Debatir el debate
El combate es ahora entre Anaya y Meade para conseguir ser el 'n¨²mero dos' y, de ah¨ª, intentar lo que parece imposible: ganar la presidencia de la Rep¨²blica
No est¨¢ claro en esta ¨¦poca de democracia digital para qu¨¦ sirven los debates. Si siempre ha habido de distintas clases: el que vemos por televisi¨®n, el que perciben los pueblos, el que se desencadena en las distintas comunidades o el que se produce entre las distintas generaciones en los tiempos que vivimos, resulta dif¨ªcil apreciar cu¨¢l es el resultado de un debate.
El segundo de la democracia mexicana en esta campa?a de todo, no solo presidencial,?no fue un KO?t¨¦cnico, aunque es verdad que en este combate es muy dif¨ªcil que lo haya, si suponemos que son verdad los datos de las encuestas que separan al n¨²mero uno del dos.
M¨¢s bien la pelea, el combate ¨Cque fue de cuatro contra uno, luego de tres contra uno¨C, es ahora entre Ricardo Anaya y Jos¨¦ Antonio Meade para conseguir ser el n¨²mero dos y, de ah¨ª, intentar lo que parece imposible: asaltar y ganar la presidencia de la Rep¨²blica.
Mientras tanto, L¨®pez Obrador tiene una gran suerte. Salvo una gran cat¨¢strofe, m¨¢s all¨¢ de las de tipo m¨¦dico aireadas ante las c¨¢maras, y?siempre que no haga una gran barbaridad, como nadie espera de ¨¦l, no importa que sea un gran orador o que no sepa explicar de manera coherente sus ideas, ¨¦l hace una y otra vez lo mismo. Por una parte, tiene usted una hermosa p¨¢gina, que es su plan de gobierno, a su disposici¨®n en las redes. Por otra, la salvaci¨®n universal, todo lo que propone, lo que dice que va a hacer para arreglar los problemas de M¨¦xico, llegar¨¢ con un arma nuclear: su honestidad. Entonces la mayor¨ªa de la clase corrupta, o la ¨¦lite de este pa¨ªs que lo sea, se caer¨¢ del caballo o se caer¨¢ simplemente en su camino a Damasco siguiendo la estela del l¨ªder del Movimiento de Regeneraci¨®n Moral Dejaremos de ser corruptos. Al dejar de ser corruptos, todo s¨²bitamente se arreglar¨¢.
A cualquier otro candidato esa pobreza expresiva se la cobrar¨ªan cara. A Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador le basta con que en un mismo acto se proteja la cartera y pierda rigidez en su lenguaje corporal cuando se le acerca Ricardo Anaya para que lo que se quede en el subconsciente popular sea el miedo a que alguien como Anaya le pueda quitar la cartera y sepultar los insultos de "Riqui" o "Canallita".
Nadie dijo nunca que la democracia fuese una ciencia exacta. Lo que s¨ª parece claro como resultado de este segundo debate es, por un lado, que hay que felicitar al INE. Est¨¢ consiguiendo celebrar unos debates que polaricen la atenci¨®n p¨²blica al acertar de manera tan plena con los dos moderadores, Krauze y Sierra, ambos representantes del M¨¦xico silente que tambi¨¦n existe, no solo m¨¢s all¨¢ de las fronteras, sino m¨¢s all¨¢ de la realidad pol¨ªtica en la que viven los candidatos. Y dos, parece claro que la distancia entre Anaya y Meade se va acortando y que Meade tiene m¨¢s posibilidades en las pr¨®ximas semanas, si no comete errores, de ganar todas las lagunas de explicaciones p¨²blicas que tiene el muy brillante candidato de Por M¨¦xico al Frente.
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