La separaci¨®n de familias en la frontera le estalla a Trump

Era un drama silencioso, alejado de los focos. Pero ha acabado por estallarle a Donald Trump por su af¨¢n de utilizar al Partido Dem¨®crata en su cruzada contra la inmigraci¨®n irregular. La separaci¨®n de cientos de familias de inmigrantes indocumentados en la frontera se ha convertido en una nueva tormenta pol¨ªtica para el presidente estadounidense. Los reproches a Trump se han avivado tras saberse que, a finales de 2017, su Gobierno perdi¨® la pista de unos 1.500 menores indocumentados que fueron entregados a familias de acogida tras llegar solos a EE UU. No es un problema nuevo pero, para muchos, simboliza el desd¨¦n y demonizaci¨®n de la inmigraci¨®n por parte del republicano.

La crisis se fragu¨® el s¨¢bado. ¡°Presiona a los dem¨®cratas para acabar con la ley horrible que separa a hijos de sus padres cuando cruzan la frontera hacia EE UU¡±, escribi¨® Trump en Twitter. Al d¨ªa siguiente, la Casa Blanca sostuvo que el rechazo de los dem¨®cratas a cerrar ¡°resquicios¡± en la pol¨ªtica migratoria ha causado la separaci¨®n de familias de indocumentados.

La realidad, sin embargo, es muy distinta. Es el presidente republicano quien ha decidido abrazar la mano dura fronteriza sin que le obligue la ley. Y no fueron los dem¨®cratas los que optaron, el pasado 7 de mayo, por dar un paso enormemente pol¨¦mico.

El fiscal general, Jeff Sessions, anunci¨® ese d¨ªa una pol¨ªtica de persecuci¨®n judicial del ¡°100 por ciento¡± en la frontera. En un intento de disuadir la llegada de inmigrantes indocumentados, que ha crecido en los ¨²ltimos meses, el Departamento de Justicia decidi¨® presentar cargos delictivos contra cualquier persona que cruce ilegalmente de M¨¦xico a EE UU al margen de cu¨¢l sea su situaci¨®n personal, por ejemplo si solicita asilo. Esa decisi¨®n de ¡°tolerancia cero¡± implica convertir en pr¨¢ctica habitual la separaci¨®n de padres e hijos de una misma familia de inmigrantes cuando son detenidos al entrar sin permiso a EE UU.

Si sus padres son capturados, los ni?os no pueden ser encarcelados y pasan a ser considerados menores no acompa?ados a los que la Administraci¨®n debe proteger. La separaci¨®n puede durar pocos d¨ªas o mucho m¨¢s dependiendo de si los adultos salen del centro de detenci¨®n mientras esperan a que se resuelva en los tribunales su situaci¨®n migratoria. El Gobierno reconoci¨® en abril que, desde el pasado octubre, unos 700 menores han sido separados de sus padres. Y la semana pasada, un alto cargo de la polic¨ªa de fronteras explic¨® que, entre el 6 y el 19 de mayo, fueron segregados 658 ni?os tras detenerse a los adultos con los que viajaban.

La nueva pol¨ªtica tiene un objetivo meramente disuasorio dado que hay l¨ªmites legales y log¨ªsticos que impiden deportar con rapidez o detener indefinidamente a inmigrantes. Sin embargo, ha suscitado cr¨ªticas de republicanos, dem¨®cratas y organizaciones sociales, que advierten del da?o psicol¨®gico a los menores y del riesgo de que caigan en redes de tr¨¢fico.

Pese a la controversia, la medida no es del todo nueva. Hasta 2006, era com¨²n que la polic¨ªa migratoria detuviera por separados a padres e hijos, seg¨²n un informe del American Immigration Council. Ese a?o el Congreso inst¨® a liberar a las familias o mantenerlas juntas bajo custodia.

La Justicia declar¨® en 2016 que los ni?os inmigrantes deber¨ªan ser liberados lo antes posible, pero no obligaba a que los padres tambi¨¦n lo fueran. Para cumplir con ese fallo, el Gobierno de Barack Obama estableci¨® que padres e hijos no pod¨ªan pasar, juntos, m¨¢s de 21 d¨ªas en un centro de detenci¨®n.

Ahora la Administraci¨®n Trump se apoya en una ley de 2008, aprobada por unanimidad por ambos partidos durante la presidencia del republicano George W. Bush, que establece que en las primeras 48 horas tras ser aprehendido, un inmigrante indocumentado menor de edad pasa a estar bajo la custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Tras ser liberados, los ni?os son transferidos a un refugio, a un tutor o a familiares en el pa¨ªs mientras su caso entra en el lento circuito judicial migratorio. Existe el riesgo de que los menores no se presenten a las citas judiciales.

Tambi¨¦n de que pasen a estar desaparecidos en las estad¨ªsticas oficiales. El Departamento de Salud y Servicios Humanos ha desatado una pol¨¦mica al reconocer que ha perdido el rastro de 1.475 menores que fueron entregados a familias de acogida porque no ha podido contactar con los tutores. Algo parecido ocurri¨® en 2016, cuando una investigaci¨®n interna revel¨® que el Gobierno federal solo logr¨® contactar con un 84% de los ni?os que hab¨ªan sido transferidos a familias, teniendo a 4.159 en paradero desconocido.

Tratando de atajar la controversia, el vicesecretario de Salud y Servicios Humanos, Eric Hargan, neg¨® el lunes haber ¡°perdido¡± a los ni?os y esgrimi¨® que, como algunos son entregados a familias de indocumentados, es posible que los adultos no quieran contestar al tel¨¦fono por miedo a represalias del Gobierno. Este martes, los departamentos de Salud y Seguridad Interior anunciaron posibles cambios para mejorar la supervisi¨®n de los ni?os, que incluir¨ªan tomar huellas dactilares de los tutores.

Hargan tambi¨¦n aleg¨® que las manos de su departamento est¨¢n atadas y, abrazando el mensaje de dureza de Trump, sostuvo que un mayor control de la frontera evitar¨ªa problemas de ese tipo. ¡°El Departamento de Salud y Servicios Humanos ha sido puesto en la labor de colocar a inmigrantes ilegales con individuos que les ayudaron a entrar ilegalmente en el pa¨ªs. Esto empeora esta crisis inmediata y crea un incentivo perverso para violaciones futuras de la ley federal de inmigraci¨®n¡±, afirm¨®.