Rehenes de una guerra olvidada en el Este de Ucrania
Tras cuatro a?os de conflicto, la frustraci¨®n y la inseguridad cunden entre la poblaci¨®n de las autodenominadas ¡°rep¨²blicas populares¡± de Donetsk y Lugansk
Varios millones de personas son rehenes de una guerra olvidada en el Este de Ucrania, en los territorios secesionistas que se autodenominan ¡°rep¨²blicas populares¡± de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL). En 2014, las tendencias federalistas existentes en las provincias del mismo nombre se transformaron en independentistas, propiciadas por la huida de V¨ªctor Yanuk¨®vich, el presidente del Estado (oriundo de Donetsk), la anexi¨®n de Crimea por Rusia y las esperanzas despertadas por Vlad¨ªmir Putin entre los ruso parlantes. Muchos de los que entonces creyeron que pod¨ªan ¡°desengancharse¡± de un pa¨ªs y ¡°engancharse¡± a otro, como sucedi¨® en Crimea, est¨¢n hoy decepcionados y con los nervios a flor de piel a resultas de una guerra que se ha cobrado m¨¢s de 10.000 muertos.
¡°La sociedad est¨¢ deprimida. Es pobre y es tambi¨¦n infeliz, porque no cree en el futuro. La gente no quer¨ªa un cambio de rostro en los carteles pol¨ªticos; no quer¨ªa unos l¨ªderes que se comportan como se comportaban los del partido de las Regiones [la fuerza pol¨ªtica gobernante en Ucrania hasta febrero de 2014]", dice Andr¨¦i Purgu¨ªn, uno de los l¨ªderes del independentismo prorruso de 2014. ¡°La gente est¨¢ irritada porque no hay mejoras, se siente insegura y vive asustada en un mundo de rumores¡±, afirma Purgu¨ªn. El pol¨ªtico fue l¨ªder del Consejo Popular (el Parlamento local de la RPD), pero hoy est¨¢ al margen de la vida p¨²blica, tras ser vetado por poderosos camaradas locales con el apoyo de Mosc¨².
En Donetsk, el rostro de Alexandr Zaj¨¢rchenko, el l¨ªder de la RPD, se multiplica en las vallas y cartelones publicitarios con los que la administraci¨®n independentista llen¨® la ciudad para conmemorar las fiestas del 9 de mayo, d¨ªa de la victoria sovi¨¦tica sobre el nazismo, y del 11, ¡°d¨ªa de la rep¨²blica¡±, aniversario de la consulta popular ilegal en la que los secesionistas basaron su solicitud de incorporarse a la Federaci¨®n Rusa.
En la RPD, Rusia regula las principales reglas del juego entre los miembros de la ¨¦lite local, pero ¡°el Kremlin tiene muchas torres¡±, como aseguran los expertos, y cada una de ellas (Servicio Federal de Seguridad, Ministerio de Defensa, Administraci¨®n presidencial) tutela sus intereses sobre el terreno.
Rusia foment¨® las protestas contra Kiev, pero ignor¨® las peticiones de los secesionistas del Este para que los acogiera en su territorio como hizo con Crimea. Sin embargo, Mosc¨² ha apoyado militar y econ¨®micamente a las ¡°rep¨²blicas populares¡± y ha garantizado la existencia de estas formaciones, donde residen 2,5 millones y 1,5 millones de personas.
La violencia b¨¦lica hoy es de baja intensidad, pero con altibajos. Los documentos firmados en el proceso de Minsk ¡ªel ¨²nico cauce de negociaciones sobre el conflicto bajo la ¨¦gida de la OSCE, en el que participa Ucrania, Rusia y los secesionistas¡ª son cada vez m¨¢s ignorados. Los combatientes han vuelto a recuperar posiciones en la franja de separaci¨®n supuestamente desmilitarizada. En febrero, el presidente de Ucrania, Petr¨® Poroshenko, firm¨® una ley que convierte la llamada ¡°operaci¨®n contraterrorista¡± en una operaci¨®n militar contra los secesionistas. A tenor de esa ley, la RPD y de la RPL se consideran ¡°territorio ocupado¡± y se califica a la Federaci¨®n Rusa de ¡°pa¨ªs agresor¡±. Un nuevo r¨¦gimen que entr¨® en vigor el 30 de abril establece que el Ministerio de Defensa (en lugar del servicio de seguridad) pasa a coordinar las responsabilidades de distintas instituciones estatales en la zona de conflicto.
En Donetsk es popular la idea de que Ucrania iniciar¨¢ una ofensiva contra la RPD en v¨ªsperas o durante el campeonato mundial de f¨²tbol ¡ªque se celebra en Rusia entre el 14 de junio y el 15 de julio¡ª, mientras que Mosc¨² tratar¨¢ de evitar la violencia antes y durante el evento deportivo. "Despu¨¦s del campeonato del mundo veremos cambios en la pol¨ªtica rusa hacia estas regiones y tal vez una nueva estrategia para integrarlas¡±, opina el periodista ruso Andr¨¦i Babitski, residente en Donetsk.
En las ¨²ltimas semanas se han recrudecido las hostilidades en el frente. Seg¨²n el portavoz militar de la RPD, Eduard Basurin, desde el 14 de mayo se han registrado cuatro muertos y nueve heridos entre la poblaci¨®n civil en la localidad de G¨®rlovka (a unos 40 kil¨®metros al norte de Donetsk). Adem¨¢s, en una semana en la RPD ha habido tres muertos y cuatro heridos entre los militares, se?ala el oficial. ¡°Rusia podr¨ªa justificar un contraataque alegando la defensa de la poblaci¨®n civil e ir m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de las actuales rep¨²blicas¡±, opina una fuente vinculada con los servicios de seguridad locales.
