El veto a un ministro euroesc¨¦ptico hace saltar por los aires la formaci¨®n de Gobierno en Italia

El presidente de la Rep¨²blica de Italia, Sergio Mattarella, ha dado un golpe sobre la mesa y ha rechazado la propuesta de La Liga y Movimiento 5 Estrellas de convertir a Paolo Savona, economista euroesc¨¦ptico de 81 a?os, en ministro de Econom¨ªa. Como consecuencia, en una decisi¨®n ins¨®lita acept¨® tambi¨¦n la renuncia de formar Gobierno del profesor Giuseppe Conte y abri¨® la puerta a la convocatoria de elecciones 83 d¨ªas despu¨¦s de la celebraci¨®n de las ¨²ltimas. Tras horas de extrema tensi¨®n y grotescas presiones por parte de los dos partidos antiestablishment, el pa¨ªs vuelve a sumirse en una grave crisis institucional.

Mattarella lo advirti¨® durante semanas. El presidente de la Rep¨²blica no es un mero notario que firma lo que le ponen encima de la mesa. Menos a¨²n si se trata del nombre de un economista que defiende la posibilidad de salir de la moneda ¨²nica en uno de los pa¨ªses fundadores de la Uni¨®n Europea. Pero sus advertencias fueron ignoradas y las presiones crecieron hasta convertirse en una extorsi¨®n. Movimiento 5 Estrellas (M5S) y La Liga entonaron un solo grito de guerra: Savona o muerte. Es decir, portazo y convocatoria de elecciones. Un escenario donde todas las encuestas otorgan un important¨ªsimo aumento de votos de La Liga de Matteo Salvini, que desempolv¨® su repertorio m¨¢s radical y antieuropeo y puso en cuesti¨®n el nivel democr¨¢tico de Italia: "?Somos una colonia Alemana?".

Harto, visiblemente molesto y al l¨ªmite de la paciencia, Mattarella compareci¨® pasadas las 20.30 para confirmar que hab¨ªa rechazado a Savona y que se abr¨ªa un nuevo esdcenario. ¡°Nadie podr¨¢ acusarme de haber obstaculizado la formaci¨®n de este Gobierno¡±, lanz¨®. En un discurso profundamente europe¨ªsta, el presidente consider¨® inaceptable la propuesta de un hombre que avala tesis euroesc¨¦pticas en un pa¨ªs con una deuda del 130% del PIB y sometido a las turbulencias de los mercados. ¡°Constituye un mensaje inmediato de confianza o alarma para los operadores financieros y econ¨®micos. He pedido a alguien coherente con el acuerdo de gobierno, un exponente que no sea visto como autor de una l¨ªnea que podr¨ªa provocar la salida de Italia del euro. Algo que es muy distinto a un intento de cambiarla desde el punto de vista italiano¡±, justific¨®. Si esa era la idea, deber¨ªa haberse propuesto en campa?a. Y no fue el caso.

El art¨ªculo 92 de la Constituci¨®n otorga al presidente la potestad para el nombramiento del primer ministro y de su equipo. Tambi¨¦n el de oponerse a los nombres sugeridos. No es la primera vez. El anterior presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, ya lo hizo con una propuesta de Matteo Renzi y Silvio Berlusconi. Tambi¨¦n Scalfaro con una propuesta en el ministerio de Justicia del primer Gobierno Berlusconi. La diferencia es que ambos volvieron d¨ªas despu¨¦s con otro nombre y se termin¨® el problema. M5S y La Liga, en cambio, se plantaron pidieron volver a las urnas. Pero Mattarella se reserv¨® la posibilidad de someter a votaci¨®n en el Parlamento un hipot¨¦tico plan B ¡ªcondenado al fracaso sin la mayor¨ªa parlamentaria que ostentan los partidos antiestablishment¡ª que liderar¨ªa el economista y experto en recorte del gasto p¨²blico, Carlo Cottarelli (esta ma?ana le ver¨¢ en el Quirinal).

Su fugaz predecesor, el profesor Giuseppe Conte, apareci¨® en el Quirinal a las 19.00. Tras una larga reuni¨®n con el Presidente, ejecut¨® el mandato de quienes le hab¨ªan colocado ah¨ª y renunci¨® al cargo que todav¨ªa no hab¨ªa obtenido definitivamente. Luego dio las gracias y se march¨® tras sus cinco d¨ªas como candidato a primer ministro. Visto y no visto. Fueron in¨²tiles sus intentos por arreglar la situaci¨®n. El profesor, sin experiencia pol¨ªtica y desconocido para la mayor¨ªa de italianos, pas¨® todo el fin de semana encerrado en un despacho de la C¨¢mara de Diputados tratando de mediar entre el Quirinal y los dos partidos antiestablishment. Conoc¨ªa la voluntad de Mattarella de buscar una alternativa a Savona. Sab¨ªa que sus comentarios despectivos hacia Alemania ser¨ªan muy complicados de digerir. Era muy consciente de que un gesto en ese apartado habr¨ªa desbloqueado la situaci¨®n. Su figura, escogida en un juego de vetos cruzados, confirm¨® su absoluta irrelevancia.

Contra Mattarella

Mientras se produc¨ªa la reuni¨®n con Conte, Salvini mostr¨® su versi¨®n m¨¢s radical en un mitin pol¨ªtico en Umbria. Una contraprogramaci¨®n intencionadamente irrespetuosa que sigui¨® a?adiendo presi¨®n al Quirinal y permiti¨® al l¨ªder de La Liga ensayar esl¨®ganes en clave electoral. ¡°Somos un pa¨ªs con una soberan¨ªa limitada. Si alguien quiere hacerse responsable de que no nazca un Gobierno dispuesto a trabajar ma?ana por la ma?ana, que se lo explique a 60 millones de italianos¡±, concluy¨® en clara amenaza al presidente, de quien ayer se puso en cuesti¨®n su neutralidad y calidad democr¨¢tica.

En un tono parecido se expres¨® en un v¨ªdeo en las redes sociales Luigi Di Maio, que tambi¨¦n convoc¨® una manifestaci¨®n contra la decisi¨®n del Quirinal donde confirm¨® la intenci¨®n de volver a las urnas y carg¨® contra la decisi¨®n de vetar a Savona. ¡°En este pa¨ªs un ministro puede ser un corrupto, alguien ligado a la mafia... pero si has criticado al euro, no puedes pensar en ser el titular de Econom¨ªa. Tenemos un gran problema en Italia que se llama democracia. In¨²til que se vote. Los gobiernos los deciden las lobbies financieros¡±.

El acoso y derribo sufrido por Mattarella y el Palacio del Quirinal en las ¨²ltimas horas ¡ªM5S lleg¨® a amenazar con activar el mecanismo legal para destituirle por, supuestamente, violar la Constituci¨®n¡ª constituye la superaci¨®n de la ¨²ltima frontera en la descomposici¨®n institucional que atraviesa Italia. Una crisis pol¨ªtica que, probablemente, agravar¨¢ las turbulencias de la ¨²ltima semana en los mercados. Ahora Sergio Mattarella, un hombre que ha asumido solo la defensa de la identidad europea de Italia y a quien el l¨ªder del partido m¨¢s votado acus¨® de ser c¨®mplice de las agencias de rating, deber¨¢ sacar al pa¨ªs de este nuevo embrollo.