Posada Carriles, el hombre que no pudo matar a Fidel
La vieja guardia del anticastrismo despide en Miami a una leyenda de la guerra fr¨ªa cubana y de sus oscuros cen¨¢culos, agente de la CIA y obsesionado con lograr asesinar a Castro
El domingo en una funeraria de la calle Ocho de la Peque?a Habana, la vieja guardia del anticastrismo cubano despidi¨® a Luis Posada Carriles, de cuerpo presente y con una bandera de la Brigada 2506 de la frustrada invasi¨®n de Bah¨ªa de Cochinos sobre su f¨¦retro. Al terminar el sacerdote su serm¨®n, retumbaron en la sala los gritos ¡°?Viva Cristo Rey! ?Viva Cuba!¡±.
En el aparcamiento, un veh¨ªculo publicitario con una pantalla electr¨®nica luc¨ªa una fotograf¨ªa del difunto y las palabras: ¡°Luis Posada, valiente patriota, no te has ido y nunca te ir¨¢s¡±. Atardec¨ªa, y a unos pasos dos hombres comentaban con vehemencia una reciente supuesta agresi¨®n a un joven en un concierto de reguet¨®n en Miami: ¡°?Porque grit¨® ¡®Abajo el comunismo¡¯!¡±.
Rafael Usatorres, de 78 a?os y quien se entren¨® en Guatemala con Posada para el desembarco de la Brigada, vest¨ªa uniforme del Ej¨¦rcito de EE UU y lo recordaba como ¡°el hombre m¨¢s valiente del mundo¡±. Antonio Calatayud, de 78 a?os, rememoraba cuando en los sesenta el fallecido mandam¨¢s anticastrista Jorge Mas Canosa y ¨¦l nombraron a Posada ¡°jefe militar¡± de su organizaci¨®n Representaci¨®n Cubana en el Exilio con el ¡°objetivo principal de ajusticiar a Fidel¡±. ¡°Pero fracasamos¡±, dijo en un sof¨¢ de la funeraria ante una pareja de ancianos que pon¨ªa la oreja discretamente. ¡°?l ten¨ªa un dispositivo de seguridad incre¨ªble y nosotros pocos recursos; y a diferencia de lo que se piensa, la inteligencia estadounidense nos persegu¨ªa. La nuestra fue la lucha de un mono amarrado contra un le¨®n suelto¡±.
Luis Clemente Faustino Posada Carriles es ya un personaje de leyenda de la guerra fr¨ªa cubana y de sus m¨¢s oscuros cen¨¢culos. Fallecido en Miami a los 90 a?os el mi¨¦rcoles pasado, naci¨® en 1928 en Cienfuegos (Cuba), curs¨® estudios de Qu¨ªmica, trabaj¨® en centrales azucareras y para Firestone en La Habana en los cincuenta, la agitada d¨¦cada que termin¨® con la ca¨ªda de Batista. En su memoria Los caminos del guerrero (1994) escribi¨® que particip¨® en la lucha contra el dictador ¡°en la medida de mis posibilidades¡±. Por entonces se cruz¨® en persona con quien ser¨ªa su obsesi¨®n la vida entera, un torrencial l¨ªder estudiantil llamado Fidel Castro. Dice Caridad Gonz¨¢lez Knapp, la ahijada de 70 a?os que lo cuid¨® en los ¨²ltimos tiempos, que Posada le cont¨® que eran rivales pero Castro evit¨® un d¨ªa que lo raparan: ¡°Dejen a Posadita¡±.
Cuando el comandante muri¨® en 2016, Posada, muy achacoso, fue a compartir el j¨²bilo al restaurante Versailles de la Peque?a Habana y resumi¨® su pelea con el caudillo: ¡°?l siempre busc¨® la oportunidad de matarme a m¨ª y yo la de matarlo a ¨¦l¡±, dijo con su voz poco inteligible desde el balazo que le pulveriz¨® la mand¨ªbula en 1990 en Guatemala en un atentado del que responsabiliz¨® a la inteligencia cubana y del que sali¨® vivo de milagro respondiendo a tiros y pisando el acelerador a fondo mientras chorreaba sangre. "Ah¨ª lo sonaron duro", dice Gonz¨¢lez Knapp.
En 2000 fue detenido ya con 68 a?os de edad en Panam¨¢ horas despu¨¦s de que Castro denunciase un supuesto plan de Posada para asesinarlo durante la Cumbre Iberoamericana. En la rueda de prensa en la capital paname?a Fidel hab¨ªa mencionado tambi¨¦n otro compl¨® para acabar con su vida en 1994 en Cartagena de Indias (Colombia). ¡°Estuvieron a punto de disparar contra nosotros cuando recorr¨ªamos la vieja ciudad en una caravana de coches tirados por caballos, que organizaron los anfitriones. Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez viajaba junto a m¨ª en ese recorrido. Habr¨ªa tenido yo, en ese caso¡±, a?adi¨®, ¡°el honor de morir con tan l¨²cido escritor¡±.
