El nuevo TLC mira ya hacia 2019
La renegociaci¨®n agota todos los plazos sin visos de acuerdo cercano y el pr¨®ximo a?o se vuelve el momento m¨¢s probable para que un potencial pacto entrase en vigor
Todos los plazos son ya papel mojado. El 17 de mayo era la fecha l¨ªmite para que Estados Unidos, M¨¦xico y Canad¨¢ cerrasen un acuerdo para la actualizaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC), el mayor del mundo, y que este pudiese ser aprobado por el Congreso estadounidense. La ¨²ltima reuni¨®n de alto nivel entre los tres Gobiernos termin¨®, seg¨²n fuentes cercanas, con duros reproches de Washington hacia sus dos socios ¡ªy, muy especialmente, hacia M¨¦xico¡ª por su negativa a aceptar sus exigencias, que tambi¨¦n han provocado el rechazo de un buen n¨²mero de especialistas en comercio internacional. En este entorno de indefinici¨®n permanente, todos las miradas apuntan ahora a 2019 como fecha probable de aprobaci¨®n definitiva del acuerdo, aunque nadie se atreve a descartar un expr¨¦s en las dos pr¨®ximas semanas.
La confusi¨®n en torno al proceso es la nota predominante. Tras varias semanas de repetidos mensajes de optimismo ¡ªen algunos casos, a todas luces excesivo¡ª por parte de las partes implicadas, la cruda realidad ha vuelto a imponerse: el acuerdo sigue lejos y los avances se circunscriben a los puntos menos espinosos del texto. Pr¨¢cticamente todas las p¨ªldoras venenosas, como se han bautizado las propuestas m¨¢s duras de Washington, siguen encima de la mesa. Y sin capacidad de aceptar cesiones, las posibilidades de acuerdo son remotas, por no decir imposibles. ¡°Los pa¨ªses del TLC no est¨¢n para nada cerca a cerrar un acuerdo¡±, clarific¨® el jueves el representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer, en un comunicado. Su mensaje, dirigido tanto a sus votantes m¨¢s cr¨ªticos con el acuerdo comercial vigente desde hace un cuarto de siglo como a sus pares en la negociaci¨®n, contrasta con el optimismo exhibido por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que el martes habl¨® de acuerdo ¡°inminente¡±.
Las negociaciones t¨¦cnicas siguen y seguir¨¢n en marcha en los pr¨®ximos meses independientemente de los dictados de los calendarios electorales a ambas orillas del r¨ªo Bravo. Pero las prisas parecen haber cambiado de bando. Hasta ahora, el Gobierno mexicano del PRI era el m¨¢s interesado en lograr una actualizaci¨®n del tratado, a trav¨¦s del cual se canalizan el 80% de sus exportaciones, por la v¨ªa r¨¢pida. Era una de las ¨²ltimas balas para relanzar las menguantes opciones de victoria de su candidato, Jos¨¦ Antonio Meade, en las presidenciales del pr¨®ximo 1 de julio y muchos ve¨ªan en el debate de este domingo, que abaracar¨¢, entre otros temas, el comercio internacional, una ocasi¨®n de oro para que el partido en el Gobierno diese un golpe de efecto con un pacto ya negociado. Pero ese escenario, con toda seguridad, ya no se dar¨¢.
Hoy, es a un Donald Trump con mil y un frentes abiertos ¡ªtambi¨¦n en materia comercial, con China¡ª, a quien m¨¢s le interesar¨ªa cerrar un principio de acuerdo que poder vender a su electorado, especialmente en los Estados que m¨¢s dependen del comercio con M¨¦xico y Canad¨¢. Con un nuevo tratado renegociado a su favor, el magnate republicano podr¨ªa mandar una se?al doble: de victoria pol¨ªtica y de cumplimiento de sus promesas, hacia su electorado m¨¢s duro, y de permanencia de una relaci¨®n comercial que ha tra¨ªdo grandes beneficios al sector agr¨ªcola, uno de sus mayores caladeros de voto. M¨¢s aun, con las elecciones legislativas de mitad de mandato, en las que se renovar¨¢ la tercera parte del Senado y la totalidad de la C¨¢mara de Representantes, a la vuelta de la esquina. ¡°A nosotros ya no nos corre prisa¡±, apunta un alto negociador mexicano bajo condici¨®n de anonimato. ¡°Ya hemos dicho que no vamos a firmar un mal acuerdo. Si EE UU muestra flexibilidad, llegar¨¢. Si no, seguiremos esperando. A todos nos gustar¨ªa que llegase r¨¢pido, pero no estamos sujetos a los tiempos¡±.
¡°Todo es muy confuso¡±, apunta Luz Mar¨ªa de la Mora, ex jefa de unidad de Negociaciones Comerciales Internacionales en la Secretar¨ªa de Econom¨ªa mexicana. ¡°Pero siento que todav¨ªa hay alguna posibilidad de cerrar algo en las dos pr¨®ximas semanas. Al menos, no lo descartar¨ªa del todo. Es dif¨ªcil, pero no imposible¡±. Ignacio Mart¨ªnez, investigador de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) y asesor del Gobierno mexicano en la negociaci¨®n, lo ve m¨¢s complicado: ¡°Quiz¨¢ en la parte t¨¦cnica pueda seguir avanz¨¢ndose, pero que sea tramitado por el Senado estadounidense va a ser muy dif¨ªcil. Incluso si hay acuerdo de principio en 2018, no se aprobar¨ªa hasta el 2019. As¨ª que el a?o que viene es la fecha m¨¢s probable¡±.
Aunque el pacto sigue lejano, no todo lo que rodea la negociaci¨®n es necesariamente negativo. A diferencia de hace solo unos meses, cuando la posibilidad de que la Casa Blanca acabase por cancelar el TLC vigente desde 1994 ¡ªun extremo con el que tantas veces ha amagado el presidente estadounidense¡ª era una amenaza permanente, hoy pr¨¢cticamente todos los actores implicados descartan esta posibilidad. En M¨¦xico, la carrera por Los Pinos es ya cosa de dos: Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (Morena) y Ricardo Anaya (Por M¨¦xico al Frente) y, sorprendentemente, el acuerdo comercial norteamericano ha estado completamente ajeno a la disputa pol¨ªtica propia de la campa?a. El L¨®pez Obrador esc¨¦ptico con el TLC ha quedado atr¨¢s y hoy ning¨²n candidato critica p¨²blicamente el tratado. Pero la incertidumbre econ¨®mica no cesar¨¢ hasta que los tres pa¨ªses anuncien una renegociaci¨®n satisfactoria del acuerdo. La pelota, insisten en la capital mexicana, sigue en el tejado de EE UU.
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