Sacsamarca recuerda la batalla que gan¨® hace 35 a?os a Sendero Luminoso
La comunidad, cuna de la rebeli¨®n contra el terrorismo, recuerda a sus m¨¢rtires en una ceremonia con uno de los polic¨ªas que luch¨® con ellos en el enfrentamiento
En la Polic¨ªa Nacional lo llamaban el se?or Soluci¨®n. Fernando Mu?oz, hoy coronel en retiro, ha regresado a la comunidad campesina de Sacsamarca despu¨¦s de 35 a?os y se ha reencontrado con los civiles supervivientes de la batalla del 21 de mayo de 1983, cuando unos 60 comuneros y cuatro polic¨ªas combatieron contra m¨¢s de 200 miembros del grupo terrorista Sendero Luminoso, y vencieron.
La jurisdicci¨®n est¨¢ en la provincia de Huanca Sancos, a casi cuatro horas de Huamanga, la capital de Ayacucho, donde Abimael Guzm¨¢n fund¨® el grupo mao¨ªsta que empez¨® sus acciones armadas en 1980.
Los sacsamarquinos estaban amenazados de muerte por no plegarse a los subversivos y por haber asesinado a algunos de los l¨ªderes alzados en armas. A inicios de 1983, Sendero Luminoso hab¨ªa tomado control de la zona sur del departamento y arras¨® contra Huanca Sancos y Lucanamarca, vecinas de Sacsamarca. Despu¨¦s de asesinar a 69 comuneros en Lucanamarca el 3 de abril de 1983, los subversivos dijeron que har¨ªan lo mismo en Sacsamarca.
El 20 de mayo de 1983, cuatro polic¨ªas llegaron a esa jurisdicci¨®n, aunque no como parte de un plan, y las autoridades les rogaron que se quedaran porque no hab¨ªa un puesto policial. Los comuneros les prepararon una cena y, al d¨ªa siguiente, los agentes seguir¨ªan su ruta, pero al amanecer, V¨ªctor Auccasi, un vecino de la zona alta, lleg¨® corriendo a la plaza, herido, casi desnudo, lleno de miedo, para avisar de que unos 200 subversivos estaban en su estancia, en las alturas, a punto de atacar al pueblo.
Entonces, ocurri¨® una batalla de varias horas en la que murieron en combate 10 miembros de la comunidad: Ireneo Alanya, Auccasi, Dacio Cayampi, Encarnaci¨®n Cuba, Alfredo Herrera, Juli¨¢n Huaccachi, Eusebio Llacsa, Jos¨¦ Pillman, Leandro Pumallihua, Fel¨ªcitas Yarcuri, y el polic¨ªa Tel¨¦sforo Due?as.
La ceremonia
"Mi mayor, mi mayor", le dec¨ªan este lunes con cari?o los supervivientes de la batalla al abrazar a Mu?oz, como si el tiempo no hubiera transcurrido. "He reconocido a varios, pero hace unos a?os muri¨® Claudio Succlla, quien me ayud¨® ese d¨ªa cargando las cacerinas (estuche de los proyectiles) y el peso de mis municiones para que yo pudiera caminar casi libre de peso", coment¨® a EL PA?S. "Somos los restos", dice Policarpio Yanqui (74), otro de los que venci¨® en la batalla, al igual que Teodor Herrera y Abilio Ninahuam¨¢n.
"Yo so?aba con volver a Sacsamarca: no para un homenaje, sino de visita con mi hijo. Pero (los dirigentes de la comunidad) me insistieron mucho, eran como una pulga en la oreja, por eso acept¨¦, pese a que mi familia no quer¨ªa, por temor a que pasara algo", explica.
El coronel Mu?oz se form¨® como Guardia Civil y luego en la escuela de la polic¨ªa Los Sinchis, una unidad de ¨¦lite de operaciones t¨¢cticas. Los Sinchis tienen fama en Per¨² de ser sanguinarios y de haber cometido excesos en la lucha antisubversiva, pero Mu?oz lidi¨® contra esa corriente.
El lunes varios visitantes participaron en la Plaza de Armas de Sacsamarca en el homenaje a los m¨¢rtires de mayo de 1983: el viceministro de Justicia Miguel ?ngel Soria; un consejero regional de Ayacucho; el expresidente de la Comisi¨®n de la Verdad y Reconciliaci¨®n, Salom¨®n Lerner; la congresista ayacuchana Tania Pariona; autoridades de la provincia de Huanca Sancos; y delegaciones de Pallcca y Asca, municipios vecinos de Sacsamarca donde nacieron algunos de los comuneros muertos en batalla.
Durante la ceremonia, el alcalde del distrito de Sacsamarca, Bartolom¨¦ Fern¨¢ndez, pidi¨® que el Congreso apruebe una ley que reconozca el distrito como "cuna de rebeli¨®n contra el terrorismo para la pacificaci¨®n nacional" y destac¨® la caracter¨ªstica de su pueblo de "vencer cualquier tipo de adversidad". Soria y Pariona se comprometieron a promover la norma.
"En el informe final de la Comisi¨®n de la Verdad incluimos relatos sobre la vulneraci¨®n de derechos contra la dignidad humana y relatos de valor y coraje vividos por ciertas zonas (entre 1980 y 2000). Ustedes saben a qui¨¦n me estoy refiriendo: esta conmemoraci¨®n hoy, menciona en primer lugar a Sacsamarca", dijo Lerner, el expresidente de dicha instituci¨®n.
Jos¨¦ Mart¨ª Yarcuri, un estudiante de la escuela local, subi¨® al escenario con un discurso bien preparado que no solo valor¨® "a los soldados del pueblo que empu?aron sus machetes", sino que exigi¨® desarrollo social para su pueblo. "Qu¨¦ iron¨ªa para este pueblo olvidado del Gobierno", critic¨® y se quej¨® de la falta de una atenci¨®n a la salud adecuada, medicinas y alimentos. El distrito tiene unos 1.200 electores y una poblaci¨®n total de casi 2.000 personas, dijo a este diario el alcalde provincial de Huanca Sancos, Desiderio Pillmahuam¨¢n.
El historiador Ricardo Caro, quien ha investigado la batalla de 1983, destaca que la ceremonia "es un gesto de la generaci¨®n que se va a morir con la generaci¨®n que no sabe de esto. Los chicos que terminan la secundaria se van como si fuera cualquier pueblo y Sacsamarca se queda como un desierto de memoria".
"Cuando los sacsamarquinos derrotaron a Sendero Luminoso salvaron la democracia, que para ellos es la instituci¨®n comunal y la asamblea comunal", a?ade.
Salud mental afectada
La profesora Norma Echaccaya, de 61 a?os, casi al final de la ceremonia, comenta que es la primera vez que "autoridades superiores se aproximan a Sacsamarca". "Escuchando, en varios momentos he sentido l¨¢grimas. He recordado cuando en 1983 iba a trabajar a una escuela con mi beb¨¦ en la espalda y ve¨ªa pintas escritas con sangre en las paredes o muertos en las calles".
Echaccaya percibe en la escuela las secuelas de la violencia: "Bastantes problemas hay: por ejemplo, padres con problemas psicol¨®gicos que maltratan a los ni?os, a¨²n usan chicote (una especie de l¨¢tigo). Esto ha repercutido en ellos".
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