finalmente, quebrada y en suspensi¨®n de pagos, la empresa fue vendida en los a?os noventa al gigante minero Grupo M¨¦xico. Con la venta terminaron tambi¨¦n algunos de estos derechos heredados de la Revoluci¨®n. En 2007 estall¨® una huelga que detuvo la mina durante casi cuatro a?os y unos 1.300 mineros comenzaron un paro que para muchos contin¨²a hasta hoy.
La empresa y el sindicato rompieron relaciones y los mineros fueron despedidos. Paralelamente, el Gobierno de Felipe Calder¨®n emprendi¨® la caza y captura del l¨ªder minero, Napole¨®n G¨®mez Urrutia, quien hered¨® el puesto de su padre. G¨®mez Urrutia est¨¢ acusado de apropiarse 55 millones de d¨®lares pero ¨¦l insiste en que se trata de una venganza por enfrentarse y llamar "asesino" al due?o de la mina Germ¨¢n Larrea, tras la muerte de 65 trabajadores en Pasta de Conchos (Coahuila). Un minuto antes de que lo capturaran, Napito, como es conocido, huy¨® a Canad¨¢ donde sigue viviendo. En una controvertida decisi¨®n, L¨®pez Obrador ha anunciado que lo incluir¨¢ en sus listas al Senado. De esta forma, asegura el voto en una regi¨®n que siempre respald¨® al partido oficial.
"Desde los a?os cuarenta hasta hoy hablar de Cananea es referirse un tiempo dorado que se esfum¨® y a un municipio arrastrado a vivir las mismas desventuras que las empresas p¨²blicas", resume el historiador de la ciudad Oscar Dami¨¢n Gonz¨¢lez.
"Todo el municipio apoya a Obrador porque es la posibilidad de que se solucione el conflicto con la Secci¨®n 65 y de que Cananea vuelva a ser lo que era. Que fluya el dinero, que se reactive el comercio y que no sigan trayendo gente de fuera para reemplazarnos", explica Juan Alvidres Rosas, un fornido minero de 58 a?os, brazos como troncos y 1¡¯90 de altura que empuja un carro de helados con el que se gana la vida desde que fue despedido. Cada primero de mayo, Alvidres junto a sus compa?eros, toma un estandarte de la Secci¨®n 65 y una bandera de M¨¦xico y recorre con sus compa?eros las calles como protesta contra sus antiguos patrones.
Los pueblos peque?os tienen la capacidad de juntar en la misma plaza y la misma hora or¨ªgenes distintos con destinos compartidos. A pocos metros del minero despedido una pareja de novios, Susana Gonz¨¢lez, de 25 a?os y Alejandro Soto, de 28, son, ante sus ojos los esquiroles contratados por la empresa para remplazarlos. Ambos trabajan en la mina y admiten que tambi¨¦n votar¨¢n por L¨®pez Obrador "porque es el menos malo".
A la pregunta de si Obrador encarna el regreso a un mundo corporativo y paternalista que se diluy¨® responden que "es urgente resolver el conflicto minero porque no se puede pasar p¨¢gina sin solucionar los problemas anteriores". A la palabra revoluci¨®n, la pareja de novios, prefiere contraponer la de soluci¨®n. El cambio tranquilo ha llegado a Cananea.
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