Esta fuente, que particip¨® en el levantamiento contra Kiev en 2014, se siente hoy decepcionada por la realidad actual, dice tener pruebas de la corrupci¨®n en el reparto de la ayuda humanitaria rusa y denuncia los sobornos que se ven obligados a pagar los ciudadanos de a pie que no quieren esperar largas horas para cruzar por los puestos de control que separan la zona secesionista del territorio subordinado a Kiev.
A estas dificultades se suman las consecuencias del bloqueo de mercanc¨ªas ordenado por Kiev en marzo de 2017. En relaci¨®n a esa fecha, esta corresponsal constat¨® que los comercios de Donetsk est¨¢n peor abastecidos y tienen un surtido menos variado de mercanc¨ªas, en su mayor¨ªa procedentes de Rusia. Las operaciones bancarias entre Rusia y la RPD tienen como intermediario a Osetia del Sur, lo que supone ¡°una larga cadena¡± y un encarecimiento de los productos, seg¨²n reconoce Den¨ªs Pushilin, representante de la RPD en las conversaciones de Minsk.
La moneda en curso es el rublo ruso y la grivnia ucraniana se cambia como divisa extranjera. En la RPD se ha creado una compa?¨ªa de m¨®viles, Fenix, controlada por el Ministerio de Comunicaciones local. Pese a su deficiente calidad, Fenix ha adquirido un papel predominante gracias a la aver¨ªa que dej¨® fuera de funcionamiento los m¨®viles ucranios. Una de las caracter¨ªsticas de Fenix es que oculta o enmascara el n¨²mero de tel¨¦fono cuando se utiliza para llamar a abonados en las redes ucranias.
El escaso surtido de mercanc¨ªas no es solo un resultado del bloqueo impuesto por Ucrania, sino tambi¨¦n de la menguante capacidad adquisitiva de la poblaci¨®n local. Los sueldos rondan los 100 euros al mes, pero los precios de los alimentos son los mismos que en Mosc¨². La RPD gestiona los negocios de los propietarios ucranios (entre ellos de oligarcas como Rinat Ajm¨¦tov) sometidos a ¡°control exterior¡±. El carb¨®n y el metal salen hacia Rusia y de ah¨ª a pa¨ªses y clientes en Asia y otras latitudes poco exigentes sobre sus certificados de origen, afirman conocedores del tema. El empresariado ruso se resiste a ayudar en este tr¨¢fico opaco por temor a sanciones y tambi¨¦n por tratarse en ocasiones de mercanc¨ªas a precio de dumping de sus propios competidores ucranios.
Rusia no concede trato de favor a los emigrantes de las ¡°rep¨²blicas¡±, que, como los uzbekos o los taiyikos, pueden permanecer un m¨¢ximo de 90 d¨ªas en territorio ruso y trabajar mediante la compra de un permiso laboral temporal. Los dirigentes de las ¡°rep¨²blicas¡± insisten ante las autoridades rusas para que permitan a sus "ciudadanos" obtener pasaporte ruso por un procedimiento acelerado y les den mejor acceso al mundo laboral. Pero, la generosidad del Kremlin para repartir pasaportes rusos a los habitantes de otros territorios sin reconocimiento en la ONU, como Abjazia, Osetia del Sur o el Transdni¨¦ster, no se ha extendido a los "ciudadanos" de las "rep¨²blicas". Mosc¨² sigue consider¨¢ndolos ucranios a todos los efectos, aunque acepte sus documentos, como los ¡°pasaportes¡± de ciudadanos de la RPD y la RPL. Algunos se sienten humillados por este tratamiento y otros lo aceptan con resignaci¨®n.
Yekaterina y su hija Jana viven en la Quinta Mina, una zona de la ciudad de G¨®rlovka, muy cerca de la l¨ªnea de separaci¨®n entre las partes en conflicto.¡±Hemos tenido que volver desde Crimea porque no ten¨ªamos recursos para sobrevivir en la pen¨ªnsula¡±, dice Yekaterina. ¡°Para Rusia somos extranjeros, nuestra permanencia estaba limitada a 90 d¨ªas y ten¨ªamos que pagar por la sanidad¡±, afirma. En la Quinta Mina, las cargas de artiller¨ªa retumban todas las noches, pero la familia ha tenido que volver al hogar que hab¨ªa abandonado para refugiarse en la pen¨ªnsula. Yekaterina, sus tres hijos (uno de ellos de 7 meses) y su esposo subsisten gracias sobre todo a las pensiones de jubilaci¨®n de las dos abuelas (a raz¨®n de 2900 rublos ¡ªcerca de 40 euros¡ª?cada una de ellas).?
"Vot¨¦?por Rusia en el refer¨¦ndum de 2014 y volver¨ªa a votar por Rusia si hubiera un nuevo refer¨¦ndum, porque la situaci¨®n econ¨®mica en Ucrania empeora cada d¨ªa y es mucho peor que aqu¨ª. Los gastos de comunidad son muy elevados y la gente apenas tiene lo necesario para sobrevivir", afirma esta pedagoga de rostro cansado. ¡°Todos esper¨¢bamos que [Rusia] actuar¨ªa con nosotros como con Crimea, pero por desgracia no fue as¨ª. Entiendo que un pa¨ªs no puede alimentar a todos los emigrantes ni darles medicinas gratis¡±, dice Yekaterina.
¡°No es una justificaci¨®n que Ucrania est¨¦ peor que nosotros. Aqu¨ª hemos reproducido el esquema de relaciones pol¨ªticas que rechaz¨¢bamos y la gente no entiende que se haya hecho una guerra para vivir as¨ª¡±, opina, a su vez, el activista?del independentismo proruso Andr¨¦i Purgu¨ªn.
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