La cruzada personal de Posada comenz¨® en 1960 en Cuba al integrarse en las primeras escaramuzas apoyadas por la CIA para desestabilizar la revoluci¨®n. Detenido por la polic¨ªa pol¨ªtica logr¨® escaparse del coche patrulla y refugiarse en la Embajada de Argentina. Tras salir de la isla acabar¨ªa llegando a Miami, desde donde se fue a Guatemala para la operaci¨®n de Bah¨ªa de Cochinos, aunque no lleg¨® a participar en el desembarco.
A la vuelta a EE UU se enrol¨® en la Infanter¨ªa estadounidense. Pepe Hern¨¢ndez, hoy presidente de la Fundaci¨®n Nacional Cubano Americana fundada por Mas Canosa, entren¨® con ¨¦l en la base de Fort Benning y lo destaca como ¡°el mejor tirador de todos nosotros¡±. Seg¨²n Gonz¨¢lez Knapp, Posada no dej¨® de practicar hasta el infarto cerebral que sufri¨® en 2015. ¡°En las fincas de las amistades mandaba que le tiraran una lata y la cog¨ªa en el aire¡±. Las armas, la caza y la pesca son aficiones de Posada que citan sus conocidos, adem¨¢s de comer animales ex¨®ticos como iguanas o serpientes cascabel. Al final, dice su ahijada, se limitaba a leer peri¨®dicos y a retocar los cuadros que pint¨® desde los ochenta y que vend¨ªa. En una web de arte a¨²n se ofrecen pinturas suyas como Mi boh¨ªo, Och¨²n o Sonido del campo, el lado buc¨®lico de un profesional de la violencia. "El dolor de la patria me hizo involuntariamente un hombre de armas, tramas, aventuras y misterios, que si no fueran porque realmente los viv¨ª yo mismo pensar¨ªa que los hab¨ªa imaginado", escribi¨®.
A F¨¦lix Rodr¨ªguez, exagente de la CIA de 77 a?os y quien particip¨® en la captura y ejecuci¨®n del Che Guevara en Bolivia, le regal¨® un paisaje tropical en el que dos helic¨®pteros vuelan sobre un grupo de guerrilleros que les disparan a punta de metralleta. Rodr¨ªguez le dio en 1985 cobertura para entrar de inc¨®gnito en la base de Ilopango (El Salvador) desde la que se dirig¨ªan los operativos secretos de la CIA a favor de la contrainsurgencia de la Nicaragua sandinista a las ¨®rdenes del coronel Oliver North, hoy presidente de la Asociaci¨®n Nacional del Rifle, y a los que se sumaba Posada tras fugarse de la c¨¢rcel en Venezuela al tercero intento ¨Ctras uno en que se evadi¨® disfrazado de militar y que termin¨® frustr¨¢ndose tras refugiarse en la Embajada de Chile y otro en que intent¨® volar las paredes de la prisi¨®n con explosivos¨C. ¡°Nuestro objetivo fue combatir el comunismo¡±, afirma Rodr¨ªguez.
Experto en demoliciones y escurridizo esp¨ªa con un abanico de pasaportes falsos, Posada hab¨ªa pertenecido a la n¨®mina de la CIA de 1965 a 1967 y luego sigui¨® siendo su informante mientras trabajaba para la inteligencia venezolana en la guerra sucia contra los movimientos marxistas respaldados por La Habana. En 1974 pas¨® a tener una empresa de espionaje comercial e industrial hasta que fue detenido y encarcelado en Venezuela como sospechoso del atentado en 1976 contra un avi¨®n cubano en el que murieron 73 pasajeros. ?l siempre neg¨® su imputaci¨®n y entre otras cosas dijo que era producto de un contubernio entre el presidente venezolano Carlos Andr¨¦s P¨¦rez y Fidel Castro. Pero documentos desclasificados de la CIA indican que al menos estaba al tanto de los ¡°planes terroristas¡± y en un memorando para el secretario de Estado Henry Kissinger se apunt¨®: ¡°Parece ser la persona que plane¨® el sabotaje¡±. Seg¨²n Peter Kornbluh, director del ¨¢rea de Cuba del Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, ¡°hay evidencias de que fue el autor intelectual del atentado¡±, y denuncia que ¡°EE UU indirectamente lo protegi¨® hasta el final¡±.
El cineasta cubano en el exilio Juan Carlos Cremata perdi¨® a su padre en aquel atentado y tras la muerte de Posada dec¨ªa a este diario: ¡°Me sobra toda esa palabrer¨ªa de si fue h¨¦roe o asesino. Lo dijo Jos¨¦ Mart¨ª: los hombres se dividen entre los que aman y construyen y los que odian y destruyen¡±.
S¨ª reconoci¨® Posada, en una entrevista con The New York Times de la que luego se desdijo, haber sido el cerebro de la cadena de bombazos en hoteles en Cuba en los noventa en la que muri¨® un italiano, y afirm¨® tener la conciencia tranquila: ¡°Duermo como un beb¨¦¡±.
Padre de dos hijos, su deseo p¨®stumo fue que arrojasen sus cenizas al mar "lo m¨¢s cerca posible de Cuba". Los restos de Luis Posada Carriles, alias Bambi para el espionaje venezolano, AMCLEVE-15, CIFENCE-4 o WKSCARLET-3 para la CIA, y el "Bin Laden de Am¨¦rica Latina" para el castrismo, flotar¨¢n sobre el Estrecho de Florida.
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